foto juventud cuba

Desde una perspectiva y mirada joven, estudiantes, campesinos, intelectuales, artistas, trabajadores por cuenta propia, líderes juveniles y otros actores sociales debatieron este miércoles en la capital sobre realidades cubanas y de las Américas, experiencias que trasladarán al Foro de los Jóvenes previsto para los días 8, 9 y 10 de abril en Panamá.

Como parte del Foro Juvenil Cubano La juventud y las Américas que queremos, se­sionaron en distintos espacios de la Universidad de La Habana (UH) y el Pabellón Cuba paneles sobre Seguridad ciudadana, Medio Ambiente y energía, Educación y sa­lud, Gobernabilidad democrática y participación ciudadana.

El objetivo del evento fue recoger opiniones y propuestas de cara a la Cumbre de las Américas, con sede en Panamá, donde se prevé por primera vez la asistencia de Cuba y donde también se realizarán foros de la sociedad civil y la juventud de la región que tocarán estos asuntos.

Los participantes en el Foro Juvenil comenzaron la jornada de este miércoles con un homenaje al líder revolucionario Julio Antonio Mella, en el Memorial que guarda sus cenizas.

La ofrenda floral al pie de la histórica escalinata universitaria, simbolizó el tributo de las nuevas generaciones al líder estudiantil, cuya acción despertó multitudes y sumó voluntades en el camino hacia una sociedad justa.  

Con la presencia de Gustavo Cobreiro, miembro del Comité Central del Partido y rector de la casa de altos estudios, los estudiantes y jóvenes trabajadores de diversos sectores recordaron la obra de Mella, fiel a los preceptos martianos y amparada en el concepto de que todo tiempo futuro debe ser mejor.  

El presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la UH, Randy Perdomo, convidó a los presentes a ascender la escalinata con la idea de que luchar por la revolución social en América, como dijera Mella, no es utopía de locos o fanáticos, es luchar por el próximo paso de avance en la historia.

SEGURIDAD CIUDADANA, GARANTÍA DE DERECHOS
En el panel sobre Seguridad ciudadana realizado en la Plaza Hugo Chávez de la UH, los jóvenes reflexionaron sobre este tema en el contexto cubano y latinoamericano.

Abordaron las plenas garantías que tienen los cubanos en cuanto a derechos humanos, como son el acceso universal y gratuito a la educación y la salud, al empleo, a la información, a la protección y a la igualdad racial y de género, así como a la aprehensión por parte de los jóvenes de conocimientos que les permiten salvaguardar sus derechos y deberes.

Yusuam Palacios, jurista y presidente del Movimiento Juvenil Martiano, abrió el debate conceptualizando el término seguridad ciudadana como un estado ideal de ausencia de todo daño a los derechos humanos.

Sostuvo además que en Cuba existen instituciones jurídicas con la misión de garantizar el cumplimiento de los derechos del hombre y que la seguridad ciudadana tiene plenas garantías.

Ahondó además en la importancia de estudiar nuestras leyes y aparatos jurídicos. “La sociedad cubana no puede avanzar en varios retos constitucionales si no se conoce su Constitución”, expresó.

Según Palacios, existen varios factores que inciden en la seguridad ciudadana y uno de ellos es la ineficacia del orden político, económico y social existente en la actualidad en países de América Latina y el mundo.

Conocer nuestra realidad y saber qué es lo que debemos fortalecer en materia de seguridad ciudadana, es algo que debemos hacer antes de llevar nuestras propuestas al Foro de la Cumbre de las Américas, concluyó Pa­la­cios.

Por su parte, Lidia Lliso Ferro, del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, reflexionó en cuanto a las diferencias que tiene Cuba con algunos países americanos en términos de desarrollo y seguridad social.

Profundizó en temas como los Objetivos del Milenio, los cuales la nación tiene cubiertos en gran medida desde hace tiempo, sobre todo los referidos a terminar con la pobreza extrema y el analfabetismo.

Puso como ejemplo las acciones de mecanismos regionales como la Alianza Boli­va­riana para los Pueblos de Nuestra América-Tra­tado de Comercio con los Pueblos (ALBA-TCP) en busca de mayor equidad, accesibilidad y de­sarrollo, en especial para intentar erradicar el hambre del panorama latinoamericano y caribeño.

María del Carmen Díaz, de la Dirección Nacional del Ministerio de Justicia, expuso los mecanismos jurídicos con que cuenta Cuba para garantizar el empleo, los salarios y la seguridad social, entre otros beneficios.

Hizo especial énfasis en las posibilidades de empoderamiento que tienen las mujeres en la Isla en contraposición a lo que sucede hoy en América Latina y el Caribe.

El estudiante de Periodismo René Camilo García se refirió a la necesidad de aumentar el acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones tanto en Cuba como en la región, pues esto contribuye a que seamos seres pensantes y productivos para las sociedades.

MEDIO AMBIENTE Y ENERGÍA, MOTORES DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
Las experiencias en el uso de la energía renovable en Cuba, las consecuencias de la acción del hombre y las políticas y estrategias que deberían asumirse desde la región para enfrentar el impacto del cambio climático, así como las demandas de la juventud encaminadas a tomar conciencia sobre estas problemáticas, fueron abordadas en el panel Medio Ambiente y Energía, desarrollado en el Ins­tituto Superior de Tecnologías y Ciencias Apli­cadas (INSTEC).

La doctora Bárbara Grajea, rectora del Instituto, comentó cómo se usan en la actualidad las fuentes renovables de energía en Cuba y las metas hacia el año 2030, entre las que se encuentran el cambio en la matriz energética, e instó a lograr la transición a un mundo más sostenible, en el cual se deben buscar respuestas en el ámbito local, nacional e internacional.

Yelkis Navarro Pérez, campesino de la provincia de Ciego de Ávila, puso sobre la mesa la alerta que hiciera Fidel en la Cumbre de la Tierra (1992), en Río de Janeiro, cuando dijo: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.

El joven sostuvo que si los patrones de vida consumistas no cambian, dentro de 50 o 60 años la especie humana corre el peligro de extinguirse.

“Desde mi punto de vista, se pueden hacer muchas cosas con el tema de las prácticas agroecológicas, pero además pudiéramos trazar estrategias con el propósito de capacitar a los campesinos. Tienen que adoptarse políticas a nivel internacional que mitiguen el efecto del cambio climático. Esto es algo que va a empeñar el futuro de nuestros hijos y nietos, y por eso creo que los jóvenes tenemos que pronunciarnos en la Cumbre de las Amé­ricas”, dijo.

Por otro lado, Evalianiz Preval Cruz, trabajadora de la refinería Ñico López, destacó el trabajo que está haciendo el país para sanear la bahía de La Habana. “Nosotros como refinería hemos garantizado las inversiones que han sido necesarias para disminuir los impactos en el medio ambiente”, expuso.

Se pronunció además por incluir en los planes y programas de estudio de la región desde edades tempranas el conocimiento y cuidado del medio ambiente, como una ma­nera de contribuir en la protección de nuestra casa común.

Proveniente del Instituto Superior de Di­seño (ISDI), el estudiante Rafael Ravasa, explicó que a pesar de que somos un país con pocos recursos, contamos con una institución con resultados relevantes desde donde se piensa en un diseño sustentable y sostenible para lograr una conciencia ambiental.

Abogó asimismo por la recuperación de los productos reciclables, a partir de los cuales desde el ISDI se han logrado diseñar desde productos lúdicos como juguetes para niños, hasta soluciones básicas para el hogar.

Las opiniones de los participantes se centraron en el impacto del hombre en el medio ambiente, el protagonismo de los jóvenes en la lucha por hacer cumplir las políticas aprobadas para la disminución del impacto ambiental, la necesidad de contar con información y literatura especializada en la temática agroecológica y los cambios ambientales asequibles a la población, el papel de la educación y de socializar los resultados de las investigaciones científicas, así como el papel de los medios de comunicación, entre otras.

EDUCACIÓN Y SALUD, PILARES DE LA SOCIEDAD
Los retos para el perfeccionamiento de los sistemas de enseñanza básica, media y universitaria, así como del sistema sanitario cubano y de las Américas fueron analizados en el Panel de Educación y Salud del Foro juvenil, que tuvo lugar en el portal de la Biblioteca de la colina universitaria.

Lisardo María Ramos, del Ministerio de Educación, resaltó la voluntad política del Gobierno revolucionario que ha permitido que nuestro país ostente indicadores de educación tan altos como los de muchos países desarrollados.

Sin embargo, Ramos enfatizó en que existe una tendencia en el contexto de las Américas a querer mercantilizar la educación cuando este derecho debería ser asequible para todas las personas.

En Cuba el 9,1 % del Producto Interno Bruto se dedica a la formación de recursos humanos porque se entiende que esto es esencial para el desarrollo, destacó.

María Rosa Milán, del Ministerio de Educación Superior, enfatizó en que la calidad de la enseñanza en Cuba pasa por la adecuación de los programas de estudio a las necesidades concretas de la sociedad y la economía, y por el entendimiento de que las universidades son centros formadores de cultura.

Subrayó además el papel que pudieran desempeñar las investigaciones científicas docentes en el desarrollo del país y de la región en general.

Para la joven profesora Eva Amanda San Martín, sin educación no puede haber progreso y por tanto resulta imprescindible dignificar la figura de los maestros y trabajadores del sector.

En cuanto al tema de la salud, los participantes en el foro juvenil destacaron que Cuba constituye un ejemplo para el mundo, no solo por los logros internos en esta materia, sino también por sus contribuciones solidarias en más de 60 países.

Doctores, jóvenes estudiantes de Medi­cina y representantes del Ministerio de Salud Pública abordaron los logros cubanos en materia de atención primaria, materno-infantil y epidemiológica, así como de los programas de medicina familiar.

Además, destacaron experiencias positivas de cooperación regional como la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP sobre el ébola que se realizó el pasado año en La Habana y permitió coordinar una respuesta regional al desafío que representaba el virus.  

En este sentido, insistieron en que es necesario promover el intercambio científico y la transferencia tecnológica sobre la base de la defensa de la soberanía de nuestros pueblos.

Los indicadores de nuestro país en mu­chos aspectos sanitarios solo se explican por el carácter humanista de la medicina cubana, que por Constitución y práctica es universal, accesible, gratuita, integral e internacionalista, afirmó la doctora Morales Suárez.

No puede haber salud al nivel que deseamos en las Américas si no se forman suficientes recursos humanos, añadió para luego afirmar que así como la educación se ha convertido en negocio muy lucrativo en muchos países del área, lamentablemente la salud también lo es.

Durante la sesión de este panel, los jóvenes profesores, médicos y estudiantes ratificaron su disposición de continuar preparándose y trabajando para elevar la calidad de los servicios a la población en ambos sectores.

Asimismo, coincidieron en que se debe incentivar la producción de conocimientos genuinamente latinoamericanos, libres, al servicio de la sociedad y no propiedad de los grandes grupos económicos.

GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
También sobre gobernabilidad democrática y participación ciudadana se habló en el Foro Juvenil La juventud y las Américas que queremos. El Pabellón Cuba acogió a un variado grupo de jóvenes que abordaron los retos en el camino del perfeccionamiento tanto político como económico de la sociedad cubana, en el contexto internacional actual.  

El tema lo introdujo desde el panel Rafael Hernández, politólogo y director de la revista Temas, quien precisó que la participación tiene estratos y hay al menos cuatro dimensiones que es importante distinguir: la participación en ser consultado, en movilizarse, en tomar decisiones y en ejecutar y controlar, y evaluó nuestras fortalezas y debilidades al respecto. Enfatizó que la participación es esencialmente local.

Con respecto a la gobernabilidad, entre otras cosas, dijo que es un concepto que se construye para entender la complejidad del proceso de mantener y construir un consenso. Implica tener del lado de los que gobiernan el consenso de los que son gobernados, cómo lograr mantener ese consenso es la gobernabilidad. Y aclaró que consenso no es unanimidad, y está lleno de matices y contradicciones propias que expresan cómo es la sociedad.

También intervino Aymara Guzmán, secretaria de la Comisión de Atención a la juventud, la niñez y la igualdad de derechos de la mujer en la Asamblea Nacional del Poder Popular, quien intercambió sobre el funcionamiento de la misma y los procesos de control y fiscalización que realizan los diputados a problemáticas que les competen y tienen un alcance mayor en la sociedad.

Rodolfo Romero, periodista, bloguero y fundador del proyecto Escaramujo, compartió las experiencias de este espacio que surgió hace cinco años para el intercambio entre estudiantes universitarios y adolescentes con entornos de riesgo o que estudien en Escuelas de Formación Integral.

Jessica Domínguez, periodista de la Asamblea Nacional y miembro del Proyecto Escaramujo, dijo que es fundamental impulsar la cultura política para generar procesos participativos entre los jóvenes como también que fomentar el uso de las nuevas tecnologías puede cambiar y diversificar las maneras en que los jóvenes se movilizan y organizan para participar.

Luis Emilio Aybar, quien pertenece a la red de educadores populares y trabaja en el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, insistió en la necesidad de evaluar el diseño de los espacios de participación existentes para que estos sean más eficientes, potenciar la capacidad de diálogo y movilización de las organizaciones de masas con que cuenta la sociedad cubana, y formular propuestas colectivas que reflejen e integren las inquietudes comunes.

Por su parte, Eduardo Pérez de la facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, precisó que la participación no puede ser orientada; estos procesos deben ser espontáneos, mientras que Dagoberto Hevia, profesor de la Universidad de Ciencias Pe­da­gógicas Enrique José Varona y delegado de circunscripción, enfatizó en que no solo se trata de participar individualmente en todos los espacios posibles, sino también de trabajar para movilizar e incitar a otros.

El compromiso de los jóvenes religiosos con las organizaciones y procesos de la sociedad cubana en general fue destacado por Aniel González, miembro del Movimiento Estudiantil Cristiano, quien llamó además a articular mucho más el trabajo de los diferentes actores sociales para fortalecer y difundir la labor de la juventud y la sociedad civil cubana en general.

La estudiante de derecho Arianna Guerra, destacó cómo en Cuba se puede votar a partir de los 16 años y la necesidad de analizar la responsabilidad que esto implica y garantizar que los jóvenes la comprendan.

Insistió en que la participación de los jóvenes actualmente está marcada por los cambios en el contexto de nuestro país, diferente a la etapa inicial de la Revolución en la cual todo resultaba nuevo y tenía que ser construido. También es diferente a la de los estudiantes latinoamericanos, que están luchando por conquistas que ya nosotros alcanzamos. Aquí estamos luchando por perfeccionar lo que tenemos, acotó Arianna.

Dijo además, que la discusión de los Lineamientos y del Código de Trabajo, son ejemplos recientes de procesos participativos, democráticos e incluyentes.

Destacó la identificación de los estudiantes con los problemas sociales de su entorno y la posibilidad de llevar a cabo investigaciones que podrían ayudar a lidiar con estos desde la Extensión Universitaria, como una de las formas posibles de participación directa de los jóvenes en la búsqueda de soluciones.

Brian Gual, estudiante del Instituto Su­perior de Relaciones Internacionales (ISRI) insistió en la necesidad de fortalecer la retroalimentación entre las instituciones públicas y la ciudadanía en el ejercicio de gobierno, en la transparencia y rendición de cuenta de las instituciones públicas como forma de legitimar las acciones que se llevan a cabo y de seguir fomentando el ámbito local como centro del proceso de participación.

Lil María Pichs, estudiante de primer año del ISRI y miembro de la dirección nacional del Movimiento Juvenil Martiano, habló de la necesidad de que la gobernabilidad sea entendida como la capacidad de gobernar basada en el principio de la paz, de ahí el rechazo y la más enérgica condena a las recientes agresiones a Venezuela por parte de los Estados Unidos.

Entre las propuestas de cara a la Cumbre de las Américas, también estuvo la de lograr que las posibilidades económicas, el género, origen étnico, preferencia sexual o religión dejen de ser condicionantes en el acceso a derechos ciudadanos y a condiciones básicas de vida, especialmente para la juventud.

Promover la cooperación y la alianza entre las sociedades civiles y los estados, apoyando la creación de una Red de la Sociedad Civil Humanística, de la cual la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) forme parte de manera activa; así como que la juventud debe luchar porque se haga permanente la existencia de espacios de debate a todos los niveles (local, nacional y regional) y usar estos para defender, entre otros, la identidad y la historia de nuestros pueblos fueron también propuestas realizadas durante la jornada.

Declaración Final del Foro Juvenil

Los jóvenes cubanos, reunidos en el Foro La Juventud y las Américas que queremos, con la participación de más de 500 representantes de organizaciones estudiantiles, movimientos juveniles, asociaciones y diversos sectores de nuestra sociedad, declaramos:

Reclamar para las Américas sociedades más justas, equitativas y prósperas, que contemplen las demandas autóctonas de nuestros pueblos y garanticen todos los derechos humanos para todas y todos, incluido el acceso universal y gratuito a una educación y salud de calidad.

Reafirmar la trascendencia histórica de la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que fuera acordada en la II Cumbre de la Celac en La Habana, junto a la convicción profunda de que sin paz, cooperación y respeto mutuo entre las naciones, será imposible avanzar hacia el desarrollo sostenible.

Defender la soberanía e independencia de nuestro país, y reclamar respeto al derecho de autodeterminación ejercido por nuestro pueblo y al sistema político, social y económico que libremente ha decidido construir.

Exigir el cese del criminal bloqueo económico, financiero y comercial im­puesto por Estados Unidos a Cuba por más de cinco décadas, que constituye el principal obstáculo al desarrollo del país y que afecta directamente a la juventud  cubana.

Condenar la absurda inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Expresar nuestra solidaridad con las causas progresistas de los pueblos de las Américas y rechazar las acciones injerencistas y campañas de manipulación mediática que se orquestan contra varios go­biernos democráticos de nuestra región, en particular contra nuestra hermana Re­pú­blica Bolivariana de Venezuela.

Defender la legitimidad de nuestra so­ciedad civil y juventud revolucionarias, participativas y representativas de la in­mensa mayoría de nuestro pueblo, comprometidas con edificar un país donde la ley primera sea el culto a la dignidad plena del hombre.

Contribuir al Foro de los Jóvenes que sucederá en Panamá, en abril próximo, co­mo parte de la VII Cumbre de las Amé­ricas, a través de nuestras experiencias, realidades y resultados de los debates del Foro Juvenil Cubano.

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