estrenos teatroEn Las Flores Contadas las protagonistas se debaten en la agonía entre el sufrir y el soñar, cada una de manera diferente.

Las obras Las Flores Contadas, del grupo Dramático de Guantánamo, y Eleguá y sus historias, del conjunto Ríos del Teatro Guiñol, constituyen las nuevas propuestas que el Consejo provincial de las Artes Escénicas del Alto Oriente reserva para el público local durante estos días.

Estrenada en la Sala Campanario de la urbe capital, Las Flores… es una creación de la argentina Sandra Franzen, que narra la historia de tres mujeres, una joven y sus dos tías, las que sueñan con el supuesto hombre ideal. Año tras año esperan por él con la llegada de una banda de músicos.

 

Ellas reflejan la angustia, la soledad y la incomunicación de esas mujeres de pequeños pueblos que acuden a la imaginación para lidiar con la monotonía de sus vidas, presas del estigma, los complejos, los celos y el temor a la soledad.

 

Distinguen en esta pieza la concurrencia de temas musicales populares cantados a viva voz o de fondo, una escenografía simple y el elenco, en el cual participan la veterana Yoandra Rosales y las jóvenes actrices Claudia Urrutia y Yanet Nápoles, quienes mediante el diálogo ágil y preciso, sin dejar de ser sugerente y lírico, representan las obsesiones y frustraciones femeninas.

 

Por su parte, Eleguá y sus historias, exhibida en el Guiñol, versiona con títeres narraciones propias de la religión yoruba, de manera no convencional, pues se vale de telas o paños que simulan muñecos e identifican a los santos del altar yoruba. Aborda tres pataquíes o cuentos: el primero, Los hijos de Orula; el segundo Ochún y el pavo real, y el tercero Nadie lo sabe todo.

 

Ana Chelys Matos encabeza el elenco integrado por actores jóvenes como Liuba Duporté y Marcos Cantillo, quien se encarga de la banda sonora, así como una estudiante del nivel elemental de danza que interpreta a Eleguá y Ochún. Mientras la coreógrafa es Yamilka Delsalles, ex bailarina de Médula.

 

Aunque aborda una temática religiosa, el uso del simbolismo de los yoruba se realiza con mucho respeto y cuidado para educar a la población en estilos y temas distintos que aparecen aisladamente en el teatro para niños o de títeres.

 

Sin duda, ambas creaciones son una opción diferente que deberán ganar más con el tiempo en calidad, así como en aceptación por los espectadores que acudirán a disfrutarlas en los venideros días de diciembre.

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