cuba china relacionesA la derecha, el director general del Departamento de Asuntos de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhu Quingqiao.

En el año 1960, Cuba fue el primer Estado de América Latina y el Caribe en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China que había nacido 11 años atrás, en 1949. Ese simple acto, que necesariamente no implicó una ventaja con respecto a otras naciones, sí cultivó el lazo especial que hoy existe entre ambas tierras.

«Nuestros dos Partidos, gobiernos y pueblos están unidos por un profundo afecto y poseen una base muy sólida que permitirá un creciente desarrollo de las relaciones de cooperación», dijo a Granma el director general del Departamento de Asuntos de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhu Quingqiao.

En una entrevista exclusiva con periodistas del Centro de Intercambio de Prensa entre China y América Latina y el Caribe, Zhu afirmó que los vínculos entre La Habana y Beijing están en su mejor etapa de la historia.

Al respecto, no solo mencionó los frecuentes intercambios de alto nivel entre autoridades de los dos estados, sino también los importantes éxitos alcanzados, durante los últimos años, en las áreas de comercio, finanzas, nuevas energías y biotecnología.

De acuerdo con el diplomático, en tiempos recientes, la cooperación práctica ha crecido significativamente y ejemplo de ello es la instalación en la Isla de una fábrica de ensamblaje de ómnibus del consorcio chino Yutong, productor de los autobuses que cada día transportan a millones de cubanos.

«Cuba posee ventajas comparativas con respecto a otras naciones de la región sobre todo en el sector de la medicina, por lo que China desea ampliar aún más los lazos en esa área, especialmente en la rama de biomedicamentos», afirmó.

También destacó que la nueva Ley para la Inversión Extranjera, publicada por La Habana, y la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) abren infinitas posibilidades para estrechar la colaboración económica. En ese sentido, reconoció que varias empresas del gigante asiático relacionadas con la biofarmacéutica  y las energías renovables tienen aspiraciones de asentarse en la ZEDM.

Zhu reconoció que su país quiere participar de los planes de desarrollo elaborados por la isla caribeña para lo cual continuará animando a sus compañías para hacer inversiones y negocios en Cuba.

CHINA-LATINOAMÉRICA: UN NUEVO MODELO

Zhu Quingqiao, hombre encargado de coordinar todos los aspectos de las relaciones entre China y los países desde el Río Bravo hasta la Patagonia, sostiene que su presidente, Xi Jinping, les encomendó construir asociaciones integrales de beneficio recíproco y compartido con la región.

Durante siglos la lejanía geográfica, idiomática y de costumbres fue un impedimento para el acercamiento entre nuestros pueblos, aunque nos apreciábamos, indicó. «Hoy hay una fiebre de aprendizaje del chino en América Latina y aquí muchas personas están estudiando español y portugués», dijo. Ese entendimiento mutuo, añadió, es esencial para acortar distancias.

«Actualmente poseemos amplias perspectivas de cooperación, no hay conflictos geopolíticos, ni disputas históricas y nos une una amistad muy profunda. Hemos resistido invasiones de extranjeros y queremos comprendernos mutuamente. Pero hay que superar la lejanía y la falta de conocimiento», argumentó.

América Latina y el Caribe es el hogar de países emergentes y en vías de desarrollo y fortalecer las relaciones es parte importante de la diplomacia china, resaltó Zhu. Nuestros territorios se encuentran en similares etapas por lo que compartimos tareas y objetivos, así como una importante complementariedad económica, añadió.

El funcionario dijo que China quiere edificar una nueva etapa, a largo plazo, de las relaciones con nuestro continente teniendo en cuenta las áreas de política, economía y comercio, cultura, asuntos internacionales y la cooperación.

Para ello ha diseñado un nuevo modelo de construcción conjunto que siga tres grandes vías: logística, energética e informática e implique “la interacción virtuosa entre empresas, sociedad y gobierno, y la ampliación de canales de financiación, como créditos y seguros”.

Beijing se ha convertido en el primer o segundo socio comercial de muchos países latinoamericanos y caribeños, por lo que las intenciones mutuas de actualizar el modelo de colaboración práctica y poner énfasis en la cooperación productiva, no solo responden al deseo de sus gobernantes sino también a una necesidad.

En los últimos años el intercambio económico creció de manera impresionante. El volumen del comercio bilateral alcanzaba  en el año 2000 los 10 000 millones de dólares, cifra que en el 2016 superó los 210 000 millones de dólares, es decir se multiplicó por 16.

Zhu Quingqiao afirmó que Beijing ya estableció mecanismos claros de cooperación con muchos países para coordinar el fortalecimiento de los nexos y construir un destino común.

Señaló que América Latina y el Caribe es el segundo destino más importante de las inversiones chinas en el exterior, solamente superado por Asia. En el año 2016 el stock de inversiones mutuas superó los 150 000 millones de dólares, 1000 veces más que cinco años atrás y las áreas de negocios se ampliaron a plantas automotrices, maquinarias, fábricas de celulares, aires acondicionados, autobuses eléctricos, producción de baterías y paneles solares.

También dijo que las empresas de la segunda potencia mundial continuarán apoyando el desarrollo de aquellas áreas esenciales para el continente como el desarrollo de la infraestructura.

Entre otros proyectos, el diplomático nombró la edificación de una central de electricidad en Ecuador, las inversiones en energía nuclear en Argentina, la construcción de ferrocarriles y líneas de metro en varias naciones,  la ampliación de las inversiones agrícolas y la cooperación con el gigante de las telecomunicaciones Huawei.

Zhu ponderó la necesidad de progresar en los vínculos en innovación y ciencia y aseveró que China tiene la disposición de exportar a otros países tecnología de primer nivel y capacidad productiva, que ya es excedente en el país. La ubicación de varias de nuestras empresas, respetuosas del medio ambiente, en sus naciones contribuiría a fomentar la industrialización y crearía fuentes de empleo, añadió.

También aseguró la buena salud del foro China-Celac, una plataforma establecida en el 2015 para promover la cooperación, y que actualmente contempla un paquete de ayuda financiera de 35 000 millones de dólares para los países latinoamericanos y caribeños, de los cuales se han aprobado 10 000 millones para proyectos específicos.

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EN LA RUTA DE LA SEDA

La iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda es un proyecto incluyente, que no tiene límites ni fronteras, en el que América latina y el Caribe pueden participar, aseguró Zhu.

Estamos trabajando en articular aún más nuestras estrategias y políticas de desarrollo para que promuevan una mayor interconectividad, dijo.

Concretamente, Latinoamérica ya participa en la Franja y la Ruta con incorporación de algunos de sus estados al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII). «Ya son miembros Brasil, Venezuela, Chile, Bolivia y Perú y Argentina está en proceso», sentenció.

«Si bien actualmente el núcleo de este proyecto, presentado por China pero compartido por el mundo, se concentra en Asia, Europa y África, a través del BAII todos los implicados pueden participar y aspirar a planes de infraestructura en Asia y dentro de sus fronteras», concluyó.

Fuente: Periódico Granma

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