estudiantes jovenesFoto: Jorge Luis González

Cuando el 11 de julio de 1987 el mundo conmemoraba haber alcanzado los 5 mil millones de habitantes, se hacía evidente que en lo adelante sería aún más necesario crear conciencia sobre los problemas de población y sus relaciones con el desarrollo económico y social. De ahí que la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendara que se observara anualmente esta fecha como Día Mundial de la Población, una oportunidad para mirarnos en brechas y desafíos y que, en su vigésimo séptima conmemoración, propone como tema la “inversión en las adolescentes”.

 

Enfocar los esfuerzos en ellas es una apuesta clave para el desarrollo, en tanto las muchachas están expuestas a vulnerabilidades de género, que precisan de una atención particular y de intervenciones específicas para enfrentar las problemáticas a las que están expuestas — como la violencia, el abuso, el matrimonio a edad temprana o de menores de edad, el embarazo y la maternidad en adolescentes—, y les impiden alcanzar su máximo potencial y mejorar así su bienestar físico, económico y social. “Toda adolescente tiene derecho a una transición a la edad adulta en condiciones seguras y el derecho a aprovechar las oportunidades que el futuro tiene para ella”, puntualizó a Granma Rafael Cuestas, coordinador internacional de programa de la oficina de Unfpa en Cuba.

 

“El Unfpa, Fondo de Población de las Naciones Unidas, está empeñado en promover y proteger esos derechos y en apoyar a las adolescentes para que determinen su propio destino, pues son ellas las que en todo el mundo hacen frente a más y mayores retos que sus contrapartes masculinos. En muchos países las familias consideran que las niñas, una vez han llegado a la pubertad están listas para el matrimonio, el embarazo y el parto, y muchas se ven obligadas a dejar los estudios. La niña puede sufrir una condición debilitante al dar a luz, sin que su organismo esté preparado para ello, denegándosele así sus derechos humanos. Los retos y obstáculos a los que se ve enfrentada una adolescente se multiplican si es parte de una minoría étnica, vive en una aldea y en un hogar pobre”, dijo.

 

“Cuando una adolescente tiene el poder, los medios y la información para adoptar sus propias decisiones en su vida, es más probable que logre su plena potencialidad y se transforme en una fuerza positiva para el cambio en su hogar, su comunidad y su nación”, explicó Cuestas.

 

Ellas y ellos: múltiples realidades

 

“En el concierto latinoamericano, Cuba ha sido siempre una evidente excepción, tanto en lo que atañe a la organización del Estado en general como en lo que tiene que ver con las políticas públicas de juventud en particular. Tanto es así, que cuando se realizan los correspondientes análisis comparados (en temas generales y específicos) el “modelo cubano” suele dejarse de lado o es apenas mencionado como un caso “diferente”, difícil de comparar”, señalaba en el pasado Congreso Internacional de Investigadores sobre Juventud, el experto Ernesto Rodríguez, Director General del Centro Latinoamericano sobre Juventud.

 

Destacaba entonces que “el mundo entero y América Latina en particular, han tomado nota de dos importantes estudios comparados, que destacan que Cuba es el país con más alto “desarrollo juvenil” en América Latina”, y el que ocupa el puesto once en el orbe.

 

Pero ¿cuál es la situación de este grupo de población en Cuba? ¿Cómo se invierte en ellas y ellos? No bastará un único trabajo para abordar los múltiples puntos de vista y escenarios que nos permitirán arribar a conclusiones y construir los retos que nos quedan, pero comenzamos con este primer acercamiento desde la premisa de estar ante un tema crucial para el futuro de la nación en que vivimos y aspiramos construir, un futuro que comenzó a correr ya en cada uno de nosotros.

 

“Las adolescentes cubanas están escolarizadas y eso siempre es un factor protector. Tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, en tanto cuentan con programas de educación integral de la sexualidad en sus escuelas, entre otras muchas bondades”, apuntó Rafael Cuestas, al tiempo que subrayó las posibilidades de Cuba para continuar impulsando acciones, “porque se percibe una voluntad política y ya existe una plataforma en los diferentes programas implementados”.

 

“En Cuba, los desafíos son diferentes a los que podemos identificar en la región”, dijo refiriéndose por ejemplo, al embarazo adolescente, un foco de atención porque, si bien el indicador es menor al de otros países de la región, el Unfpa está trabajando de conjunto con los ministerios de salud y educación, entre otras instituciones, para continuar disminuyéndolo. “Se trata de identificar las diferencias territoriales, las causas que están menos visibles, como siempre se dice, hilar más fino”.

 

“Lo que no puede faltar en un país son las políticas y las inversiones en Salud y Educación, incluyendo Educación Integral de la Sexualidad, acciones que empoderan a las adolescentes y crean condiciones económicas que generan empleo. Ello reviste particular importancia cuando se trata de población juvenil, porque tienen la potencialidad de impulsar y acelerar el crecimiento económico”, precisó.

 

Para Cuestas, “los encargados de adoptar decisiones políticas desempeñan un papel importante en cuanto a velar por que los derechos de sus ciudadanos, incluidas las adolescentes, se cumplan; y en ese sentido las inversiones en jóvenes son diversas e infinitas, y un punto de partida importante es no considerar a adolescentes y jóvenes como grupos homogéneos”.

 

La educación, la salud, la cultura, la recreación, proporcionar ambientes familiares, comunitarios y escolares sanos, saludables, y también atractivos, es una inversión obligatoria, resaltó el entrevistado, quien manifestó que el reconocimiento de la necesidad de políticas diferenciales también puede ser un camino.

 

Asimismo, subrayó que dentro de la necesaria e indiscutible necesidad de inversión en salud, la salud sexual y reproductiva tiene un lugar especial. “Hay muchos eventos relacionados con la salud sexual, con la sexualidad, que ocurren en este periodo. Por ello el Unfpa ha defendido la importancia que tiene que las adolescentes se sientan seguras, capaces, cuenten con información, tengan con quién conversar, y puedan acceder a educación de la sexualidad y a servicios de salud sexual y reproductiva que respondan a sus necesidades. Crear capacidades dentro del sistema de salud para trabajar con este grupo, es medular”, explicó.

 

La aproximación al trabajo con adolescentes, no puede ser sectorial, reflexionó. “Un tema que hoy se discute es la eficacia de las políticas de juventud, pues acaban aislando al grupo y no colocándolo en su interrelación con otras generaciones. Cuba es un ejemplo de políticas intersectoriales, abordan a adolescentes y jóvenes desde una multiplicidad de sectores, de disciplinas y de enfoques”, precisó.

 

De acuerdo con Cuestas, la nueva Agenda del Desarrollo Sostenible 2030, constituye una oportunidad sin precedentes para que las adolescentes reivindiquen sus derechos, hagan realidad sus aspiraciones y transformen nuestro mundo. “Cuando los países invierten en la salud y la educación de sus jóvenes, en especial de las adolescentes, y generan oportunidades para que hagan efectiva su plena potencialidad, están además en mejor posición para hacer realidad un dividendo demográfico que puede impulsar el crecimiento económico a fin de luchar contra la pobreza”.

 

“La generación de datos actualizados y de indicadores que visibilicen a las adolescentes, es un gran desafío, sobre todo aquellas que están por debajo de los 15 años y que muchas veces quedan fuera de las estadísticas”, apuntó a Granma por su parte Marisol Alfonso de Armas, oficial nacional de programa del Unfpa en Cuba.

 

Al respecto, mencionó que este organismo internacional apoya y acompaña programas fundamentales desarrollados por contrapartes estratégicas como los ministerios de educación, salud, el Centro Nacional de Educación Sexual y el programa Nacional de Atención Materno-Infantil. En este sentido, el Unfpa modestamente contribuye, entre otras acciones, con la donación modesta de anticonceptivos para determinados grupos, entre ellas las adolescentes.

 

“Uno de los compromisos más importantes del Unfpa es continuar apoyando el Programa Nacional de Educación y Salud Sexual, como plataforma que armoniza todas las iniciativas de educación integral de la sexualidad que existen en el país. Este trabajo intersectorial, con participación de sociedad civil, constituye un referente para la región”, agregó Cuestas.

 

Del mismo modo, acompañamos, dijo, a centros como el de estudios sobre la juventud, en la formación, capacitación y desarrollo de estudios nacionales e investigaciones sobre temáticas de adolescentes y jóvenes; refiriéndose a las encuestas nacionales de juventud, esenciales para las tomas de decisión.

 

¿Cómo articular a la inversión en adolescentes con la inversión en esa población adulta mayor que cada vez tiene más peso en la estructura de la población?, preguntamos.

 

Países como Cuba, con transiciones demográficas avanzadas o finalizadas, tienen ese desafío, porque llegan a convivir varias generaciones, no solo en el ámbito familiar, también en el ámbito comunitario, en el vecindario, en los servicios de transporte, de comida, culturales… La clave está en lograr la convivencia armónica de estas generaciones”, refiere Cuestas.

 

Sostiene que la sociedad cubana es inclusiva por naturaleza y eso ya es un paso de avance. “El envejecimiento demográfico hay que situarlo en su justo lugar. Evitar la connotación de “problema”, cuando es un desafío y no solo para los países menos desarrollados, sino para todos, en tanto demanda cambios en el diseño de nuestras ciudades, de la infraestructura y un mayor gasto en temas de salud para un grupo etario en aumento al cual hay que garantizar el derecho a una sobrevivencia mayor con calidad.

 

“Hay que estimular el diálogo intergeneracional, necesitamos crear esos espacios, y que no sean tradicionales, tal vez deban ser más atractivos para que se produzca esa mezcla de saberes, energías, historias tan necesaria para todos y todas”, apunta, y ello vislumbra un reto gigantesco.

Invertir en los jóvenes para asegurar la inversión del mañana, pasa por asumir que es esta nuestra población económicamente activa, a la que necesitamos es­timular más a querer ser útil a la sociedad donde vive, y a la que debemos continuar propiciándole mayores oportunidades de participación para que propongan y aprendan a crear.

 

Pasa, además, por celebrar lo que como nación hemos logrado y tener la suficiente sabiduría para reconocer y dirigir la mirada a problemáticas diversas que, aun salvando diferencias, encontramos en nuestro contexto: embarazo adolescente ,impacto en las familias y en estos grupos de variables como las migraciones , desafíos laborales de los más jóvenes en los nuevos escenarios socioeconómicos del país. Solo algunos apuntes, el comienzo para mirarnos Cuba adentro.

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Fuente: Periódico Granma

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