Yorleynis Argote Mejías, estudiante de quinto año de la carrera de Medicina comenta con el rostro entristecido que jamás podrá olvidar este día: “primero porque hoy rendimos homenaje al insuperable líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz por su muerte, segundo, porque me tocó formar parte de la Guardia de Honor que cuida el memorial en su nombre en la Plaza de la Revolución Mariana Grajales.
“Siento, a pesar de haber tenido esta oportunidad de rendirle tributo al Comandante en Jefe, que debo hacer más, que me toca hacer más como estudiante, revolucionario y cubano, y que tengo que seguir su ejemplo como el mismo nos enseñó, siendo solidario, internacionalista y siempre humano.
“Me toca también darle las gracias, porque sino hoy no hubiera podido estudiar Medicina, una carrera tan difícil y costosa en el mundo entero y que aquí, en mi país, en mi Cuba, es gratuita gracias a Fidel y a la Revolución”, afirma Yorleynis.
El eterno cederista vivirá por siempre
“Yo siempre tengo presente, aunque en aquel tiempo era muy niño -comenta Octavio García Lescaille-, las palabras de Fidel cuando el 28 de septiembre de 1960 dijo que íbamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva, que estaban jugando con el pueblo y que no sabían la tremenda fuerza revolucionaria que había en los barrios, de ahí crea los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
“Esas palabras las mantengo en mi memoria, como vigencia del ejemplo de modestia y combatividad que debo seguir como Coordinador Provincial de los CDR, pensar siempre en el pueblo y para el pueblo, eso era lo que quería nuestro Comandante”.
“Fidel fue y será un cederista activo, confió en los Comités, y con el fortalecimiento de la vigilancia revolucionaria contrarrestó la corrupción, creó las donaciones voluntarias de sangre, tan necesarias para salvar vidas humanas, entre muchas otras batallas que ganó junto a los CDR”.
“Hemos cumplido y ustedes seguirán cumpliendo la promesa de aquella eterna noche, es la última frase que voy a llevar siempre en la memoria para recordar al eterno líder de esta Revolución, y la cumpliremos, seguiremos adelante con todo lo que él creó, porque a partir de ahora todos los cederistas somos Fidel”.
Yo sé que la Revolución está segura
Siento un profundo dolor que solo mi corazón sabe, estoy triste porque hemos perdido a un hombre inigualable, comenta Diyibet Pérez Rodríguez, quien asegura que sus lágrimas no son suficientes para homenajear al más grande de los cubanos: Fidel Castro Ruz.
“Soy profesora y sé cuánto ha dado la Revolución y nuestro Comandante para que este país sea el más culto del mundo. Comenzó con la campaña de Alfabetización que logró eliminar el analfabetismo y desde ese día debemos darle las gracias por sacarnos de la ignorancia, por enseñarnos a volar y por mantener esa educación gratuita para todos.”
“Muchos piensan que después de su muerte, los jóvenes no continuaremos con su legado, pero se equivocan, yo sé que la Revolución está segura y que entre todos la defenderemos al precio que sea necesario”.
Una flor y una bandera cubana para ti
“Mi flor y mi bandera cubana, es mi pequeño homenaje al líder de mi Revolución, a nuestro Comandante Fidel Castro”, dice emocionada y casi entre sollozos Noralis Simón Revé.
“Fue el más grande, y se ha ido, pero queda en los corazones de todo un pueblo que lo sigue, en sus ideas, en el concepto de Revolución al cual le daremos cumplimiento a cabalidad, en la Revolución misma. Es muy difícil describir lo que se siente. Perdimos a un padre, pero lo único que tengo claro es que vivirá por siempre, porque nació para quedarse y hacer historia”.
Fidel, leyenda y ejemplo
“Fidel es un paradigma de Revolución, un ejemplo de hombre de historia”, asegura Remigio Segura Prevost, director Provincial de Higiene y Epidemiología.
“Nos enseñó a perseverar, a no caer ante los problemas y nos deja un legado de sabiduría y pensamiento, lleno de mucho compromiso para nuestra generación y las generaciones venideras.
“A pesar de ser Cuba un país de limitados y escasos recursos materiales y económicos, convirtió a la Salud Pública cubana en un ícono a escala mundial por sus avances y eso nos obliga a ser más humanos y sensibles.
“Previsoramente, fue fundador del Consultorio Médico de la Familia que devino como el arma preventiva de salud más cercana a la comunidad, que hoy nos exige y compromete a mantener en forma óptima la calidad de vida del pueblo”.
“El internacionalismo que nos inculcó seguirá siendo una de las líneas de continuidad de nuestra revolución, una deuda con los pueblos que aclaman de nuestros esfuerzos y un encargo a los profesionales revolucionarios”.
“Su ausencia nos obliga a ser cada día más estudiosos de su pensamiento, de sus ideales y de su lucha continua por un mundo mejor. Hombres como él, que mueren por la vida, siempre siguen vivos en el corazón de su pueblo”, concluye.
