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elizabeth mexicana

La obra, cuenta Elizabeth Guerra, es una pieza histórica y didáctica sobre el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagazaki, “un genocidio terrible que casi nadie reconoce como tal, y que tiene plena vigencia, ahora que el mundo está a un paso de una nueva guerra. Nuestro lema es con qué corazón se lanza una bomba atómica”.

 

Se llama Memoria Crítica, abunda esta joven de 23 años, fue escrita por Felipe Galbán e interpretada en Guantánamo como parte de las actividades del V Seminario por la Paz y la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, por el grupo Teatro de Mentes, junto al cual trabaja como actriz en Ciudad de México.

 

“Soy simpatizante del Movimiento mexicano por la paz y el desarrollo (Mompade) y junto a otros de esa organización, vine con un discurso contra la guerra, contra las bases incluida la de Guantánamo, pero expresado como sabemos hacerlo, a través del arte”.

 

La función fue este jueves. “Una sorpresa total, porque hubo confusión con el día y tuvimos que salir corriendo, pero nos encontramos un teatro lleno de personas de la población, estudiantes de actuación y los actores profesionales de la ciudad. Maravillosa”.

 

Teatro social. Teatro contra la guerra. En México, las temáticas están en los noticieros, acaparan portadas en los diarios. “Allá hacemos representaciones con muchas obras que tratan los problemas que tenemos, el feminicidio, la violencia…", continúa la actriz de 23 años.

 

cayetano mexicano

En Mompade, que según su página en Internet declara como su razón de ser la lucha por “lograr la paz y la seguridad, el progreso económico y la equidad social, la democracia y el respeto a los derechos humanos” también milita Cayetano Martínez, otro de los miembros de Teatro de Mentes.

 

Más veterano en el teatro, la militancia y la vida, asegura que “aunque la última intervención directa en México fue en 1914, por los Estados Unidos, todos los días sufrimos por la agresión imperialista, con ese muro que se construye ahora mismo en la frontera, y múltiples violaciones a los derechos humanos en el trato a los migrantes no solo mexicanos sino también de toda Latinoamérica y el Caribe, Cuba incluida”.

 

Por eso, continúa el activista, “dentro de nuestras luchas, formamos parte de un movimiento para dar apoyo directo a los migrantes, y amparo legal, sobre todo a las personas que no hablan inglés”. 

 

Sobre Cuba, y la presencia de la ilegal base norteamericana en la bahía de Guantánamo desde 1903, defiende que “no hay autoridad ni argumento legal que sustente una base intervencionista como esa, ni militar ni económico para el pueblo norteamericano, latinoamericano y, mucho menos, cubano.

 

“Viajamos por carretera desde La Habana hasta Guantánamo, y en la travesía comentaba a mis compañeros que la dignidad en América Latina se sigue llamando Cuba, y ahora que tuvimos la oportunidad de conocer más este pueblo, lo creo aun más. Por eso hay que defenderlos”.