¡Hola, amigas y amigos de Contigo! Hoy les regalamos un cuento que invita a la reflexión y, por supuesto, a sacar una enseñanza que puede reflejarse en nuestra propia vida.
El miedo del león, es una de las tantas historias que permite adentrarnos en nuestro mundo interior, ayudarnos a afrontar los problemas con valor y lograr un cambio positivo en la vida. Espero que les guste, y resulte enriquecedor:
El miedo del león
En una lejana sabana africana, andaba perdido un león. Llevaba más de 20 días alejado de su territorio, y la sed y el hambre lo devoraban. Por suerte, encontró un lago de aguas frescas y cristalinas. Raudo, corrió veloz a beber de ellas para así, paliar su sed y salvar su vida.
Al acercarse, vio su rostro reflejado en esas aguas calmadas.
– ¡Vaya! el lago pertenece a otro león -pensó- y aterrorizado, huyó sin llegar a beber.
La sed cada vez era mayor y él sabía que de no beber, moriría. La mañana siguiente, armado de valor, se acercó de nuevo al lago. Igual que el día anterior, volvió a ver su rostro reflejado y de nuevo, presa del pánico, retrocedió sin beber.
Y así pasaron los días con el mismo resultado. Por fin, en uno de esos comprendió que sería el último si no se enfrentaba a su rival. Tomó finalmente la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara. Se acercó con decisión, nada le importaba ya. Metió la cabeza para beber… y su rival, el temido león ¡desapareció!
Reflexión: La gran mayoría de nuestros miedos son imaginarios. Cuando nos atrevemos a enfrentarlos acaban desapareciendo. No dejes que tus pensamientos te dominen y te impidan avanzar con tus propósitos.
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En este apartado les comparto una bella poesía del poeta argentino Hamlet Lima Quintana, exponente de la poesía popular y autor de la célebre Zamba para no morir, entre otras 400 canciones que cantaron, entre otros músicos, Mercedes Sosa.
Gente necesaria
Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales,
que con solo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente, que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca guirnaldas.
Que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega hasta todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.