raicesFoto: Radio Cadena Agramonte

Las raíces de la identidad cubana son objeto de atención de muchos artistas plásticos. Algunos, incluso, las hacen tema y asunto principal de sus representaciones. En cualquier caso, las instituciones afines crean espacios para este particular.

Ello puede apreciarse coincidentemente en estos días (refiriéndose a nuestra cepa de procedencia africana) con sendas exposiciones abiertas en la galería Antografía, del Consejo provincial de las Artes Plásticas, y en la sala expositiva de la Casa del Joven Creador, de esta ciudad.

Los artistas visuales indagan, en este caso, en los sustratos de la parcela de orígenes que aportaron porciones de humanidad, desde el continente donde surgió nuestra especie, al crisol caribeño donde se han fundido culturas autóctonas americanas, con europeas y asiáticas, entre otras del mundo.

La primera de las mencionadas muestras (Raíces), incluye entre las 14 pinturas y grabados tres obras del guantanamero Carlos Rafael González Barbán, la mayoría de los santiagueros Luis Emán Fornaris, Oandris Tejeiro Nordet (Joa), y Gilberto Martínez, y de los holguineros Jorge Hidalgo Pimentel y José Emilio Leyva Azze.

Por primera vez, el Centro cultural africano Fernando Ortiz, de Santiago de Cuba, extiende a Guantánamo estas raíces, provenientes de la muestra que acompañó en abril de este año la edición 13 de su bienal conferencia científica, como explicó la especialista Dayana Sargentón Olivares, al presentar estas piezas en la más oriental de las provincias cubanas.

Apunta ella que, debido a prejuicios, ha existido apatía y vacío gnoseológico ante la visualización artística de las prácticas culturales de origen africano en Cuba, por lo que considera importante hacer explícita la presencia de esa huella.

Se trata “no sólo de demoler ciertas construcciones culturales viciadas y superficiales sino para garantizar la preservación de nuestros valores como nación”, expresa, en las notas del catálogo.

Significativamente, la inauguración contó con la participación de bailarines y músicos de la compañía Danza Libre, quienes tuvieron a su cargo la representación audiovisual de los orishas (dioses, según el panteón afrocubano) Yemayá (Yanesis Martínez) y Changó (Yadrián Mesón Velásquez).

Los trabajos expuestos “exploran zonas candentes de la contemporaneidad cubanas relacionadas con la racialidad, la marginalidad o las filiaciones a prácticas religiosas y culturales”.

La “representación del mito, acciones u objetos litúrgicos, la apropiación de códigos específicos e incluso de materiales de valor ritual”, ocupan al guantanamero González Barbán, como a Hidalgo y Leyva, mientras Joa y Gilberto parcializan hacia el componente somático de diferenciación de las personas, y Emán acoge la identificación con el otro.

Todos proceden sin ajustarse a visiones localistas y se ocupan en mostrar amor por esta raíz que, como otras, componen nuestra identidad.

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