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komotu miguel moreno alexisFoto: Leonel Escalona Furones

Hay que aclarar: es un decir. Tampoco hay que exagerar tomándolo al pie de la letra. La manipulación de la popular frase es quizá una “ideota” para el socorrido “gancho”. Aunque tampoco queda en eso. Porque Komotú celebra sus 21 años en el humorismo escénico cubano con enseñanzas también para que la cultura local y del país siga creciendo.

Más allá de consabidas y halagadoras reiteraciones de “profetas en su tierra”, “humor inteligente”, o “Les Luthiers del Guaso”, o el trueno convocatorio de “la crítica social en el humor”, evidencias de esencial valor cultural aportó un encuentro celebratorio y reflexivo con ellos.

Fue el espacio Uneac Escena, en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), con Alexis Ayala Wilson, el director de Komotú, y Miguel Moreno Rodríguez (el inefable La Llave), y otros fundadores, colaboradores, admiradores, artistas y demás, con la ausencia justificada de la joven integrante Yasnai Ricardo Pérez, por cumplir reclamos artísticos en la capital.

Ayala, Moreno y muchos asistentes al espacio mensual anotaron en sus agendas de papel o mentales que si, según el tango, “20 años no es nada”, si lo son 21 con Komotú defendiendo su identidad, conservando su patrimonio cultural, su creación artística y literaria (guiones, libretos, improvisaciones son textos “escritos”).

Esos valores son también nuestros, como pueblo, sujetos con la capacidad para apreciar el arte que hace este grupo de humor, distinguido, entre otros reconocimientos, con La Fama, el Símbolo de la Ciudad de Guantánamo, el año pasado, por su contribución al enriquecimiento de la vida cultural de la población.

¿Se ocupa quién de conservar en soportes de memoria audiovisual sus años de semanales radiales en la emisora CMKS, espectáculos en el teatro Guaso, en los nacionales Aquelarre (donde han sido multipremiados), eventos, jornadas, televisión, cabaret, Venezuela…, ya patrimoniales? ¿Cómo se entrenan físicamente contra los años en escena? ¿Qué deben conocer para asegurar la continuidad y estar “actualizados” en forma y contenido para satisfacer las necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales en los públicos que los reclaman?...

Mientras muchos “artistas” de su género y de otros aprovechan para medrar los comodines de la mediocridad establecida o la moda, escalando por otros medios hasta los medios de difusión, en la capital y más allá, esta unidad del Centro Nacional del Humor impone su calidad, delante de otras pretensiones “humorísticas” foráneas, y es preferida por el público, incluso en la principal sala guantanamera del Consejo provincial de las Artes Escénicas, como se subrayó en el espacio conducido por el actor Ury Rodríguez.

Creadores así plantan enseñanzas de pertinencia y pertenencia para la cultura local y nacional, por lo que puede no ser un descaminado quien estando o iniciando los caminos del arte diga en serio como el título de este comentario.