1sochi vietnan cubaPudo haber una premonición en las palabras del Apóstol cuando, dirigiéndose a los niños en La Edad de Oro, destacó la voluntad y el valor del «pueblo del Reino de Anam», para nosotros, hoy, Vietnam; pues a esa nación y a Cuba las unen un pasado de lucha y resistencia y el combate permanente por preservar sus conquistas.

Ese contacto, que se hizo realidad desde el triunfo de la Revolución Cubana, tuvo la noche de este martes una nueva dimensión, cuando las delegaciones de las juventudes de ambos países sostuvieron un fraternal encuentro de solidaridad e intercambio, como parte de las jornadas del 19no. Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se desarrolla en esta ciudad.

Luego de calificar este día como especial, Le Quoc Phong, miembro suplente del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam y primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas Ho Chi Minh, señaló que espera que Cuba y la nación asiática caminen juntas en el futuro y continúen fortaleciendo aún más la solidaridad y el respeto mutuos.

Creemos que no existe otra persona que haya plasmado con tanta fuerza su huella en los jóvenes como Fidel, por lo que vamos a proseguir con la tradición de las generaciones anteriores de fortalecer nuestros vínculos bilaterales, dijo el dirigente juvenil, quien añadió que los vietnamitas siempre recuerdan una frase expresada por él cuando la situación les era más dura y adversa dado el poderío enemigo: «Por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre».

De la simpatía por esta nación, símbolo de las luchas contra el imperialismo, habló Susely Morfa González, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, quien a la vez agradeció estas muestras de fraternidad y recordó el gran significado que tuvo para el trabajo de la organización la visita a Cuba de una delegación vietnamita en agosto último.

Durante el encuentro —al que asistieron íntegramente las delegaciones de ambos países— los representantes compartieron obsequios, historias, ideas y disfrutaron de un exquisito homenaje cultural, donde estuvo representada la cultura de ambos países.

Así, los vietnamitas disfrutaron con las interpretaciones de Buena Fe, el proyecto musical Casabe, y Duani Ramos, voz líder del grupo Moncada; además de los trovadores Eduardo Sosa y la intérprete Annie Garcés —todos parte de la delegación artística de la Isla a Sochi—; y los cubanos escucharon, entre otras, canciones dedicadas al Presidente Ho Chi Minh.

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