¡Vamos al Mundial de Francia! era la exclamación con mezcla de triunfo y sorpresa que animaba los círculos deportivos cubanos en 1938, y no era para menos, pues la Mayor de las Antillas por anuencias del destino sería la primera nación caribeña en debutar en una Copa de fútbol a nivel del orbe.

Posiblemente ni lo propios jugadores cubanos imaginaron meses antes de la etapa clasificatoria de Norte, Centroamérica y el Caribe, que podrían llegar a ocupar el único boleto en disputa para la región, aunque fuera por abandono de todos sus contrarios, en este caso Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guyana Neerlandesa y México.

¿Por qué se esfumaron los oponentes? pues en repulsa con la decisión del entonces presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el francés Jules Rimet, de hacer trizas las reglas fundadoras de la lid que estipulaba alternar las Copas entre Europa y América, y tocándole el turno al nuevo continente –le habían antecedido la ediciones de Uruguay 1930 e Italia 1934- le otorgó la sede a Francia, país que había prometido mejorar todos sus estadios si le tocaba la “buena nueva”.

Algo parecido pasó con Sudamérica, donde se retiraron de la clasificatoria Argentina, Colombia y Uruguay. Chile que ya tenía el boleto del área decidió no asistir en solidaridad con el resto de sus naciones vecinas, y por tanto Brasil acaparó automáticamente el pasaje.

De esa forma, brasileños y cubanos serían los únicos representantes americanos en la gran fiesta del fútbol de 1938, evento que se desarrolló del 4 al 19 de junio de ese año en un ambiente prebélico que antecedía a la Segunda Guerra Mundial.

Y se hizo la hazaña

Leones del Caribe, como bautizaron al histórico equipo cubano que participó en el Mundial de 1938.

Cuba para el campeonato francés logró reunir 15 hombres (Juan Alonso López, Joaquín Arias Blanco, Juan J. Ayra Martínez, Jacinto Barquín Rivero, Pedro Berges Naval, Benito Carvajales Pérez, Manuel Chorens, Tomás Fernández Ruiz, Pedro Ferrer Mula, José A. Magriñá Rodeiro, Carlos Oliveira Hernández, José A. Rodríguez Fernández, Héctor Socorro Varela, Mario Sosa Casquero y Juan Tuñas Bajeneta) de los 20 permitidos para cada team, y por tanto ya no era solo la falta de experiencia la única desventaja del plantel caribeño.

Bajó la guía del técnico José Tapia, los criollos zarparon en barco rumbo a la sede del campeonato del orbe, en viaje de 15 días, donde aparte de Brasil y Francia, también esperaban por el inicio del torneo Italia, Hungría, Suecia, Checoslovaquia, Suiza, Rumanía, Alemania, Polonia, Noruega, Bélgica, Holanda y las Indias Orientales Neerlandesas –de los 16 clasificados finalmente solo no pudo asistir Austria, país invadido tres meses antes por los nazis alemanes.

El Mundial en aquel entonces no tenía fase de grupos y por lo tanto se iba directo a octavos de final. A Cuba le tocó como rival el experimentado conjunto rumano –que tampoco tuvo que ensuciarse las zapatillas para llegar a la máxima competición futbolística-, a quién se enfrentó el 5 de junio en partido celebrado en el estadio Chapou, de Toulouse, y presenciado por alrededor de 7 mil personas.

Rompiendo todos los vaticinios Cuba logró pararse de frente a Rumania y sin el mínimo asomo de miedo o flaqueza, para pactar un empate a tres goles en partido que tuvo que irse a tiempo extra de 30 minutos. Por Rumania anotaron Silviu Bindea (35), Iuliu Bartky (88) y Stefan Dobay (105) y por los antillanos Héctor Socorro (44 y 103) y José Magriñá (69).

Tras aquel agotador juego, cuatro días después, el 9 de junio, los dos planteles se volverían a ver las caras en el Chapou para decidir quién accedía a cuartos de final –en esa época no existían la tanda de penales y por ello si se igualaba el marcador en el tiempo reglamentario y el extra de un partido, había que realizar otra confrontación de desempate.

La armada criolla iba en peores condiciones debido a sus pocos integrantes, el desgaste de los 120 minutos anteriores y a que su portero titular Benito Carvajales –que había parado cinco posibles anotaciones de los rumanos en el encuentro inicial-, prefirió no jugar y asumir el rol de comentarista de la justa para una emisora de la radio cubana.

Momentos antes de iniciar uno de los juegos entre Cuba y Rumania.

En el segundo encuentro nuevamente los europeos abrieron el marcador, lo que ahora por intermedio de Stefan Dobay (35), pero los latinoamericanos lograron la remontada por intermedio de Socorro (51), que llegaba de esa forma a tres tantos, y Tomás Fernández (57).

“Los cubanos salieron a jugar de otra manera el segundo tiempo y el encuentro cambió completamente. Tuvieron varias opciones de gol y el resultado fue justo”, reseñó el periódico italiano La Stampa que cubría la lid.

De esta forma la hazaña crecía y el representativo de la Perla de las Antillas se convertía en el primer país fuera de Europa y Sudamérica que llegaba a cuartos de final. En la nueva instancia su contrario era Suecia, que no había jugado todavía porque Austria, su oponente de octavos, no participó.

El 12 de junio, apenas tres días después del último juego y con notable cansancio, los cubanos tuvieron que volver a entrar en acción. Nuevamente cerca de 7 mil personas se reunieron, pero esta vez en el estadio Fort Carreé, de Antibes, para apoyar completamente al conjunto del viejo continente.

El resultado fue apabullante: 8-0 a favor de los suecos con goles Harry Andersson (9, 81 y 89), Gustav Wetterstrom (22, 37 y 44), Tore Keller (80) y Ame Nyberg (84).

“Antes del partido nos consideraron favoritos, por la manera en que habíamos jugado. Pero sucedió algo que no esperábamos: llovió y el campo se inundó. No estábamos acostumbrados a eso, nos resbalamos una y otra vez, y terminamos perdiendo”, rememoró en 2010 Juan Tuñas para una entrevista a la página oficial de la FIFA.

En semifinales Suecia sucumbió ante Hungría y Brasil con Italia. Finalmente el campeón fue el equipo azzurri, bajo la dirección de Vittorio Pozzo, que superó en la discusión de su segunda corona 4-2 a los húngaros. Mientras que por el tercer puesto los brasileños aventajaron con idéntico marcador de 4-2 a los suecos.

Tabla de enfrentamientos del Mundial de Fútbol de 1938.Así terminó aquel campeonato donde los Leones del Caribe, como bautizaron al once de Cuba estampó su firma entre los conjuntos mundialistas, y no solo por estar, más allá de cómo logró colarse, sino por ser capaz de ganar al menos un partido y avanzar en el torneo, algo que otros conjuntos con mejor nivel no han logrado.

Después de aquella memorable, al menos para los cubanos, reunión futbolística de Francia 1938, las Copas del Mundo se despidieron hasta 1950, cuando ya terminada la Segunda Guerra Mundial, las tierras brasileñas acogieron la cuarta edición, recordada por el celebré Maracanazo en donde los uruguayos vencieron 2-1 en la final a los anfitriones.

Orden final de los equipos en Francia 1938: Italia, Hungría, Brasil, Suecia, Checoslovaquia, Suiza, Cuba, Francia, Rumania, Alemania, Polonia, Noruega, Bélgica, Holanda e Indias Orientales Neerlandesas.

Cuba en Mundiales de Fútbol:

Fuentes de consulta utilizadas: Fifa.com, ESPN, Cubadebate, Ecured, Wikipedia, Marca, Cubahora, AS, Excelsior, Los Mundiales de Fútbol.com, Soho.com, Isla Local, Daniel Rucks.com, Live Fútbol, La Tercera, Radio 26, Perú.com y Venceremos.cu.