enrique amestory Enrique Amestoy, fundador de la Red Internacional de Software Libre (RISOL), destacó que también es necesario formar hombres y mujeres conscientes y críticos para asumir la defensa del ciberespacio. Foto: Jose M. Correa

Resulta cada vez más urgente que los gobiernos prioricen en sus agendas el tema de la soberanía tecnológica, pues el acceso a la educación y el desarrollo de software y hardware libres son condiciones necesarias, pero no suficientes en un entorno condicionado por el ciberespionaje y el control de las grandes transnacionales de la información y las comunicaciones.

 

Así lo destacó el ciberactivista uruguayo Enrique Amestoy, durante la conferencia magistral que tuvo lugar este martes en el Palacio de Con­ven­ciones de La Habana, como parte de las actividades científicas y contribuciones profesionales que promueve la XVI Convención y Feria In­ternacional Informática 2016.

 

Estamos hablando de nociones para nada ajenas al panorama internacional y que se han puesto en la palestra pública, primero con las revelaciones de WikiLeaks, y luego, los datos ex­puestos por Edward Snowden sobre la existencia de una compleja red de colaboración entre decenas de agencias de inteligencia con el objetivo de expandir y consolidar una vigilancia globalizada, recordó el también fundador de la Red Internacional de Software Libre (RISOL).

 

Bajo esta panorámica, podemos ejemplificar también lo que ocurrió en Venezuela durante el 2002, cuando la empresa petrolera PDVSA fue víctima de un sabotaje tecnológico que pretendía dañar la imagen del gobierno bolivariano de Hugo Chávez. Aunque en aquel momento las corporaciones trasnacionales no pudieron cumplir su cometido, sí se encendieron luces rojas sobre cómo hoy se puede intentar echar abajo un país con herramientas electrónicas, sin tener que recurrir a otros medios o ar­mas de destrucción masiva, continuó Amestoy.

 

Tales razones y experiencias nos empujan a certificarnos no solo por el perfeccionamiento de aplicaciones y programas informáticos, sino tam­bién por ser dueños de nuestra conectividad y de los canales que soportan el flujo de las informaciones, de otra forma, seguiremos siendo de­pendientes de las grandes empresas mediáticas.

 

“Es cierto que las soluciones en este tema re­quieren importantes sumas de dinero e inversiones financieras, pero también está el trabajo intelectual y por ahí anda la apuesta, lo que po­damos hacer en este campo marcará una diferencia en el desarrollo de software, nubes y hardware libres, y la búsqueda del camino hacia la independencia tecnológica”.

 

Se perfila así también uno de los principales retos que asumirá Cuba en la actualización de su política informática, pues el país cuenta con el capital humano y profesionales capacitados para plantar sentidos y valores frente a la manipulación de contenidos y propagandas que se generan en las redes sociales, pues no es solo posicionar nuestro propio discurso de cara al injerencista, es también formar hombres y mujeres conscientes y críticos para asumir la defensa del ciberespacio.

 

Y precisamente, los retos y propuestas —so­bre la base de la calidad tecnológica que hoy mar­can el desarrollo de la industria de software en nuestra nación—, fueron presentados por Er­nesto Vallín Martínez, director de industria informática del Ministerio de Comunicaciones, du­rante otra de las conferencias magistrales que tuvo lugar ayer.

 

Respecto al tema, el directivo expresó que al compás de la actualización del modelo económico y social cubano, nuestros esfuerzos van encaminados a unificar las empresas estatales que durante los últimos 15 años han trabajado en el ramo, pero ahora bajo una estructura homogénea que permita la especialización en la cartera de productos y elevar la exportación de servicios.

 

Se deberá trabajar entonces en la adopción de un modelo organizativo que garantice el de­sarrollo y la sostenibilidad económica, pues no estamos ajenos a las restricciones del bloqueo y todavía no existe una plena apertura para la compra y venta de aplicaciones que favorecen las oportunidades de emprendimiento, añadió Vallín.

 

No obstante, comentó, la nación cada vez va abriéndose más camino en el mercado y es positivo ir pensando que el software cubano cuente con una marca país, aunque para ello todavía falte mucho por recorrer en función de que nuestros productos sean sustentables en el tiempo.

PABEXPO: CONQUISTANDO EL ESPACIO DE LAS TIC

 

Paralelo a estas sesiones teóricas, en el recinto ferial Pabexpo continúan las muestras expositivas y comerciales para todos aquellos empresarios, representantes gubernamentales y organismos internacionales, interesados en el avance en las telecomunicaciones, la electrónica, los equipos médicos y la automática en Cuba y el mundo, entre otras cuestiones.

 

Entidades nacionales como Etecsa, Segurmática, Datys, Cuba­tel, Softel y Cinesoft estarán presentando diferentes iniciativas so­bre los avances en el panorama tecnológico nacional, los cuales fueron escogidos por su innovación y aporte a la sociedad. En tanto, expo­sitores de países como Panamá, México, China, Rusia y Ale­ma­nia traen propuestas en la aplicación de equipos y programas infor­má­ticos en beneficio de sectores como la educación y el co­mercio.

 

Uno de los stands de Cuba que, ciertamente, apuesta por se­guir conectando tecnologías y saberes en función del cliente es el de Softel. En conversación con Granma, Regla Silva, representante de dicha empresa en la feria, declaró que se trata de una entidad pensada en y para la informatización de los distintos niveles del Sistema Nacional de Salud.

 

“Ofrecemos varios servicios encaminados, por ejemplo, a la puesta en marcha de la plataforma SiSalud que perfecciona la gestión de datos e intervienen códigos fundamentales para trabajar en las diferentes unidades”. Asimismo, está la red de bancos de sangre y el proyecto Galenclínicas en aras de personalizar aún más la atención a los pacientes desde que entran al hospital, la aplicación del tratamiento correspondiente o las posteriores consultas y exámenes, añadió.

 

Además de los productos que sirven de soporte a la salud pú­blica —explicó Nelson Suárez, otro de los expositores del stand—, también tenemos otros más especializados como Ex­p­erlab y Neurolab que trabajan el tema de la inteligencia artificial y son muy útiles para dar diagnósticos de enfermedades. “Estos sistemas computarizados cuentan con una base de conocimientos, formada con el saber hacer de expertos, y agilizan la toma de decisiones médicas”.

 

Evidentemente, soluciones como las descritas deberán extenderse a otros sectores sociales y económicos, en la constante necesidad de asimilar las TIC como parte de nuestras vidas e integrar las soluciones informáticas al quehacer profesional de todas las instituciones del país; por ahí deben andar también los esfuerzos en pos de lograr una cultura digital.

 

Fuente: Periódico Granma

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