campesinos ciltuvan Foto: Ronald Suárez Rivas

La carga de tensiones con la que, año tras año, le toca lidiar a nuestra agricultura, mucho se puede aligerar con el respaldo prestamista del sistema bancario. Por lo sensible del tema y, sobre todo, el interés que genera entre quienes dependen de esa inyección crediticia para afrontar los pagos y garantizar—a pie de surco— sus producciones, Granma aprovechó el intercambio que sostuvieron recientemente con la pren­sa, algunos directivos de la Ban­ca cubana, para profundizar en determinados tópicos.

 

Para despejar nuestras inquietudes, Manuel Tejeda Díaz y Madelaine Martínez Echevarría —di­rector y subdirectora de Banca de Em­presa Agropecuaria del Banco de Cré­dito y Comercio (Bandec)—, ac­ce­dieron a ofrecer sus perspectivas, en representación de la institución bancaria líder en el financiamiento al sector agropecuario en Cuba, con más de 52 000 clientes de distintas de­no­mi­naciones.

 

NUESTRAS DUDAS

 

Sobre el tratamiento a los usufructuarios, ¿se ofertan las mismas modalidades de crédito que a los demás segmentos productivos, y si se contempla también la concesión de créditos para mejorar sus condiciones de vida, como la construcción de bienhechurías?

 

¿Cómo es el proceso de solicitud-evaluación-aprobación de un crédito? ¿Qué documentación se necesita presentar? ¿Cuánto puede transcurrir entre la presentación formal de la solicitud y la concesión del préstamo por el banco? ¿Cómo se ha previsto en general evitar las dilaciones en este proceso?

 

Por otra parte, si un cliente de este sector tiene créditos morosos (por amortizar) y atendiendo a las contingencias que debe enfrentar frecuentemente la agricultura, las cuales pueden distender la recuperación de las inversiones: ¿resulta esto un agravante para obtener un nuevo crédito?; ¿qué sucede en el caso de empresas estatales con problemas de liquidez y que necesitan de un saneamiento y una inyección de finanzas?

 

SUS RESPUESTAS

Subdirectora: Primero, vale es­clarecer que para los agricultores, tan­to propietarios como usufructuarios, nosotros tenemos los mismos objetos de créditos que para el resto de las entidades. Me refiero a las cooperativas, a las UBPC, y a las CCS, a quienes también les otorgamos créditos para su área colectiva. Es decir, que no hay nada que los limite en cuanto al objeto de financiamiento, ya sea de producción o de inversión.

 

En segundo lugar, a raíz de los recorridos (por unidades de este sector) del Segundo Secretario del Co­mité Central del Partido, José Ra­món Ma­chado Ventura, en muchos en­cuentros salió a relucir el tema de que el Banco pedía muchos documentos.

 

Unido a ello, la CCS, que agrupa a los agricultores, es la que presenta al Banco las solicitudes de crédito y, entonces, al intervenir en esta cadena de solicitud otras personas, nos vimos en la necesidad de presentar un folleto para darles a conocer bien a los productores cuáles son los documentos que exige el Banco.

 

En primer orden, deben presentar el Certifico de propiedad de la tierra, ya sea en usufructo o como propietario. Esto es algo indispensable y se muestra al Banco una sola vez, (…) cuando el productor se inicia, se bancariza. Además, tienen que llevar la solicitud, qué es lo que está solicitando, cuál va a ser su objeto de financiamiento. Exigimos, asimismo, el se­guro agropecuario, y si es principiante, le solicitamos aparte las Ga­rantías. Estas últimas se han flexibilizado.

 

Acerca de las dilaciones, el Bandec, a pesar de tener experiencia en la actividad y ser el banco que más ha trabajado con este sujeto de crédito, a partir de la aprobación de los Decretos-Leyes 259 y 300 (sobre el otorgamiento de tierras en usufructo) ha incrementado la incorporación de agricultores al banco.

 

Existían algunos que trabajaban la tierra desde hacía años, pero nunca habían solicitado un crédito, pues se autofinanciaban. Luego se ha ido in­corporando una nueva cantidad de clientes, mucho más desde junio último con los nuevos precios de algunos insumos.

 

¿Qué tratamos nosotros? De dar­le solución, primero, porque ha­bía créditos que por el importe que se solicitaba, tenían que transitar hasta la Oficina Central (tras pasar por la su­cursal y la provincia). Por ello, co­mo primera me­dida, lo que hicimos fue darle facultades a la sucursal para que pu­diera ofrecer respuesta y solución, en el menor tiempo posible, a las solicitudes que se iban presentando.

 

En relación con los créditos mo­rosos, este sector no es igual que una fábrica de zapatos o de tuercas, (sus producciones) son seres vivos. No so­lamente depende de que haya una persona capacitada al frente de la actividad, también de la situación climatológica y de otros agentes ex­ternos.

 

Para nadie es un secreto la sequía que ha vivido el país y, por supuesto, esto tiene y tendrá consecuencias en un futuro inmediato. En el caso del arroz, hemos estado trabajando de conjunto con el Grupo arrocero, para resolver los problemas, como  en el oriente-norte.

 

En estos casos puntuales, nos sentamos en una mesa donde les damos participación a todos los factores que, de una forma u otra, tienen que ver con la actividad. Y ahí decidimos si vamos a renegociar la deuda, o buscar otras soluciones.

 

Porque aunque para los campesinos, los agricultores, no ha habido ningún tratamiento, eso no significa que hemos dejado de atender su situación. Por ejemplo, el año pasado, ante la famosa mancha blanca que afectó el tabaco, enseguida el banco se pronunció y dio un tratamiento para que los tabacaleros pu­dieran pagar, porque de lo contrario, paralizábamos la producción en el país y ese no es el objeto nuestro. In­dependientemente de que Bandec tenga una función comercial, no estamos separados de las funciones sociales, y respondemos a los Linea­mien­tos y a las necesidades del Estado.

 

Director: Hay otros casos, como rubros que no tenían toda la salida exportable, y había un volumen que se iba a quedar almacenado. A sus deudas les dimos otro tratamiento, no las llevamos a vencido. Incluso, las inversiones que participaban en las nuevas producciones, las podían ir amortizando (parte de la deuda) con los ingresos.

 

Otro aspecto significativo es que, ante las limitaciones humanas y materiales, derivadas de la multiplicación de clientes, lo que tenemos es que optimizar los recursos. Por eso hacemos varios comités de créditos, jun­to al tiempo extra que le dedican (al te­ma) nuestros gestores. Y así va­mos monitoreando.

 

Volviendo a los créditos morosos, cabe añadir que antes de que un crédito caiga en ven­cido, el cliente —an­tes de llegar a ese resultado— que sabe que no va a poder amortizar, puede acudir a un proceso de negociación, buscando las posibilidades de amortización.

 

De hecho, hemos realizado trabajos con empresas, que han tenido una situación muy difícil. Hemos he­cho de conjunto con las entidades una labor de ingeniería financiera, en fun­ción de financiar campañas que les generen más ingresos. O sea, he­mos favorecido renglones prioritarios para el país, y para los que la empresa —de otra forma— no podía asumir el crédito por su propia situación.

 

Para el Banco todo ha fluido con normalidad, pensamos al principio que iba a ser un poco engorroso, pero a medida que se ha ido implementando el experimento, ha avanzado sin contratiempos.

 

Fuente: Periódico Granma

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