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Dionni Caneda“Como artista he tenido que vivir con mucho sacrificio, primero lejos de la escuela, luego de las galerías y ahora de la universidad, pero he podido hacer tanto como otros que se encuentran más cerca”, afirma Dionni.Dionni Caneda Navarro vive convencido de que cada persona tiene su propio lenguaje y que el de él son las artes plásticas, manifestación donde encuentra no solo una vía especial para exteriorizar sentimientos, creencias y pensamiento, sino que es su sustento de vida y entretenimiento, lo que necesita siempre hacer.

 

Buscar la mejor versión de sí mismo y destacar en lo que realiza son las metas permanentes que han impulsado a este artista a lograr con su pincel y creatividad, superar las fronteras geográficas de su natal Maisí.

 

“En mi casa me criaron bajo la máxima de que si vas a ser barrendero, tienes que ser buen barrendero, no uno más, y por eso cuando supe que quería ser pintor, decidí dedicarme a este arte en serio, sin importar los límites que pudieran imponerme el vivir en un territorio tan apartado de los grandes centros culturales”, afirma este joven de 29 años, nacido, criado y residente en La Asunción.

 

Usaba todavía pañoleta cuando abrió su vínculo con la Casa de la Cultura Municipal -ubicada en su propio poblado- para aprender más sobre trazos y colores.

 

Fue en esa misma época que empezó a participar en concursos y obtener premios, algo que lo motivó terminando el noveno grado, a irse a la ciudad de Guantánamo a estudiar durante cuatro años en la ya desaparecida Academia de Artes Plásticas.

 

Punto de giro

 

“La Academia fue un antes y un después para mí. En ella aprendí que debía esforzarme mucho para lograr imponerme. Con anterioridad yo pintaba sobre temáticas que había visto en libros y películas, pero una vez que entré a la escuela comencé a recibir otras influencias, y tuve que empeñar casi todo mi tiempo y cambiar muchos entretenimientos para tratar de darme bueno.

 

“En los cuatro años, guiado por buenos profesores, aprendí a buscar perfección en todo lo que hago, y en el caso de la pintura no solo en la estructura y forma, sino también en el concepto a trasmitir, algo que obliga permanentemente a investigar antes de asumir cada obra.

 

“Una vez terminada la Academia –fue de la cuarta graduación- muchos de mis compañeros se decantaron por aprovechar las herramientas que aprendieron para la arquitectura, la fotografía, o simplemente tomaron otros caminos que nada tiene que ver con el arte. Yo seguí adelante en la ruta emprendida.

 

“No tengo una visión general de lo que pasa en el país para saber si la desaparición de la mayoría de las academias de artes plásticas fue porque no cumplieron su cometido, pero sé que formaron a muchos buenos creadores. Soy testigo de que los egresados de la de Guantánamo llevamos con nosotros su influencia en la manera de consumir arte, de producir, de ver las cosas, sin importar donde estemos ni lo que hacemos”.

 

De vuelta a casa

 

“Tras los estudios en la capital provincial regresé a Maisí para trabajar en la Casa de Cultura Municipal, donde laboré primeramente durante cinco años y volví a su colectivo hace poco. Ahí tengo que cumplir con un cronograma de exposiciones e impartir talleres a niños. Es una labor que te obliga a pensar más allá de ti para desde la experiencia personal formar y guiar a otros.

 

“He seguido presentándome en muchos eventos a los que me convocan porque lo veo como una obligación. En ese sentido tengo mucho apoyo institucional. Soy el único maisiense miembro de la Asociación Hermanos Saíz, organización de la que he tenido mucho beneficio y apoyo, porque me mueven las exposiciones, me ayudan con pasajes, hospedaje, invitaciones y con la promoción de mi obra. También formo parte del registro del creador del Fondo de Bienes Culturales y he trabajado en proyectos del Consejo de Artes Plásticas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

 

“Todas esas organizaciones e instituciones me llaman y convocan a cada evento del territorio y ya queda por mí participar o no, teniendo en cuenta la planificación de trabajo, las cuatro horas de viaje a la capital provincial y el traslado de las obras, que puede ser complicado.

 

“Después de graduado gané un premio en el Concurso nacional de Literatura y Artes Plásticas Regino Eladio Boti y he ganado dos becas, una del propio Concurso Boti y otra convocada por la Uneac, cuya finalidad fue armar igual cantidad de exposiciones.

 

“He tenido la posibilidad de mostrar mi labor en Guantánamo, Baracoa, Santiago de Cuba y Camagüey, y acumulo 15 exposiciones personales y 16 colectivas.

 

Además, algunas de mis piezas ambientan diversas instalaciones estatales y particulares, y he colaborado con otros artistas en obras en espacios públicos de mi municipio en la sala de video y en la Plaza, ambos en La Maquina, por poner dos ejemplos.

joven maisi artista plastica2Dionni ama la pintura y la defiende ya sea con tempera, oleo sobre lienzo, acrílico sobre lienzo o los materiales que tenga a su disposición.

La obra y su paisaje

 

“Dentro de la pintura el área que más me gusta es la paisajística y nunca he abandonado las escenas rurales de mi municipio. En la Academia me enseñaron más a trabajar el entorno suburbano, que me gusta llamar periférico, que tiene que ver con la arquitectura.

 

“Más delante comencé a trabajar con el paisaje urbano moderno de las grandes ciudades del mundo porque me parece exótico, ya que no tiene nada que ver con mi mundo. Otro tema interesante ha sido el de los medios de comunicación y su influencia y formas de interacción con la sociedad”.

 

“Por lo general pinto en el portal o sala de mi casa y encuentro contenido para mis cuadros en la vida cotidiana. Siempre busco la manera más directa de expresar lo que siento o quiero y creo no tener un sello todavía, pues tengo muchas vertientes en mi obra, aunque destaco por ser bastante pausado, perfeccionista y porque varios de mis trabajos son burlas y por eso juegan con la comicidad.

 

“Hoy existen muchas limitaciones económicas. Conseguir los recursos para pintar es complejo, porque en ocasiones ni llegan a la provincia. La mayoría de los materiales que utilizo lo compro en otros lugares. Yo quisiera tener oleos de todo los colores y muchísimos pinceles, pero si no, debo innovar. Lo infaltable es la motivación y deseos de hacer. La justificación de la falta de recursos en ocasiones es solo excusa para no producir.

 

 

“He logrado trascender como mi obra desde Maisí, al menos provincialmente. Soy de los artistas que me mantengo trabajando todo el tiempo, algo que se valora mucho en momentos donde la producción artística de la plástica ha disminuido.

 

“La vida me ha demostrado que hay que dejarse de tanta queja y ponerse a producir. El trabajo y la obra te defienden. El vivir lejos es un problema personal, el público y los jurados cuando ven tu obra, no tiene que mirar si fuiste el que más se sacrificó para llevarla hasta allí, sino la calidad. Por eso un premio para mí es doble.

 

Camino al mañana

 

1dionnis caneda 1En su vida artística Dionni acumula 15 exposiciones personales y 16 colectivas.

“No puedo vivir sin las artes plásticas y jamás la abandonaré, de eso estoy claro, pero quiero seguir superándome. Actualmente curso por modalidad para trabajadores el segundo año de Arte de la Conservación y la Restauración en la Universidad de las Artes, en La Habana, y me siento hasta ahora muy bien con el contenido de las materias que se dan sobre el patrimonio, la historia del arte y la cultura cubana y universal.

 

“Esta especialidad me abre nuevas perspectivas de trabajo. Maisí tiene muchos sitios arqueológicos y va ser bueno que tenga un especialista en la propia localidad con una formación superior en esos temas.

 

“Junto con los estudios, me sigo preparando para exposiciones y nuevos eventos, continúo la labor comunitaria en la Casa de la Cultura Municipal y me estoy alistando para trabajar en varias vallas de mi municipio.

 

“En Cuba tenemos una política cultural que permite que gente como yo huérfano de padre y criado junto a otros tres hermanos con el esfuerzo de una madre, desde un paraje tan lejano, haya podido estudiar artes plásticas y ahora cursar una carrera en la Universidad de las Artes.

 

“Por eso también no puedo parar. Siento que todavía me queda mucho por hacer para consolidar mi obra, conquistar otros espacios y hacerme visible como un abanderado de mi comunidad, porque soy fruto de ella”.