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Ernesto Rodríguez EstévezErnesto es uno de los 946 profesores de Educación Física de la provincia, que atienden en total a 31 mil 450 estudiantes. Para Ernesto Rodríguez Estévez la dedicación y amor a la profesión es lo primero que debe tener un profesor de Educación Física para poder desarrollar su labor con calidad.

“Si a uno le gusta lo que hace el resto de las cosas salen solas, por lo menos así me ocurre a mí. Todavía siendo un muchacho supe que estudiaría algo relacionado con el deporte, porque me llamaba la atención ver a mi hermano Antonio corriendo de aquí para allá con la licenciatura en Cultura Física que tanto lo deslumbraba.

“Cuando pude entrar a la universidad en esa misma modalidad, descubrí que no es solo deporte, sino que ahí se dan muchas asignaturas y te preparan para saber un poquito de todo. Fue en esos años que surgió mi pasión por impartir clases. Esta carrera ha cambiado mi vida y si volviera a nacer me gustaría ser lo mismo”, afirma este joven de 27 años, quien desde su graduación en 2014 trabaja en la secundaria básica Regino Eladio Boti, de la ciudad del Guaso.

Deportivamente hablando

Ernesto siempre tuvo un vínculo especial con el mundo atlético y por eso apenas estaba en cuarto grado cuando comenzó a entrenar baloncesto, que fue de puro trámite por un año, para luego rotar por otros como la esgrima, el judo y el voleibol.

“Esta última es la especialidad que más me gusta y en la que me especialicé durante la universidad, lo que me permite que sean las clases que me salen con mayor facilidad, pero no tengo distinción.

“En la escuela lo mismo damos clases de voleibol, fútbol, baloncesto, lanzamiento de la bala, carrera de relevo y de medio fondo, entre otras que te obligan a estar todo el tiempo estudiando porque cambian las reglas, las dinámicas de juego y uno debe estar al tanto para enseñar bien a los alumnos”, declara este profesor de Educación Física, uno de los cuatro de la Regino Boti, escuela en la que actualmente atiende a cerca de 45 estudiantes de noveno grado.

El día a día

“Para un profesor de Educación Física lo primero para poder organizar las clases es el diagnóstico, porque nosotros no conocemos la actividad física por la que ha transitado el estudiante y sus conocimientos sobre los diferentes deportes, y nos vemos obligados a medir sus capacidades para saber si asimilarán todo lo que le vamos a enseñar, de ahí nos apoyamos en las indicaciones metodológicas del programa para poder trazar el sistema y plan de clases. Es un proceso que suena engorroso, pero en la práctica es fácil.

“En mi escuela cada grupo tiene dos turnos de Educación Física y dos de Deportes para todos a la semana. Yo doy dos clases por la mañana y dos por la tarde, en cada caso en los primeros 45 minutos imparto la Educación Física, y luego el Deporte para todos, que tiene un carácter más práctico y recreativo donde los estudiantes pueden jugar entre ellos, lo que más les gusta.

“En esos turnos también debemos atender a los que por problemas de salud no pueden hacer lo mismo que el resto. Con ellos se tiene una atención especial. Casi siempre los sentamos en un área aparte, donde les damos clases teóricas y hacemos charlas y conversatorios de cualquier tema de interés. Eso no quiere decir que no juegan con los demás, pero lo hacen con cargas diferentes.

“Otro elemento importante es la interacción que tenemos con los profesores del combinado deportivo Centro-Oeste durante el proceso docente, de pruebas de eficiencias física y de llenado del tiempo libre de los educandos. De esa interrelación se sacan los estudiantes con talentos, a los que luego damos una atención diferenciada.

“En estos cuatro años he tenido alumnos que no le prestan importancia a la Educación Física. En esos casos voy hasta sus casas y me siento con los padres para saber qué pasa, porque muchas veces hay problemas en el hogar y la familia que afectan a los muchachos, y nosotros tenemos la obligación de conocerlos y de tratar de ayudarlos desde nuestra posición, siempre buscando la unidad con otros factores”.

Los concursos de clases

“Fui por primera vez a un concurso de clases estando en tercer año de la universidad, y ahí pude clasificar para la versión nacional a nivel de facultades de Cultura Física y obtuve el tercer lugar.

“Desde entonces me gusta competir en este tipo de evento y ahora llevo dos años consecutivos obteniendo el primer lugar a nivel de provincia, corona que aspiro poder mantener, aunque la competencia siempre es fuerte porque aquí hay muy buenos profesores”.

De cara al futuro

“Mis aspiraciones como profesor es seguir elevando la calidad de mis clases, para poder enseñar bien a mis alumnos y que ellos puedan usar los conocimientos que les brindo toda la vida. Espero que algún día de mis aulas salga un campeón que represente a Guantánamo y a Cuba.

“No espero dejar la cima del podio en los concursos de clases y para ello me voy a seguir preparando y trataré de ser más activo en el Premio Anual de Investigación, estudiando con profundidad sobre problemáticas de la Educación Física y dar propuestas de soluciones y ejercicios. Aparte, quiero ser Máster para ampliar mis conocimientos y nivel científico.

“Por lo pronto, mi reto más cercano es el concurso nacional de clases, del 26 al 30 de marzo en Ciego de Ávila. Todos los días ensayo lo que voy a hacer allá, tratando de pulir cada detalle para poder traer el título para Guantánamo.

“A todo lo anterior agrego mi meta permanente de promover la práctica de deportes como vía segura para elevar la calidad de vida y preservar la salud”, concluye Ernesto, uno de los tres profesores que asistirán por nuestra provincia a la lid que tendrá a tierras avileñas como sede el próximo mes –él por secundaria básica, otro de enseñanza especial y el tercero de Educación Superior.