resaltan potencial de cuba para arribo de cruceros

Aunque no es el más lujoso o el de mayor capacidad que ha tocado puertos cubanos, el arribo del crucero Adonia de la empresa estadounidense Carnival abre un nuevo capítulo para el desarrollo de ese sector en la mayor Isla del Caribe.

Directivos del gigante internacional de los cruceros resaltaron el po­tencial que tiene Cuba para au­men­tar los arribos en esa modalidad, a pesar de que Washington ma­n­tiene en vigor las prohibiciones para viajes turísticos y hace muy engorrosas las inversiones directas de empresas norteamericanas.

 

“Hay bastante infraestructura que se puede utilizar ahora mismo”, dijo a Granma el director ejecutivo de Carnival, Ar­nold Donald.

El Adonia, un crucero de mediano porte con capacidad para cerca de 700 pasajeros, atracó en La Ha­ba­na el pasado lunes en la Terminal Sierra Maestra, un edificio ecléctico inaugurado en el año 1914, justo en frente de la Plaza de San Francisco de Asís.

En estos momentos cuenta con capacidades para recibir dos barcos al mismo tiempo, pero en los planes de desarrollo de la ciudad está prevista su ampliación por un costo su­perior a los 100 millones de dólares.

“Es un bello puerto el de La Ha­bana. Con pequeñas inversiones pa­ra acomodar más barcos en la bahía y transporte en tierra podría ser mucho mejor”, consideró Do­nald.

“Hay mucha infraestructura aquí y será una decisión del gobierno cómo la desarrolla en el futuro”, dijo tras asegurar que su empresa está dispuesta a acompañar a las autoridades cubanas a llevar a cabo esos planes.

El Adonia hará su recorrido por La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba dos veces al mes, como parte de la línea Fathom dedicada a los viajes con “impacto social”. Los estadounidenses que utilizan esos cruceros tienen que cumplir con una de las 12 categorías aprobadas por Washington para visitar la Isla.

“Es importante estar en Cuba porque muchos estadounidenses quieren visitar este país y experimentar la cultura y todas las cosas maravillosas que tiene para mostrar”, aseguró Donald.

Enfatizó que esperan el día que las restricciones sean eliminadas y los norteamericanos puedan hacer turismo en Cuba “como lo hacen en el resto del mundo”. Entretanto, abo­ga por aprovechar el espacio abierto gracias a las últimas medias de la administración de Barack Oba­ma que modifican algunos aspectos de la apli­cación del bloqueo.

Respecto a los viajes de intercambio “pueblo a pueblo”, la categoría que se aplica a la inmensa mayoría de los pasajeros del Adonia, resaltó la posibilidad que brinda de acercarse al país de manera profunda. “Ir a la playa a conocer la vida marina, ca­minar por las calles y aprender la historia”.

Sin embargo, Carnival también piensa en el mediano plazo. “Espe­ramos que en un futuro no muy lejano alguna de nuestras otras líneas (cuentan con 11 distintas empresas de cruceros) naveguen a Cuba”, refirió Donald.

Asimismo, están interesados en utilizar los puertos cubanos en combinación con otros destinos en el Ca­ribe.

Cerca de 10 000 personas arribaron al país en cruceros durante el 2015, con La Habana y Cienfuegos como los principales polos, de acuerdo con la Oficina Nacional de Es­tadísticas e Información. Pero se­gún fuentes oficiales, de eliminarse las prohibiciones vigentes por parte de Estados Unidos, Cuba podría recibir más de un millón de cruceristas al año e insertarse en un circuito que mueve miles de millones de dólares en la región.

En el Adonia, entretanto, el capitán Da­vid Box cumplió ayer una tradición marítima que se lleva a cabo cuando un barco toca puerto por primera vez. En presencia de sus contrapartes cubanas  se efectuó un intercambio de placas conmemorativas.

“Es un honor ser el primer capitán en entrar en el puerto de La Ha­bana manejando un crucero estadounidense en décadas”, dijo Box a Granma.

“Necesitan más espacio para atra­car, porque vendrán más na­víos”, añadió. “Este es un país fantástico para visitar”.

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