vicepresidente banco Foto: Mailín Guerrero Ocaña

Con el proceso de actualización del modelo económico cubano, el sistema bancario también ha debido ajustar sus mecanismos. En ese sentido, uno de los mayores retos que hoy enfrenta es mejorar la calidad de sus servicios, los cuales se han ampliado al calor de medidas como la autorización del trabajo por cuenta propia, las cooperativas no agro­pecuarias, la compra-venta de vi­vien­das y vehículos de motor, en­tre otras cuestiones.

A ello se suma la implementación del Decreto-Ley 289 De los créditos a las personas naturales y otros servicios bancarios, norma que ha demandado una ardua preparación de los trabajadores bancarios, no solo a la hora de ejecutar las operaciones, sino de explicar a los solicitantes detalles sobre la mis­ma.

Acerca de estos temas Granma conversó con el vicepresidente del Banco Central de Cuba (BCC), Francisco Mayobre Lence.

—¿Cómo se ha comportado hasta el momento el otorgamiento de créditos a personas naturales?

—Al cierre de septiembre se habían ejecutado 378 011 financiamientos por 3 231 millones de pesos. El 63 % de los mismos para financiar acciones constructivas de las viviendas.

“En el caso de los destinados a la adquisición de equipos de cocción de alimentos en las tiendas recaudadoras de divisas, hasta la misma fecha se habían otorgado más de 10 millones de pesos por ese concepto.

“Continúa con una presencia importante en la cartera de los bancos los préstamos a los agricultores individuales, los que desde que se implantó la nueva política con el Decreto-Ley 289 hasta el momento han recibido más de 1 100 millones de pesos para la realización de la actividad productiva”.

Una información de nuestro corresponsal en Cienfuegos reportaba que los trabajadores por cuenta propia (TCP) no hacían un uso frecuente de las líneas de crédito, ¿es así en todo el país?

—Este es un sector que ha surgido en la economía y se ha desarrollado poco a poco. En el Decreto-Ley 289 se contempla que pueden abrir cuentas corrientes y recibir financiamientos. Pienso que, como es lógico, entre todos los cambios que deben asumir al afrontar la nueva actividad, la parte bancaria no ha sido la que más rápido han abordado. Por eso, no solo el desenvolvimiento de los créditos, sino también de las cuentas corrientes no sucedió como se esperaba.

“La percepción de Cienfuegos es la nacional. Se han hecho encuestas y se ha puesto de manifiesto que los TCP tienen muchas dudas e insatisfacciones con el trabajo del banco. Sus planteamientos han sido tomados en cuenta y desde el año pasado se han instrumentado medidas con vistas a ir flexibilizando, sobre todo, el otorgamiento de créditos.

“Por ejemplo, para este sector se simplificaron los requisitos de documentación, análisis y aprobación, atendiendo al tipo de actividad que se realice; se disminuyó el importe mínimo para otorgar financiamientos, de 3 000 a 1 000 pesos; y se facultó a los presidentes de los bancos para aprobar importes inferiores y plazos superiores a 10 años.

“Además, se indicó aplicar las tasas de interés mínimas, otorgar periodos de gracia hasta 12 meses para principal interés, y simplificar los más posible los requisitos de garantía.

“A ello se une la necesidad de diseñar productos para que les resulte más atractivo operar las cuentas bancarias y las vean como una posibilidad de hacer todas las transacciones de la actividad que realicen, sin que les resulte molesto. Este es un campo donde queda mucho por trabajar para ambas partes”.

—¿Hasta el momento, cómo se han comportado las devoluciones?

—Muy bien. No se reportan problemas de créditos irrecuperables. Puede ser que en algún plazo el crédito no se haya honrado, pero se ha renegociado con el banco y se puede considerar de bueno el proceso de recuperación después de tres años de otorgados.

—¿Qué garantías se emplean mayormente?

—Se están empleando todas las previstas por la Ley, pero el comportamiento no ha sido el esperado. Las más usadas continúan siendo las tradicionales, o sea, los fiadores.

“Las garantías reales han tenido poco uso, siendo las más frecuentes los bienes agropecuarios, en el caso de los créditos otorgados a agricultores pequeños. En el resto de la población las más empleadas de este tipo han sido los autos”.

—La demanda de los servicios bancarios ha aumentado notablemente. ¿Tienen considerado abrir nuevas sucursales? En sentido general, ¿qué medidas están tomando para mejorar la calidad de las prestaciones?

—La demanda del servicio supera las capacidades para brindarlo, y se expresa fundamentalmente en La Habana y en las capitales de provincia.

“Mejorar la calidad del servicio es uno de los objetivos establecidos en el sistema bancario desde hace varios años, y se evalúa periódicamente en los Consejos de Dirección del BCC y de las instituciones que tienen la responsabilidad de prestarlo.

“Como medidas para ello se está extendiendo el horario de servicio en las oficinas donde exista mayor demanda de público. En ese grupo figuran 76 sucursales, 64 del Banco Popular de Ahorro, que de lunes a sábado abren hasta las 7:00 p.m.; y 12 de Banco Metropolitano, que ofrecen atención hasta las 7:30 p.m. En estas últimas solo se brinda servicio extendido en la caja, y en la medida que se adopten las condiciones pertinentes de organización se irán incorporando otros servicios.

“También se han habilitado oficinas especializadas para atender las solicitudes de créditos; donde es posible se están convirtiendo las llamadas cajas de ahorro en sucursales, de manera que puedan asumir mayor número de servicios; y se están revisando los procesos internos de los bancos asociados con los efectos de aligerarlo lo más posible y que las transacciones sean más rápidas.

“No se descarta la posibilidad de abrir nuevas oficinas. Te­ne­mos necesidad de abrirlas, sobre todo en La Habana y en las capitales de provincia, pero esto se hará en la medida que las posibilidades de locales y de recursos para ejecutar las reparaciones o inversiones estén disponibles”.

—Sobre la red de cajeros automáticos, ¿no cree que se hayan emitido más tarjetas que las que puede soportar?

—Lo que ha sucedido es que hasta finales del 2013 la red de cajeros automáticos no estuvo funcionando bien. Su disponibilidad no llegaba al 90 %, pero desde esa fecha hasta ahora están funcionando por encima de ese promedio.

“La red también se ha extendido. En estos momentos hay 581 cajeros automáticos operando en el país; de ellos, 396 en La Habana. El año próximo está previsto el arribo de 175 equipos más. Y el número de tarjetas emitidas es de 2 450 000.
“Debemos trabajar en la automatización de los servicios, ir a lo que se conoce como banca electrónica, o sea, que usted asocie a las cuentas bancarias tarjetas magnéticas; pero para eso debe existir una infraestructura, no solo de cajeros, sino de Terminales de Puntos de Ventas (TPV o POS).

“No hacemos nada dando una tarjeta a una persona para que en lugar de hacer la cola en un banco la haga en un cajero automático. Debe­mos lograr que tenga la opción de, cuando vaya a las tiendas, por ejemplo, pague con su tarjeta. Se está trabajando en eso: en ampliar la red de TPV en los comercios, y ya se observan más operaciones, pero aún es insuficiente”.

—Hace un tiempo se habló de unificar los servicios de las Casas de Cambio (CADECA) en locales más amplios y seguros. ¿En qué estado está ese proceso?

—Existe un grupo de oficinas que se han ido acondicionando y am­pliando sus horarios. Por la necesidad de brindar el servicio de cambio y la ausencia de locales para ello —sobre todo en La Habana—, hubo que habilitarlas en caravanes (quioscos pequeños).

“Aunque ello ha aliviado la situación, esos locales no tienen las condiciones idóneas para la atención al público, incluso debemos observar las medidas de seguridad. Debemos señalar, sin embargo, que en los bancos también se hacen operaciones por cuenta de CADECA.

“Otro elemento que está ayudando es que en un grupo de tiendas recaudadoras de divisas se puede pagar en pesos cubanos”.

—¿Cómo se tramitan las quejas de la población?

—Cada institución que presta servicios tiene un área de atención a la población y en el BCC, que no los presta directamente, también existe un área donde se reciben las quejas y se les da seguimiento.

“Unidas a los planteamientos de los electores en las asambleas de rendición de cuenta, este es uno de los termómetros que tenemos para ver la calidad del servicio, y uno de los elementos en que nos basamos para evaluar qué no es bueno. Casi todas están asociadas con esa cuestión”.

Fuente: Periódico Granma

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