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asociacion jovenes rebeldesPlenaria Nacional de la Asociación de jóvenes rebeldes en el teatro payret de la habana. Foto: Tirso

La tarde del 21 de octubre de 1960, tras ser colocada una ofrenda floral a José Martí en el Parque Central por los más de 300 jóvenes pertenecientes a diversas organizaciones juveniles revolucionarias que coexistían en Cuba, se inició la primera Plenaria Nacional de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR).

 

Esta Asociación había surgido por inspiración de Ernesto Che Guevara para agrupar a los jóvenes de 13 a 18 años, que no trabajaban ni estudiaban. La génesis del nombre también le corresponde al Che —cuando ocupaba la jefatura del Departamento de Instrucción del Ministerio de las Fuerzas Armadas (Minfar)—, quien propuso la creación de una organización que pudiera llamarse Asociación de Jóvenes Rebeldes. Para su formación y desa­rrollo, asignó la tarea a Joel Iglesias, el más joven de todos los comandantes del Ejército Rebelde.

 

UNIFICACIÓN DE LA JUVENTUD CUBANA EN UNA SOLA ORGANIZACIÓN

 

En el teatro Payret, durante la sesión inaugural en la que estaban representados los jóvenes del Movimiento 26 de Julio, la Juventud Socialista y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y las organizaciones obreras, estudiantiles y campesinas, cada vez que se mencionaba el nombre de una de las organizaciones, los asistentes respondían: “¡Unidad! ¡Unidad!”. Y unidad fue la palabra de orden.

 

Importantes acuerdos se adoptaron en la plenaria. El informe presentado destacó que la AJR continuaría recibiendo la cooperación del Ejército Rebelde y sus miembros siempre tratarían de imitar el ejemplo de los héroes de la montaña. El contenido de este documento se convirtió en una guía para el Joven Rebelde, como se le llamaba a los integrantes de la AJR. En fin, fue una declaratoria de principios, de programa y estatutos de la Asociación.

 

Uno de los acuerdos más trascendentales de aquella primera plenaria de los jóvenes rebeldes, fue el de integrar en un solo organismo, es decir en la AJR, a todas las organizaciones juveniles revolucionarias. De esta manera con el nombre de Asociación de Jóvenes Rebeldes, militarán en sus filas los jóvenes del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, de la Juventud Socialista, del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y de las organizaciones obreras, estudiantiles y campesinas.

 

El acto de clausura de la primera plenaria de la asociación de Jovenes Rebeldes se realizó el domingo 23 de octubre. Ese día, desde las ocho y media de la noche, el anfiteatro de la Ciudad Deportiva se hallaba completamente lleno de jóvenes. En ese momento se dieron a conocer los acuerdos más importantes aprobados en la asamblea, entre los cuales estaban: “La adhesión de la Asociación de Jóvenes Rebeldes a la Federación Mundial de la Juventud Democrática, organización mundial que agrupa a un centenar de millones de jóvenes de todos los continentes y la constitución de una dirección provisional unitaria de jóvenes rebeldes, hasta el año 1961 que preveía la preparación de un Congreso Nacional, para convertir esta organización en una organización única de la juventud cubana y quedaran disueltas todas las organizaciones actuales para fundirse en la gran organización de la juventud rebelde”.[1]

 

Luego, se dieron a conocer los integrantes, de la dirección provisional encargada de preparar ese Congreso y de asumir el carácter directivo nacional de toda la juventud cubana. La dirección, en la que estaban representantes de todas las organizaciones quedó encabezada por Joel Iglesias como pre­sidente; Fernando Ravelo, vicepresidente; y Damián Alfonso, coordinador.

 

¡ESTUDIO, TRABAJO Y FUSIL!

 

La clausura de la asamblea estuvo a cargo del presidente de la República, Osvaldo Dorticós, quien precisó las tareas que le corresponderían a la organización de la juventud rebelde: “Esas tareas son: en orden al trabajo, contribuir cada día con mayor entusiasmo y disciplina al aumento de la producción nacional; en orden a la cultura, luchar por la superación integral de la educación en nuestro país; esforzarse en gesto solidario con la campaña de alfabetización que el próximo año habrá de promover nuestro Gobierno; crear cada día mayor fe y más acendrado cariño por la organización de las milicias en nuestra tierra; propender cada día a levantar el espíritu patriótico y la conciencia revolucionaria. […]  la juventud rebelde de Cuba habrá de responder también, con la misma audacia de esta noche, un “SÍ” rotundo al llamado solemne de la Patria. Y esta unidad de hoy habrá de ser para entonces más fuerte y decisiva, porque habrá de ser la unidad lograda en el combate, en el sacrificio y en el esfuerzo”.[2]

 

Las últimas palabras de la intervención, se convirtieron en el lema que ha presidido la historia de la juventud cubana “El porvenir de la Patria os pertenece. ¡A estudiar, a luchar o a combatir! ¡Estudio, trabajo y fusil, Jóvenes Rebeldes de Cuba!”.[3]

 

UNIDOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PROGRAMA E INICIATIVA DE LA REVOLUCIÓN

 

Cinco días después, el 28 de octubre, como continuación de la plenaria se divulgó un llamamiento que convocó a la unidad de todo el pueblo, por la importancia que tenía para defender la obra de la Revolución, y decía: “Jóvenes cubanos: Se ha celebrado en la ciudad de La Habana, la Primera Plenaria Nacional de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, evento de extraordinaria importancia en el desarrollo del Movimiento Juvenil Cu­bano […] Nosotros, representantes de las distintas organizaciones revolucionarias, Movimiento Revolucionario 26 de Julio, Directorio Revolucionario 13 de Marzo, Partido Socialista Popular, Juventud Socialista, Federación Estudiantil Uni­ver­sitaria, Confederación de Trabajadores de Cuba, Asociaciones Campesinas, Confederación de Estudiantes Secundarios, he­mos seguido con gran interés las deliberaciones y los trabajos de esta plenaria y consideramos que la unificación de todas las fuerzas juveniles de nuestro país que están identificadas con el proceso revolucionario que vivimos, es de imprescindible necesidad para la defensa y el avance de nuestra Re­vo­lu­ción”.[4]

 

El llamamiento concluyó con la consigna de: ¡Con el estudio, el trabajo y el rifle, hacia adelante!

El 21 de octubre se convirtió en una fecha símbolo de la juventud cubana. Durante la década del 60 del pasado siglo fue inspiración movilizadora de los jóvenes para cumplir las ta­reas docentes, en el trabajo productivo, en la defensa, la superación cultural, el deporte y en otras tareas a que se convocara acometer por los jóvenes. Quienes cumplían con los requisitos, previamente señalados, se les entregaba el Sello 21 de Octubre. Quizá, hoy, muchos de aquellos jóvenes de ayer, conserven algunos de esos sellos como muestra de la intensa labor que les correspondió desempeñar en aquellos años para bien de la Revolución.

 

El primer congreso de la AJR, se efectuó del 30 de marzo al 4 de abril de 1962. A propuesta del compañero Fidel los delegados al congreso acordaron, por unanimidad, sustituir el nombre de Asociación de Jóvenes Rebeldes por Unión de Jóvenes Comunistas. De este modo, de la unidad de todas las organizaciones juveniles revolucionarias integradas el 21 de octubre de 1960, surgía la Unión de Jóvenes Comunistas.


[1]Ver: Noticias de Hoy, 25 de octubre de 1960, La Habana, p. 15.

 

[2]Revolución, 25 de octubre de 1960, La Habana, p. 16.

 

[3] Ibídem.

 

[4]Revolución, 28 de octubre de 1960, La Habana, p. 7.

Fuente: Periódico Granma