septeto santiaguero festival changuiEl Septeto convidó a los presentes a bailar y recordar temas reconocidos como Lágrimas negras, Amor Silvestre y La rumba está buena.

Las animadas presentaciones del Septeto Santiaguero en la Casa de la Música La Guantanamera y del grupo Aire de Concierto en la sala Antonia Luisa Cabal capturaron la atención del público durante las descargas musicales nocturnas en el IX Festival del Changüí que tiene lugar en el Alto Oriente Cubano.

Con su versátil repertorio, el Septeto convidó a los presentes a bailar y recordar temas reconocidos como Lágrimas negras de Miguel Matamoros, Amor Silvestre de Lorenzo Hierrezuelo, La rumba está buena de Hermenegildo Ido Torres González y “Hay un runrún” el primer sencillo promocional del disco No quiero llanto – Tributo a Los Compadres, con el cual se agenciaron el Granmy Latino en 2015.

Durante la actuación el conjunto evidenció la maestría en el manejo de instrumentos como el tres, la guitarra cubana, el güiro, el guayo, las maracas, el baby bass y la percusión.

Por otra parte la banda Aire de Concierto, liderada por el clarinetista Janio Abreu, supo deleitar a los espectadores con melodías que matizadas por el equilibrio y la mesura sin perder la fuerza que identifica al conjunto por su apego a las esencias raigales de las expresiones musicales cubanas, entre ellas el propio changüí.

Con piezas donde se entremezclaban el jazz cubanos, y las células rítmicas del chachachá, la contradanza o el danzón, los jóvenes dejaron bien claro a los asistentes el indudable sello de autenticidad y cubanía que los distingue, y que demostraron al interpretar temas de “Ida y vuelta”, el segundo CD concebido con el sello discográfico Bismusic, siete compuestos por Abreu y “Con aire de danzón”, una creación del joven Alejandro Falcón, único invitado al fonograma.

 

festival changui competencia bailadoresEn la competencia de traseros, marimbuleros, bongoseros y bailadores concursaron cerca de 20 composiciones changüíseras.

La noche también fue cómplice de la competencia de traseros, marimbuleros, bongoseros y bailadores y el encuentro de familias cultivadoras del changüí, donde concursaron cerca de 20 composiciones, donde se midió la originalidad y fuerza al interpretar las canciones, el dominio técnico de los instrumentos y las especificidades del ancestral ritmo.

Dicho jurado estuvo compuesto por personalidades como Ernesto Llewellyn De la Era, director del Ballet Folklórico Babul, Yanesi Chivas de la Academia de danza de Guantánamo y metodólogos de arte reunidos en la Casa del Changüí Chito Latamblé.

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