En estos momentos se está trabajando en la producción escenográfica de las obras.

La autocensura, los miedos, la opresión, las complejidades de ser humano, en una sociedad en ocasiones muy intolerante, devienen el eje temático de las nuevas creaciones de los maestros Emilio Vizcaíno y Gertrudis Campo (Tula) en el seno del Grupo Guiñol de Guantánamo.

Tres obras versionadas a partir de diálogos de los dramaturgos argentinos Roberto Espina y Quique Sánchez Vera, de este último provienen creaciones como el Curador y la Vecina, El Gato y los Ratones, Pepe el Marinero, incluidas en el repertorio del Guiñol.

Se trata de El propietario, perteneciente a la saga República del caballo muerto, de Roberto Espina, que versa sobre la opresión y se vale para ello del teatro de máscaras; Ser o No Ser, pensada de manera inteligente con personajes pies, seres cuyos rostros no aparecen, pero dialogan entre sí y sólo muestran las extremidades inferiores. Ambos interlocutores tienen personalidades psicológicas y físicas bien delineadas.

Autocensura es la tercera propuesta y aborda el dilema de un poeta que decide escribirle a la Luna, pero en medio del proceso comienza a cuestionarse sobre lo que debe o no decir, cómo hacerlo… por lo que termina elaborando algo mediocre, inverosímil, vacío.

De acuerdo con Emilio Vizcaíno, los relatos tienen como principal mérito el profundo contenido social latente en el subtexto, que se acerca de manera poco ortodoxa a cuestiones como el temor a expresarse, el poder, la persistencia de cánones y estereotipos; de ahí lo complejo del discurso artístico previsto para un público joven y adulto.

Actualmente se trabaja en el montaje escenográfico y acondicionamiento técnico de las obras: con el diseño de muñequería, música original para denotar atmósferas y el juego luces, ideado para focalizar a las marionetas, protagonistas de una conferencia ilustrada que sirve de hilo conductor a las propuestas titiriteras del Guiñol Guantánamo.