Imprimir

f0019688

"Hoy, a treinta y ocho años del crimen de Barbados, aún nos duele; pero no porque los asesinos anden impunes por las calles, y ni siquiera porque alguno de ellos haya muerto sin pagar su culpa: Barbados duele por los niños que aguardaron en vano la llegada de sus padres", aseguró Ana Laura Calle Pérez, nieta de Wilfredo Pérez, piloto del avión sa­boteado, en el acto de homenaje que tuvo lugar este lunes, tras la peregrinación al Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucio­narias, en el Ce­menterio de Colón.

En nombre del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro, del General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Es­ta­do y de Ministros; de los trabajadores de la Industria Alimentaria, la Ae­­ro­náutica Civil y el pueblo cubano en general, durante el acto se depositaron cinco ofrendas florales en honor a las 73 personas asesinadas, de ellas 57 cubanos.
En nuestra patria no son pocas las familias que recuerdan con dolor a sus seres queridos asesinados y reclaman la justicia que se les niega, refirió la joven, al tiempo que enfatizó que nuestro país ha sido víctima de agresiones como la invasión a Girón, la guerra económica, la bacteriológica, atentados y crímenes tan horrendos como el de Barbados; pero que no han podido ni podrán matar las ideas de la libertad, la justicia y el honor que protagonizan la lucha de nuestro pueblo.
En representación de todos los familiares de víctimas del terrorismo, Calle Pérez defendió además el papel que han desempeñado los Cinco Hé­roes cubanos en la pre­ven­ción de actos como estos y exigió la pronta liberación de Ramón, Antonio y Gerardo. "Si hoy Cuba no llora la muerte de más de sus hijos, es precisamente porque ellos pos­tergaban sus años individuales en be­neficio de su pueblo", ex­presó.
Estuvieron presentes el general de división Antonio En­­ri­que Lussón, vicepresidente del Con­­se­jo de Mi­nistros; Fernando y René, Héroes de la Repú­blica de Cu­ba, y la general de brigada Teté Puebla .
Asistieron además otros familiares de los Cinco y de las víctimas del avión derribado en Barbados, afectados por el terrorismo de Estado, y una am­plia representación del pueblo cu­bano.