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1 tele movEn menos de una generación humana, los teléfonos celulares pasaron de ser simples aparatos de comunicación a ocupar un lugar central en la vida moderna. Se usan lo mismo para tomar una foto y compartirla en las redes sociales que para escuchar música o hacer transacciones bancarias.

Según la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), las suscripciones a las redes móviles han crecido a un ritmo sostenido durante los últimos años y se espera que este 2017 alcancen los 4,3 billones a nivel mundial.

Sigue existiendo, sin embargo, una gran brecha entre los países ricos y pobres. De acuerdo con datos del último informe de la UIT, las naciones desarrolladas tienen el doble de líneas móviles por cada 100 habitantes que las naciones en desarrollo y casi cuatro veces más que las menos desarrolladas.

Aun así, las cifras son impresionantes. La red social Facebook cuenta ya con cerca de 2 000 millones de usuarios, cada minuto se suben a Youtube 300 horas de video y cada día se hacen más de 3 000 millones de búsquedas en Google. De ese tráfico, el 53 % proviene de aparatos inalámbricos como los celulares.

Pero nada sería posible sin el funcionamiento de una tecnología que está entre nosotros hace más de un siglo: el radio.

En esencia, son señales de radio a una frecuencia o banda determinada las que envía y recibe tu celular hasta la antena más cercana, ya sea que se trate de una llamada, mensaje de texto o navegación por Internet.

LA EVOLUCIÓN DE LAS «G»

Los primeros teléfonos móviles, que vieron la luz en la década de los 80 del siglo pasado, solo servían para tráfico de voz. Y aun así fue todo un reto poner de acuerdo a las distintas compañías para usar un único protocolo que estandarizara las comunicaciones, el mismo que ahora se conoce como la Primera Generación o 1G.

La calidad no era muy buena y el ancho de banda (la capacidad de enviar y recibir información) era baja, en el orden de algunos kilobites (1 000 bites) por segundo. Para tener una idea, cualquier foto actual puede llegar a contener un megabite de información (es decir, ocho millones de bites).

Para 1990 ya había más de 20 millones de teléfonos móviles en el mundo y se hacía necesario una mejoría. Surgieron entonces las primeras redes basadas en un protocolo estándar conocido como GSM (por las siglas en inglés de Sistema Global de Comunicaciones Móviles) o 2G.

El GSM es una de las tecnologías más difundidas en el mundo y se sigue incorporando a la mayoría de los teléfonos. Permite la transmisión de la voz y de datos, aunque de manera limitada.

Desde su entrada en vigor ha sido actualizada varias veces y protocolos como el GPRS (por las siglas en inglés de Servicio General de Paquetes de Radio) y el EDGE (acrónimo de las siglas en inglés de Tarifas de Datos Ampliadas) utilizan la misma tecnología para enviar mensajes multimedia (archivos y fotos de pequeño tamaño). Sin embargo, su ancho de banda siguió siendo limitado.

Internet y las verdaderas posibilidades de la comunicación multimedia llegaron a los celulares de la mano de la 3G. Su arribo a principios de este siglo coincidió con el auge de los llamados teléfonos inteligentes o smartphones, con capacidades de hardware mucho más avanzadas.

Con la 3G, que alcanza una velocidad de hasta 15 megabites por segundo, se puede navegar por Internet de forma fluida, incluso en sitios web complejos como las redes sociales o los servicios de alojamiento de videos al estilo de Youtube.

Desde hace varios años está disponible también la 4G. Según la UIT, para que una tecnología pueda etiquetarse como cuarta generación las velocidades máximas de transmisión de datos deben superar los 100 megabites por segundo.

Varios países latinoamericanos tienen desplegada infraestructura 4G en parte de su territorio, sobre todo en las ciudades principales, pero la 3G sigue siendo dominante entre las naciones en desarrollo.

Aunque todavía la última evolución no es una realidad global ni todos los terminales incluyen compatibilidad, ya los expertos comienzan a hablar de la 5G.

Se espera que alcance velocidades de más de 1 gigabite por segundo o lo que es lo mismo, 100 veces más rápida que la 4G. Si esto se hace realidad, se podría descargar una película en menos de un segundo y consultar toda la wikipedia en 15.

Uno de los mayores retos que tiene la 5G es superar una deficiencia de todas las anteriores generaciones: la estabilidad del servicio. Como los usuarios de la red compiten por los mismos recursos, cuando concurren una gran cantidad de ellos al mismo tiempo el servicio se hace más lento e incluso puede colapsar.

Otras tecnologías inalámbricas como la Wifi también compiten por garantizar el acceso a Internet desde los móviles. Pero, a diferencia de los protocolos que ofrecen las compañías de comunicaciones desde sus propias antenas, la Wifi necesita infraestructura adicional para conectarse a la red de redes.

LA 3G EN CUBA

Durante este 2017 ha sido noticia la implementación de la tecnología 3G en Cuba, que ha visto aumentar la penetración de los teléfonos móviles durante los últimos años hasta superar los cuatro millones de equipos.

Aun así, la cantidad de servicios y aplicaciones a las que se puede acceder desde la propia red celular cubana es muy inferior al resto de América Latina.

Según el sitio web de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), la cobertura 3G, donde está disponible, ofrece desde ya una mejoría a los servicios de datos como es el correo Nauta.

Todos los municipios de la ciudad de La Habana cuentan con antenas de tercera generación, así como las cabeceras provinciales y los polos turísticos.

«La 3G es una tecnología de una generación superior a la 2G, por lo que ofrece ventajas en cuanto al acceso a la red, la calidad de la voz y el ancho de banda para transmitir datos, así como mayor velocidad de acceso», refiere la empresa de telecomunicaciones del país.

Pero la empresa advierte sobre determinados requisitos que deben cumplir los terminales que pretenden utilizar sus redes 3G.

La tecnología implementada en el país es el estándar WCDMA (por las siglas en inglés de División de Códigos de Banda Ancha y Múltiples Accesos) en la frecuencia de 900 MHz, que es una norma internacional utilizada por varias naciones de Europa y América Latina.

«La información y los datos que llegan a los smartphones sucede a través de ondas de radio que viajan por el aire, y pueden tener diferentes frecuencias: 900 MHz, 1 800 MHz, 2 600 MHz, etc. De ahí la precisión de comprobar siempre las bandas disponibles del móvil antes de adquirirlo, pues en dependencia del receptor que posea el dispositivo, podrá conectarse a la 3G en Cuba», señala el sitio web oficial de la institución.

Esto no implica, aclaran, que un teléfono que no sea inteligente no pueda acceder a la nueva red, aun con las limitaciones propias de su terminal.

Como tampoco significa que si el móvil no soporta esta tecnología ya sea inutilizable, pues la 2G y la 3G coexisten sin dificultad. «El cliente podrá como hasta ahora seguir cursando tráfico, lo que su teléfono se conectará a la red que tenga mejores condiciones siempre y cuando sea compatible con la frecuencia y el estándar establecido».

Para comprobar manualmente si el teléfono puede acceder a la tecnología de tercera generación, en el caso de los que poseen el sistema operativo Android, solo es necesario abrir la herramienta de Ajuste, ir hasta Redes Móviles y entrar en el apartado de Modo de Red. Los pasos pueden variar ligeramente en dependencia del modelo.

Desde el blog TuAndroid, una plataforma cubana que se especializa en el conocido sistema operativo de Google, hacen un llamado a los usuarios cubanos a que se fijen en esta característica antes de adquirir un teléfono.

Todos los que se comercializan en la red de Etecsa son compatibles pero muchas personas prefieren comprar otros equipos o los reciben de regalo desde otros países.

En TuAndroid señalan con preocupación que carecen de compatibilidad la mayoría de los teléfonos BLU, una de las marcas más presentes en el país por sus altas prestaciones a precios bajos. De los 136 modelos de BLU analizados por ellos, apenas 12 tenían posibilidades de conectarse a la red 3G en la frecuencia de los 900 Mhz.

Según Etecsa, además de mejorar la velocidad de conexión del correo Nauta, la 3G posibilitará en un futuro el acceso a «otros servicios y facilidades».

Entre los planes de desarrollo de la entidad empresarial cubana está la comercialización de Internet directamente desde los móviles y la 3G garantiza una plataforma mucho más estable para la informatización de la sociedad cubana.