waldo mendoza

La entrevista a Waldo Mendoza, pequeña y sencilla como él, nació en cesárea, rápida pero oportuna. Siete minutos casi exactos.

Fue en el complejo gastronómico Bayatiquirí, ubicado al noreste de la capital provincial, durante el cóctel de bienvenida a los artistas que armonizarían las 13 áreas bailables del recién finalizado Carnaval Guantánamo 2015.

Fui tras los pasos de Cándido Fabré y Kola Loca y a falta de pan me encontré con él, que por suerte, la oportunidad convirtió en casabe.

Este virgo (22 de septiembre de 1966) guantanamero, residente en La Habana desde hace años, se presenta al público nacional y foráneo como el principal defensor de la canción romántica o balada en Cuba y uno de sus más reconocidos cantautores contemporáneos.

Bendito Tiempo (2005), Hojas del Alma (2010), Desde La Habana (EGREM, 2012) y Repartiendo amor (Bis Music, 2013) son algunas de sus producciones musicales más reconocidas aquí y en el exterior.

Su inconfundible voz, la calidad de sus interpretaciones y la profundidad de los temas que defiende le han valido para alcanzar, entre otros, premios como el de la Popularidad en el Concurso de Música “Adolfo Guzmán”, en 2007; Intérprete más popular del programa “Entre Tú y yo” durante 2011, 2012 y 2013 y el Premio Cubadisco 2013 por el DVD Concierto Hojas del Alma, en la categoría Grabación en Vivo.

Corto el dialogo, sirvió para conocer qué hace hoy Waldo Mendoza y que siente al cantar una vez más para el público guantanamero.

Repites en el escenario cultural de Guantánamo. ¿Qué sensación te despierta volver a los orígenes?

Siempre he dicho que llegar a los inicios de la vida de uno es maravilloso, pero en mi caso, llegar a Guantánamo, una ciudad que me acogió (aún lo hace) como hijo, como líder musical de algunas generaciones, es algo indescriptible. Siempre que tengo la posibilidad vuelvo a Guantánamo y a su gente, mi gente.

En cuanto llegué, con el permiso de mi grupo, salí disparado para Baracoa, una ciudad que amo por su belleza, a cumplir una deuda que tenía conmigo, con mi esposa y con mis hijos en especial que nacieron en La Habana y no los había traído. Lo hice para que conocieran su entorno y la belleza de su gente. Allí nos bañamos en el río Toa y prometimos amar siempre esta tierra. Por eso cada vez que pueda les entregaré mucho amor y buena música a las personas de este pedazo de Cuba.

¿Actualmente por dónde andan tus pasos en materia discográfica?

Estoy trabajando simultáneamente en cuatro discos musicales. Uno de ellos está relacionado con las cartas de Manuela Sáenz a Simón Bolívar. El CD ya lo estamos produciendo en los estudios de la EGREM (Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales) y estará acompañado de un libro que, en coordinación con la Casa Editora Abril, incluirá varias de estas misivas.

Otro de mis planes recientes incluye musicalizar textos del venezolano Simón Díaz, autor de la canción Caballo Viejo, reconocida internacionalmente, además de un trabajo conjunto con Jorge Luis Robaina, director del grupo Karamba. También estoy inmerso en el proceso de producción del DVD Libre para amar.

Aprovecho la cobertura para hacer el prelanzamiento de lo que quizás se convierta en uno de los eventos culturales más importantes de Guantánamo a partir de una fecha señalada. Chocolate con café será el nombre del festival donde pretendemos se reúnan los artistas guantanameros de aquí y los que viven en otras provincias, los reconocidos nacionalmente y los jóvenes talentos que comienzan a despuntar en la interpretación musical.

Estarán invitadas agrupaciones nacionales de primer nivel y tenemos confirmación de músicos de Venezuela, Estados Unidos, España y Argentina. Tenemos muchas ambiciones con este proyecto, todo está en el apoyo del pueblo y, claro, de las organizaciones políticas del territorio y el Ministerio de Cultura.

¿Cómo logra Waldo Mendoza mantenerse en la cima de la canción romántica o balada en Cuba?

Lo principal es ser constante en lo que haces, ser sincero, hacer lo que te gusta y defenderlo aún y cuando primen otros géneros que gozan de mayor popularidad y público como el reguetón o la salsa. Esa energía que emana de la sencillez y la sinceridad la gente lo siente y te lo retribuye con la aceptación de los temas y los aplausos. Yo sigo siendo un romántico, un baladista.

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