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IvetteAgradecida con la atención y el cariño del pueblo guantanameros, la cantante lo calificó como cálido, con gran sentido musical y conocimiento.

Ivette Cepeda se confiesa enamorada de Guantánamo, solo tres conciertos bastaron para llevarse el corazón impregnado de admiración, regocijo y delectación por este pueblo…”tan singular, original en toda su expresión, desde la música hasta en los más elementales valores humanos”, confiesa la cantante que celebra 25 años de vida artística. 

 

Esta mujer, que destaca por la voz intensa y la capacidad de interpretar casi cualquier clásico de la trova y el movimiento filin cubanos, llegó al Guaso invitada por el Sectorial de Cultura para la Fiesta A la Guantanamera, principal tributo a los 148 años de esta Villa.

Sin embargo, su arribo a la más oriental de las provincias -revela Cepeda-, está lejos de ser casualidad… es más bien el fruto de una curiosidad insaciable, de años, por conocer esta tierra, distinguida por la resistencia cultural y la diversidad de ritmos autóctonos…

“Desde hace mucho me motivaba venir a esta región, con la que comparto lazos familiares porque mi bisabuelo y abuelo son nativos de aquí; pero fue el changüí y el nengón, esas sonoridades típicas y cubanísimas desde la raíz, las que me despertaron las ansias por conocer Guantánamo.

“La primera vez que escuché la música de esta localidad, noté que era algo único, recuerdo que caminaba rumbo algún sitio y aquel sonido me detuvo de ipso facto. El changüí, considero, es uno de los pocos géneros que se mantienen puramente cubanos. Yo he escuchado en Puerto Rico, Panamá, Colombia ritmos que han tomado de nuestro son, se han mezclado, pero los changüiceros se mantienen auténticos.

“Por otra parte siempre me pregunté porque la canción más famosa de Cuba se llama La guantanamera; un himno que nos identifica donde sea, ¿qué tenía esa porción de Cuba, que aunque a veces se vea más lejana de lo normal, es tan significativa como para representar la cubanía en el mundo?

“También tengo un vecino, nacido acá, que me habló maravillas de esta zona y luego de cantar el tema Sin Remedio, con Israel Rojas, e intercambiar con Leyanis López, orgullosos hijos de este terruño, me convencí de venir. Y ya estoy aquí, con mi grupo Reflexión, maravillada de la tremenda ciudad que es, agradecida con la atención y el cariño de su gente, y con ganas de volver lo más pronto posible”.

“Guantánamo es un pueblo cálido, con gran sentido musical y conocimiento, que me ha hecho experimentar sensaciones como en ninguna otra parte del mundo. Aquí he vivido una comunicación directa con el público, que ama la música y la siente realmente, nada acá es ficticio, me quieren, me respetan, y se han ganado mi corazón.”

Ivette Cepeda trabaja diversos géneros musicales como el son, el bolero, el jazz, el bossa nova, la canción y la fusión entre los mismos; con un amplio repertorio que aborda la música de importantes compositores. Entre sus producciones discográficas están Estaciones (2010), Una ventana entre dos (2011), Miracle (2012) y País (2014).

“Acabamos de grabar, en los estudios de la Egrem, el próximo disco La rosa de Jericó, compuesto por doce temas, de Santiago Feliú, Carlos Varela, Pedro Luis Ferrer, Polito Ibáñez, Augusto Blanca y otros.

“Estoy ilusionada por la calidad de los arreglos a la canciones, verdaderos clásicos para mí. Sé por experiencia que todo cuanto existe está condenado a morir, tanto personas como cosas. El olvido para mí, es la muerte por eso quise que el nuevo álbum recuperara canciones casi olvidadas… como sacar algo que estuvo por años en una gaveta y enseñársela al mundo, como la maravillosa invención que es.

“La rosa de Jericó es una planta real, que puede vivir años en las peores condiciones y con solo algunas gotas de agua, vuelve a vivir. Eso es lo que deseo mostrar con el reciente fonograma, al arte como elemento vivo, que merece ser conservado y apreciado como tesoro de la humanidad.