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telefonos publicos01Etecsa prioriza la instalación de teléfonos públicos en comunidades rurales y con más de 200 habitantes. Foto: Archivo.

Aunque cada día se vuelve más fácil relacionarse y superar las barreras físicas y geográficas, mediantes unos rápidos desplazamientos táctiles en el móvil o el tecleo de un saludo en las redes sociales, existen otras vías y formas para comunicarnos, sobre todo, si andamos escasos de saldo en el celular y ante una situación imprevista.

Quizá más relegada por el auge de las nuevas tecnologías, –pero fundamental para aquellas personas que residen en localidades sin acceso telefónico, sin desestimar tampoco a quienes hacen uso del servicio por no disponer ya sea de una línea fija en casa o de un dispositivo móvil–, la telefonía pública sigue siendo una de las prestaciones primarias en la estructura telecomunicativa del país, y a la que se le destinan también recursos e inversiones.

Según señaló la ingeniera Raquel Stone Espinosa, jefa del departamento de operaciones, de la división de telefonía pública de Etecsa, durante el 2016 los equipos asociados a este servicio ascendieron a 59 818, de ellos 8 588 son teléfonos monederos y 19 184 como agentes de telecomunicaciones.

Asimismo, existen 1 236 estaciones públicas para personas con necesidades especiales, siendo la densidad de 11 por cada 100 000 habitantes.

En lo que va del 2017, refirió Stone, las principales inversiones se destinan a la adquisición de teléfonos públicos para continuar la instalación de estos en comunidades rurales y con más de 200 habitantes, a la vez que se ha planificado la distribución y el montaje de postes, medias cabinas y sistemas de protección a tierra para los equipos que están en avenidas públicas y expuestos a las inclemencias del tiempo.

Sobre estos particulares, Omar Tejedor Ledo, director central de la misma división, puntualizó que la instalación de los sistemas integrales está prevista para septiembre del presente año, en tanto ya fueron distribuidos a lo largo del territorio nacional 350 postes con 700 medias cabinas, de las cuales ya han sido instaladas una parte en Pinar del Río, La Habana (los territorios norte y sur), Mayabeque, Artemisa, Matanzas, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

“En relación con las localidades sin acceso telefónico y las estrategias de la empresa para su solución, podemos argumentar que para el periodo 2015-2018 se realizó el levantamiento en el país de 124 asentamientos poblacionales entre 200 y 299 habitantes sin el servicio referido, según el censo de población del 2012”, precisó Tejedor.

Hasta la fecha, indicó el directivo, ha sido resuelta la comunicación en 102 de estos asentamientos, con la instalación de servicios telefónicos por la red móvil, satelital y fija, en las modalidades de agente de telecomunicaciones o teléfonos públicos GSM (Sistema Global para las Comunicaciones Móviles).

“Para los 22 asentamientos pendientes, se han asignado cuatro VSAT (Terminal de Apertura muy pequeña, por sus siglas en inglés) (un tipo de antena que no sobrepasa los dos o tres metros de diámetro y que se utiliza para la comunicación de datos vía satélite) y ocho teléfonos públicos GSM, que se encuentran en fase de instalación; la solución de los restantes está asociada a las inversiones de las radiobases que está llevando a cabo la red móvil”.

Por otra parte, hemos recibido 143 solicitudes correspondientes a planteamientos realizados en asambleas de rendición de cuenta, para comunidades sin servicio telefónico. De ellas, 31 ya han sido resueltas, 51 están en proceso de instalación y se realizan estudios de cobertura celular en las localidades que faltan para ir cubriendo esa necesidad, explicó Tejedor.

Servicios, inversiones y responsabilidad ciudadana

telefonos publicosLa tarjeta prepagada (Servicio Propia) es la modalidad de la telefonía pública que mayor uso social reporta. Foto: EFE.

Una de las prestaciones quizá menos conocidas de la telefonía pública en Cuba son las llamadas con cobro revertido.

Según explicó a nuestro diario Raquel Stone Espinosa, Etecsa ha implementado esta opción como una alternativa en lugares de alta necesidad de comunicación como en policlínicos, institutos médicos y de investigación, farmacias, funerarias, hogares maternos y de ancianos, así como en terminales de transporte y otros centros de alta afluencia.

“Para tener acceso, solo es necesario marcar 16 969 y solicitar el servicio a la operadora. La comunicación quedará establecida una vez que la persona que recibe la llamada acepte el pago, a quien se le cargará el costo en su factura telefónica”.

Por otra parte, aun cuando la tarjeta prepagada (Servicio Propia) es la modalidad de la telefonía pública que mayor uso social reporta, –ya sea por las facilidades de recarga o el alcance de las llamadas, tanto nacionales como internacionales–, los teléfonos monederos resultan también de suma importancia, fundamentalmente en hospitales y funerarias, con alta presencia de personal de paso, mientras que los agentes de telecomunicaciones cumplen un rol determinante en comunidades alejadas donde se utiliza la telefonía fija alternativa (TFA).

Sin embargo, pese a la utilidad social del servicio, la telefonía pública en el mundo está en franco declive. “Ante la presencia y avance de las tecnologías móviles y de transmisión de datos, son muchos los proveedores que han abandonado el mercado o reducido sus producciones, lo cual encarece la compra de los equipos necesarios”, refirió Stone.

Esto es lo que sucede con la tecnología de los monederos, que resulta sumamente costosa de adquirir y mantener. “Por ejemplo, un equipo de este tipo cuesta en el mundo alrededor de 850 USD, en tanto las piezas que intervienen a lo interno para procesar las monedas ascienden aproximadamente a 450 dólares. En el caso de los microteléfonos, estos pueden valer en el mercado hasta 49 USD, y los teclados y display rondan cada uno los 43”.

En nuestras calles hay equipos con más de 18 años de funcionamiento, puntualizó la ingeniera. Y como parte del proceso inversionista y de renovación, durante el pasado mes de mayo se culminó con la modernización de la gama baja de la tecnología más antigua en el país, –que si bien es transparente a la vista del cliente pues se mantienen las mismas carcasas de los teléfonos–, las piezas internas fueron sustituidas, agregó la ingeniera.

A esta realidad, que ya de por sí es compleja, se suma que los teléfonos ubicados en avenidas y plazas públicas son objeto frecuente de vandalismo y hechos delictivos (cabinas destrozadas y llenas de grafitis, cables arrancados, introducción de objetos en las aperturas de devolución de monedas y tarjetas, etc.). Tales acciones no solo se revierten en pérdidas significativas para la empresa, sino que también generan un malestar social en la población que necesita del servicio.

De ahí que la responsabilidad ciudadana y el sentido de cuidar un bien común pueden hacer la diferencia en el momento de levantar el auricular y realizar esa llamada que tanto nos urge.

Fuente: Cubadebate