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un dueto uno portadaLa sencilla concreción escenográfica y electrónica de Carcinoma no permite distracciones visuales.
  Fotos Tomadas del blog Yúris Nórido-Fotografías

Cuando uno disfruta una coreografía del guantanamero Yoel González Rodríguez, asume que está ante piezas muy bien pensadas y que demandan fuerza y energía en el escenario: arte desde la esencia de un ser humano, pero también, partiendo de la lógica, emociones y circunstancias personales de cada integrante de Médula DC, el proyecto danzario más joven del territorio-.

Carcinoma, del propio Yoel, agresiva en cuanto a concepto y estructura, se desarrolla en un contexto frecuente: el cáncer, el sufrimiento, la metástasis, la defunción. Su sencilla concreción escenográfica y electrónica puesta musical, no brinda distracciones visuales.

No es de extrañar entonces que fuera esta la pieza escogida por el bailarín, para que participara ante artistas internacionales y nacionales, en el pasado Festival Internacional Grand Prix Vladimir Malakhov, en Holguín, y menos, extrañar que la agrupación guantanamera, trajera al patio los máximos lauros del evento: Mejor Compañía y el galardón de Interpretación, que obtuvo una de sus integrantes: la “camaleónica” Inés María Preval -Minina-.

Y la defino así, porque Minina se desdobla en cada pieza que teje su menudo cuerpo, su expresión en escena siempre es fuerte, punzante.

un dueto 2 Minina se desdobla en cada pieza que teje su menudo cuerpo, y su expresión en escena siempre es fuerte, punzante.

Ella, junto a González Rodríguez, roba una vez más la atención, pues la semana anterior, recibieron el premio Ramiro Guerra, de Interpretación, en danza contemporánea, que otorga la Asociación Hermanos Saiz en el país al finalizar cada año.

A la talentosa bailarina nacida en Caimanera, cada reconocimiento la sorprende más.

“Yo nunca esperé tener tanto. Francamente, hay muy buenos bailarines en el país, y que lo escojan a uno como el mejor intérprete, es súper hermoso y reconfortante.

“Desde que comencé en el mundo de la danza, he tenido que esforzarme el triple, porque mi formación no es académica, y por tanto, he estado siempre atenta a mi crecimiento y superación profesional y artística. Estos premios indican que voy por el camino correcto”, asegura sin falsa modestia.

Inés María asume cada nueva idea de su director como si fuera la última vez. Ella asegura que nació para bailar….también lo creo; sus condiciones físicas naturales no la dejan mentir.

“Sobre todo se basa en estar conciente del trabajo y sentirse parte de la historia y trato de estar bien centrada en lo que hago. Yo simplemente doy todo. No sigo ninguna metodología, es simplemente bailar y dejarte llevar, de eso trata”, comenta.

  “En los montajes experimento una gran satisfacción porque pruebas la coreografía y prestas atención al movimiento, además, en la compañía cada obra crece con la opinión de los bailarines. El proceso de creación es de lo que más disfruto”.

¡Para hablar de danza hay que vivirla y estar dentro de ella!, me comentaba Yoel mientras hacía la entrevista a su compañera.

“Bailar para mí es volar, es el momento donde me siento libre, completa y veloz”, aseguró por su parte Minina.

“Sin embargo -declara- el mundo artístico es un túnel oscuro, y mucho más cuando no existe apoyo de las instituciones que nos representan.

“Los premios, los aplausos y el eterno agradecimiento a la AHS, son la luz al final de camino. Lo que me impulsa a seguir creyendo en la danza es el sonido del público aplaudiendo”, concluyó.