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josé rubieraEn tiempos de desastres naturales en Cuba, la voz del doctor José Rubiera se convierte en calmante para los cubanos. Pero al carismático meteorólogo no se le vio anunciando una posible tragedia porque no se pueden pronosticar tornados. Nadie sabía que ocurriría; por eso las imágenes hacen fruncir los rostros ante la sorpresa, ante la tristeza que siempre produce en esta Isla el dolor del otro.

Linieros, trabajadores de Servicios Comunales, bomberos, médicos, policías, vecinos, enfermeros, periodistas, meteorólogos, todos vivieron este lunes una jornada que parecía infinita. Así también lo sintió el rey del tiempo en Cuba. Rubiera llegó a su casa al filo de la medianoche de este 29 de enero, pero el agotamiento del día no le impidió dialogar con Cubadebate –vía correo electrónico– sobre el evento meteorológico que ha dejado estupefacta a toda Cuba.

– ¿Qué condiciones medioambientales posibilita la formación de un tornado, si se tiene en cuenta que no es usual que ocurra en nuestro país?

– El que los tornados no sean muy frecuentes en Cuba, no quiere decir que no puedan existir, siempre que se den condiciones atmosféricas propicias como áreas de gran inestabilidad, que ocurren en las cercanías de bajas extratropicales, frentes fríos y vaguadas pre-frontales en la etapa invernal.

Rubiera comentó que este fenómeno puede ocurrir también durante el verano, cuando las tormentas eléctricas alcanzan un estado de severidad: “Por lo general, la gran inestabilidad a que hago referencia está asociada con la confluencia de aire muy húmedo y cálido por delante de un frente o una baja extratropical o vaguada pre-frontal, y también con temperaturas muy bajas, del orden de -5 a -10 ºC a una altura de 6 kilómetros, esto último algo que es lo que los produce en verano”.

– ¿Qué características tuvo este tornado?

– El tornado se forma en una nube que adquiere características severas. Comienza a haber un movimiento circulatorio en la base de la nube, y se va extendiendo a la tierra como rabo de nube, que al tocar tierra se le llama tornado. En este sentido, el tornado de La Habana tocó tierra en las inmediaciones del Casino Deportivo sobre las 8:26 pm del domingo 27 de enero pasado y continuó con una trayectoria general al Estenordeste hasta salir a la costa, al Este de Alamar, pero mucho más debilitado y en disipación.

José Rubiera aclaró que en la zona de Alamar no se sintió el paso del fenómeno, pero sí en Berroa que fue afectada por su porción sur: “En total fue un recorrido de unos 11.5 kilómetros en solo 16 minutos, para una velocidad de traslación de 42.5 km/h. En un inicio su influencia alcanzaba unos 500 metros de lado a lado, después, en la mayor parte de su trayectoria lo hizo con un diámetro de afectación de 700 metros, y al final, ya casi disipado, lo tenía en unos 1000 metros”.

“En cuanto a su intensidad, fue un tornado EF4 en la escala de Fujita aumentada, eso quiere decir vientos entre 267 y 322 kilómetros por hora. Digamos que podemos estimar que tuvo vientos del orden de 300 km/h. Como no puede medirse el viento en los tornados, pues no hay instrumento que pueda resistir sus vientos, se usa su efecto en edificaciones u objetos. En este caso, sabemos que es un EF4 por los daños observados y porque volcó y arrastró automóviles y otros vehículos”, afirmó el meteorólogo.

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– ¿Existe alguna manera de prever este tipo de eventos?

– No se puede pronosticar un tornado en particular ni su trayectoria. Es un sistema pequeño en tamaño, de corta vida y trayectoria. En países situados más al norte, como en el llamado “Tornado Alley”, en Estados Unidos, son muy comunes en invierno las tormentas severas que dan lugar a tornados, con un influjo de aire muy cálido y cargado de humedad que les llega por delante de un frente frío desde el golfo de México.

El doctor explicó que en ese caso se pronostica un área muy grande, “en la cual Cuba cabría muchísimas veces”, como zona probable a la formación de tornados. Rubiera señaló que no es posible pronosticar este tipo de fenómenos porque a veces son varios, “a no ser que ya esté formado el tornado y se le siga con radar Doppler”.

Si el tornado tiene una mayor duración y recorrido se le puede dar seguimiento por el radar. Solo en esa circunstancia –informó el doctor– es que se puede “alertar a determinada área hacia donde se observa que se está moviendo en la pantalla de radar. Eso conlleva, además, un sistema de alarmas por radio y televisión especial para ese peligro, concebido así debido a la frecuencia con la que ocurren esos tornados”.

La fuerza voraz de los vientos en La Habana arrancó techos, sepultó autos, volcó rastras, levantó aceras, derribó postes eléctricos y destruyó vidas humanas. Algunos perdieron seres queridos, otros se recuperan bajo el altruismo que sacan nuestros médicos a flor de piel. Muchos lloran. El daño es grande, y el hombre que transmite paz a los cubanos en momentos de desastres naturales, el doctor José Rubiera, dedica un hálito de amor por los suyos antes de apoyar la cabeza en la almohada:

“Todo se puede recuperar, excepto la vida. Por tanto, ante las adversidades, primero protegernos, y después recuperar lo perdido, con la confianza de que lo haremos en el menor tiempo posible, sin que nadie quede desamparado. Ante estas desgracias, un sincero mensaje de aliento para seguir adelante”.

Tomado de Cubadebate