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base naval archivo Base Naval de Guantánamo. Foto: Archivo

El 30 de septiembre de 1961 fue desapare­cido y asesinado después, el trabajador Rubén López Sabariego.[1] Ese hecho nos lleva a la reflexión de lo que ha sido la Base Naval de Guantánamo (BNG) para el pueblo de Cuba. Bajo el marco legal de la Enmienda Platt se constituyó en un centro que ha desplegado du­rante muchos años una intensa actividad de in­teligencia, subversión y terrorismo. Naves aé­reas abastecidas allí de combustible y municiones bombardearon territorios rebeldes liberados de la dictadura de Batista.[2]

 

El servicio de Inteligencia Naval de la Marina de Guerra (SIN) fue el dispositivo empleado pa­ra facilitar recursos a las organizaciones contrarrevolucionarias, para llevar a cabo alzamientos e infiltraciones de grupos comandos.

 

Desde ese enclave militar nuestro país ha sido agredido de diversas formas y la presencia y participación de su inteligencia naval en actividades contra Cuba ha sido evidente, como una paradoja a cómo fue en el pasado, cuando en estas mismas tierras se derramó sangre de cubanos y norteamericanos de un mismo lado.

 

En 1898 cuando las tropas norteamericanas se preparaban para el desembarco por Guan­tánamo, el teniente coronel del Ejército Li­ber­tador Enrique Thomas, jefe del regimiento de Guantánamo, le dijo al capitán Browman H. Mc Calla, capitán del barco Marblehead: «los cubanos que venimos a unirnos a las fuerzas americanas somos patriotas decididos y hombres de honor, yo por mi parte, como jefe de ellos, le prometo que si dentro de tres días a partir de este momento no ha cambiado la situación, será porque ya no quede un hombre vivo». El 12 de junio de ese año, el mismo te­niente coronel Thomas rescató del campo de batalla el cadáver de un sargento norteamericano. En ese mes, en los combates del Cuzco y Playas del Este, los cubanos tuvieron seis mue­r­tos y nueve heridos y los norteamericanos dos muertos y dos heridos.

 

De 1903 hasta 1959 el pueblo sufrió agresiones a la moral y la vergüenza a través de la BNG. En abril de 1916 un sargento de la marina pe­gó una bofetada a un cubano en un café de Guan­tánamo, eso provocó una reyerta, se le instruyó causa y se dejó a Estados Unidos la decisión de juzgarlo, por no tener Cuba autoridad jurídica. Nada se hizo. El 10 de junio de 1919 un marine borracho mató a un niño de un disparo de fusil; el 24 de enero de 1922 penetraron en la finca Rin­cón Bellaco en Camagüey y sacrificaron una res, el montero Ramón García los requirió, motivo suficiente para que uno de ellos, Donald J. Mo­­ney, le disparara causándole la muerte; los tribunales camagüeyanos no pudieron juzgarlo, los jefes lo enviaron a continuar su servicio en la BNG.

 

Un campesino de Caimanera presentó una denuncia, en marzo de 1926, contra soldados y marinos norteamericanos destacados en la ba­se, parafraseando lo que él dijo: «en mi domi­cilio situado en Paso Cayama, se hace insoportable y peligrosa la vida de las familias, así co­mo en los caminos públicos de dichos lugares, debido a que casi diariamente, principalmente sábados y domingos, los soldados y marinos de la BNG han convertido dicho lugar y sus inmediaciones en campo de tiro al blanco, burdel y garito, disparando con fusiles y pistolas de re­glamento a diestro y siniestro, en estado de em­briaguez, hieren el ganado que se encuentra ba­jo mi custodia y en varias oportunidades han pasado al interior de mi domicilio».[3]

 

El 12 de diciembre de 1936 un soldado mata de un disparo a una mujer en el poblado de Boquerón, argumentando que estaba de cacería. Marines norteamericanos golpean salvajemente en una lancha y asesinan el 17 de di­ciembre de 1940, a Lino Rodríguez Grenot, por abordar la embarcación sin autorización.

 

La mayoría de los delitos no se ventilaban en tribunales cubanos por la esgrimida falta de ju­risdicción, pero tampoco se aplicaba justicia al­guna, lo cual multiplica la impotencia y có­lera.

 

En octubre de 1960, se desplegaron en zafarrancho de combate más de 1 400 infantes de marina, sin justificación alguna.

 

Desde allí salió el grupo para el ataque a la refinería de petróleo en Santiago de Cuba en marzo de 1961, causando muertos y heridos.

 

En 1962 asesinaron al pescador Rodolfo Ro­sell Salas; cuando se recogió su cadáver ocurrió lo mismo que con López Sabariego, eran evidentes las muestras de la crueldad y ensañamiento.

 

El 9 de junio de 1964 un disparo hiere al soldado cubano José Ramírez Reyes. El día 25 del mismo mes es herido grave el soldado cubano Andrés Noel Larduet. El 19 de julio cae mortalmente herido el soldado Ramón López Peña. El 23 de febrero de 1965 es herido el soldado Berto Belén Ramírez. El 21 de mayo de 1966 cae asesinado el soldado Luis Ramírez López.

 

No solo han tenido participación en las infiltraciones y exfiltraciones de contrarrevolucionarios, fueron artífices principales en el apoyo al alzamiento de El Cuartón de Soledad de Mayarí Arriba, con el propósito inmediato de atacar la guarnición de ese lugar, asesinar a los militares, al administrador de la granja y establecer grupos de alzados en armas en Alto Songo y Sagua de Tánamo.

 

Los alzamientos ocurridos en 1960 y 1961 en Arroyo Blanco, sierra La Hembrita y Puriales de Caujerí, fueron coordinados desde la BNG, con el propósito de unificar bandas de alzados, para el que lanzaron el armamento en el Na­ranjal de Caujerí. Fueron protagonistas de otros alzamientos dirigidos a crear fuerzas para apoyar la invasión mercenaria el 17 de abril por Playa Girón.[4] Desde la BNG se han hecho planes de asesinatos de nuestros dirigentes,[5] des­de ese sitio han tenido lugar agresiones del éter cubano con transmisiones de radio en distintas frecuencias.

 

En medio de las negociaciones sobre la crisis de octubre, la BNG fue reforzada de forma amenazante.[6]

 

A las provocaciones desde la base se sumaban la atención que daba la inteligencia naval a los grupos y bandas contrarrevolucionarias. La BNG fue utilizada como plataforma para la preparación y entrenamiento de mercenarios cubanos, así como en el aseguramiento logístico para sus acciones. Citemos solo, como ejemplos, algunos elementos.

 

El 5 de abril de 1962 penetraron en el territorio cubano, procedentes de la BNG, los prófugos de la justicia revolucionaria Heriberto Ro­dríguez Peña (El Rubio) e Israel González Ra­mírez, que formaban parte de la banda aniquilada en la zona de Yateras, subvencionada y dirigida desde la BNG a fines de 1961. Rodrí­guez Peña y su acompañante tenían la misión de abrir varios frentes de alzados en distintas zonas de la provincia de Oriente.

 

El 12 de abril de 1962 fueron detectados por el departamento de Seguridad del Estado Israel González Ramírez, Conrado Gómez García y Rodríguez Peña. En el momento de producirse la detención, este último disparó contra sus perseguidores, los que al repeler la agresión le causaron la muerte. A cada uno se le ocupó una granada y un arma corta.[7]

 

En la operación fueron capturados sus dos acompañantes, sometidos a juicio y sancionados a 30 años de privación de libertad. Uno de ellos declaró que cuando fue detenido por las milicias hacía cuatro días que se encontraba en la ciudad de Guantánamo, y que había sa­lido de la base junto con Rodríguez Peña, el que también portaba una pistola calibre 38 y una granada. Según sus declaraciones, estuvo aproximadamente un año y ocho meses alzado en contra del gobierno revolucionario; te­nían varias armas largas y revólveres cuando lograron llegar hasta Puerto Escondido, allí fueron detenidos y conducidos hasta la estación de policía de la base. Luego llegó un militar que decía ser Almirante, a quien le dijeron que llevaban cerca de 18 meses alzados contra el gobierno y que habían decidido asilarse pues la persecución de las milicias era muy inten­sa y no veían perspectivas inmediatas de triun­fo. Per­manecieron más de un mes, con la promesa de que los enviarían en la próxima invasión a Cuba, junto a 150 emigrados que allí se en­con­­­traban. Cuando salieron, el jefe de la ba­se les entregó junto a las armas con que entraron, dos granadas de mano, cerca de 100 cáp­s­u­las para revolver calibre 38 y les ayudó a salir en su ca­mio­neta. Lograron llegar a la ciudad de Guantá­na­mo, donde contactaron con dirigentes contrarrevolucionarios.

 

El 30 de abril de 1962, Gustavo Sandez Mo­villa llegó a la base donde se relacionó con un grupo de contrarrevolucionarios, comenzó una fase de entrenamiento para organizar un nue­vo foco de alzamientos, recibió un curso sobre guerra irregular y fue adi­estrado en contrainteligencia y en el uso de armas.

 

Cuando consideraron que ya estaba en condiciones de actuar, le plantearon como primera tarea ponerse en contacto con Amancio Mos­queda Fernández (Yarey), que se encontraba alzado en la zona de Baracoa. También la de organizar campesinos de la zona de Lajas, y fotografiar objetivos militares. En tanto otros dos individuos iban a reunirse con contrarrevolucionarios del Escambray.

 

Además, tenía que entrar en contacto con el que controlaba los contrarrevolucionarios de un lugar conocido por Filipinas, zona limítrofe con la BNG, y con otro individuo en un lugar llamado Platanito.

 

Sandez Movilla recibió de la BNG una cámara fotográfica para hacer fotografías de los objetivos militares, un mapa a escala de 1:50 000 y una pistola Colt calibre 45 y dinero; para salir fue acompañado por un capitán y un sargento de la marina quienes le dieron instrucciones sobre el modo de evadir las postas cubanas y llegar al territorio deseado.[8]

 

Este intento de crear focos guerrilleros en las zonas montañosas, dirigidos directamente por elementos infiltrados, fueron causa de mucha sangre derramada que no podemos olvidar. No se trata solamente de un asunto de soberanía, que también lo es. Nadie puede imaginar el es­tablecimiento de relaciones normales con la existencia de la base naval, donde los marines vuelvan a frecuentar la ciudad de Guan­tá­na­mo, Boquerón, Caimanera y otros poblados ale­daños como lo hacían antes del primero de enero de 1959, llevando a cabo sus desmanes, al amparo de una total impunidad.

 

[1] El 18 de octubre apareció su cadáver sepultado dentro del territorio ocupado. Los forenses cubanos, al examinar el cuerpo de Rubén, comprobaron huellas de tortura, fracturas en el cráneo, el pómulo derecho y el costillar izquierdo; estas últimas causantes de una lesión en el corazón que le ocasionó la muerte. Tenía además una herida de bayoneta en el abdomen, fracturas en una pierna ocasionadas por patadas, huellas de culatazos y otras lesiones. La muerte, según los médicos cubanos, tuvo lugar entre el 13 y el 14 de octubre. Un gran sentimiento de duelo e indignación sobrevino en todo el país al conocerse el vandálico hecho.

 

[2]Ver vecinos indeseables de Olga Miranda pág., 161-162

 

[3] Ver un Maine detenido en el tiempo, pág., 71,72.

 

[4] Las armas y explosivos provenían, en su ma­yoría, de la BNG, eran trasladadas al territorio cubano clandestinamente en contubernio con la jefatura de la BNG cuyo jefe, el almirante O’Do­nell, conjuntamente con sus ayudantes y em­pleando a un terrorista que se escondía en el enclave nombrado José Amparo Rosabal, alias El zorro, hacían llegar a los grupos contrarrevolucionarios.

 

[5] Operación Patty, contra la vida del Co­man­dante en Jefe y el General de Ejército Raúl  Castro, en La Habana y Santiago de Cuba simultáneamente. Maine detenido en el tiempo, pág., 145. Y expediente en los archivos del Centro de Inves­ti­ga­ciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE).

 

[6] Ver Vecinos indeseables de Olga Miranda, pág.,176

 

[7] Archivos del CIHSE

 

[8] Archivos del CIHSE

 

*Investigador del Centro de Investigaciones Histó­ricas de la Seguridad del Estado.

 

Fuente: Periódico Granma