paquetes correojpg Aquellos envíos que arribaron al país con fecha posterior al 1ro. de septiembre fueron almacenados en un depósito temporal para su correcto procesamiento. Foto: Ismael Batista

Uno de los principios fundamentales que dicta el Servicio Postal Universal, firmado actualmente por 192 países, del cual Cuba es signataria, es la garantía de un servicio accesible a todos, asequible económicamente y con determinado nivel de calidad.

Sin embargo, no siempre funciona de esta manera. Aun cuando en un vuelo, luego de la tripulación, los pasajeros y sus equipajes, debe ser embarcado el correo (bultos postales, correspondencia, etc.), entidades postales de algunos países priorizan en ocasiones otras cargas o paquetería de agencias privadas. Esto trae como consecuencia entonces el envío por terceros países de los bultos postales y por supuesto demoras y pérdidas en el proceso.

En los primeros días del mes de septiembre, una vez entradas en vigor las nuevas regulaciones aduanales contenidas en las resoluciones 206, 207 y 208, y la 300 del Ministerio de Finanzas y Precios, esta última en la cual se incrementan las tarifas para los envíos postales; comenzaron a llegar una serie de envíos, procedentes en su mayoría de Brasil, que ostentaban sin embargo fechas de imposición muy tempranas.

“Percibimos despachos postales creados entre 15 y 20 días antes, pero al llegar al país después del 1ro. de septiembre tal y como dicta la resolución, tenía que procederse a aplicar las nuevas normas aduanales que es lo que tenemos informado”, explicó a Granma la in­geniera Zoraya Bravo Fuentes, directora de Operaciones Postales del Grupo Empresarial Correos de Cuba.

paquete correo2Algunos Bultos Postales Internacionales fueron ex­pedidos con 15 y hasta 20 días de antelación. Foto: Ismael Batista

La directiva aseguró que solamente se le aplicó la resolución a aquellos despachos que arribaron a territorio nacional después de la fecha en que esta entrara en vigor. Correos de Cuba asumió el reto de almacenar hasta en el comedor de la planta los envíos que habían entrado al país hasta el 31 de agosto, y, me­diante una autorización de la Aduana General de la República, habilitaron un depósito temporal para las cargas nuevas que arribaran con fecha 1ro. de septiembre, y de esta manera separarlas debidamente.

“Esto nos retardó entre el 16 y el 20 de septiembre, cuando terminamos con los envíos al­macenados en la planta y que entraban por la norma anterior a la actual. Correos de Cuba pue­de asegurar que a todos los envíos anteriores al 1ro. de septiembre, que arribaron a nuestro país con fecha de cierre 31 de agosto, se les aplicó debidamente la norma anterior, y a los que en­traron a partir del 1ro. de septiembre, se procedió entonces a aplicársele la nueva nor­ma que está puesta en vigor”, apuntó Zo­raya Bra­vo.

La demora estuvo dada básicamente, se­gún dijo la directora de Operaciones Postales, por incongruencias en los países de tránsito como Panamá y Jamaica, por ejemplo.

“Según los registros de control que tenemos, en el caso de la aerolínea panameña Co­pa, en los primeros cuatro días del mes de septiembre, recibimos alrededor de 5 500 envíos. Cuando estuvimos muestreando algunos despachos cuyos orígenes tenían que ver con co­laboradores nuestros, nos dimos cuenta de que casi el 85 % de los envíos que se recibieron esos días, habían sido remitidos en los primeros 15 días del mes de agosto”, recalcó.

“Copa incluso nos había facilitado una copia de un documento con fecha 28 de agosto, dirigido a la aduana de carga en el aeropuerto, donde pone de manifiesto que era incapaz de poner en Cuba todas las cargas que tenía en su poder almacenadas, fundamentalmente las cargas del correo de Brasil”, agregó.

A partir del 20 de septiembre, las personas comenzaron a recibir sus bultos postales, a lo cual sobrevino una lógica oleada de quejas a la entidad nacional que, en este caso especí­f­ico, no es responsable por las demoras. Sin embargo, el Grupo Empresarial Correos de Cuba, por su deber hacia los clientes, no puede quedarse de brazos cruzados ante una situación como es­ta.

“Cuando nosotros recibimos estos des­pachos, procedimos a hacer las notificaciones a los países involucrados de que se es­taba violando uno de los principios de la universalidad del servicio”, explicó Zoraya Bravo.

En el caso específico del correo brasileño, al cual notificaron de la situación en los primeros días de septiembre, no habían recibido aún respuesta alguna.

Lo cierto es que, a pesar de que Cuba no puede “obligar” a las entidades postales de otros países a cumplir con lo convenido, y de los problemas que sabemos posee nuestro propio servicio, es la población quien sufre las consecuencias del mal trabajo, ya sea propio o ajeno. Deberían buscarse otros mecanismos para dar respuesta anticipada y rápida a estas problemáticas y disminuir así los daños económicos que se reflejan en el cliente ante la de­mora de sus pertenencias.

Fuente: Periódico Granma

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