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Los sueños se van haciendo realidad para Ángel Fournier Rodríguez. Este deportista guantanamero, único remero cubano medallista mundial, confiesa que trabajó mucho, y continúa haciéndolo, para alcanzar sus metas y cumplir con su lema de luchar contra el tiempo.

Desde muy pequeño practicaba baloncesto, voleibol, y otros deportes, pero solo por diversión. No fue sino hasta los 12 años cuando decide, para asombro de su familia, convertirse en remero y entra en la Academia Náutica Provincial, enclavada en su poblado natal. En el 2004 sube al equipo nacional, y desde entonces ha participado en varios eventos deportivos, tanto nacionales como internacionales, destacando sus medallas mundiales, de plata en el mundial de Chungju, Corea del Sur, y de bronce en Amsterdam, Holanda 2014, resultado que lo convierte en el mejor de su especialidad en Cuba de todos los tiempos.

Movida por ese hecho salí a buscarlo y lo encontré en su casa rodeado de la familia y algunos amigos. A pesar de que por su impresionante tamaño (1.98 metros) y su aparente seriedad a simple vista no parece un gran conversador, en realidad una vez iniciado el intercambio se descubre un Ángel simpático y comunicativo, presto a responder con soltura cada pregunta.

¿Si en su familia no hay remeros, entonces, qué o quién lo motivó a practicar este deporte?

Yo veía a la gente remando en la bahía y nunca me interesó esa actividad, hasta un día en que yo estaba pescando y vino el entrenador José Ángel Figueredo, de la Academia Náutica Provincial, y me invitó a conocer la instalación, me enseñó fotos, me contó cómo era el remo, y así poco a poco me fui involucrando con la historia de este deporte y cuando me sentí motivado decidí matricular en esa institución, y así inicié mi desandar por esta disciplina.

Imagino ha tenido que superar dificultades.

A la hora de los entrenamientos ninguna, sin embargo para salir a competencias internacionales a veces hay trabas como problemas en embajadas o problemas económicos y de gestiones que limitan la participación en los diferentes eventos deportivos.

Como remero, ¿cuáles considera que son sus principales fortalezas y debilidades?

Mi fortaleza es que soy muy exigente conmigo mismo, siempre estoy en la búsqueda de mi límite, mi propio récord. Y debilidades la verdad creo que ninguna porque soy de eso atletas que no se lesiona porque me cuido mucho y además soy muy disciplinado.

En los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz participó en tres modalidades, pero de seguro en alguna se siente más cómodo.

En realidad yo soy especialista en el single, así que esa es la modalidad en la que me siento más cómodo y en ella he tenido mis mejores resultados, y estoy más adaptado a los dos mil metros, que es la distancia oficial en mi deporte.

¿Cree que puede aspirar al oro en un campeonato mundial, teniendo en cuenta que sus principales rivales son deportistas de más edad?

Para ganar la medalla de oro estamos trabajando al cien por ciento, tenemos un plan de entrenamiento nuevo y estoy dando lo mejor de mí. Yo creo que no es difícil, solo hay que limar pequeños detalles y continuar participando en los eventos internacionales, que es lo que da el aval.

¿Qué perspectivas tiene para este 2015?

Para el 2015 hay varias competencias: la copa del mundo, el campeonato mundial que es clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, de Brasil 2016, y los Panamericanos en los que voy a participar con tres modalidades, como sucedió en Veracruz (single, doble par y cuatro par). En todos estos eventos espero alcanzar resultados satisfactorios, como los alcanzados en los pasados Centroamericanos y del Caribe. Con este objetivo me incorporo el cuatro de enero al equipo nacional para comenzar los entrenamientos el día siguiente.

¿Cómo es la vida de un atleta de remo?

Difícil. Lejos de la familia. Mi modalidad es el año entero remando solo. En ocasiones participo en competencias en diferentes partes del mundo y solo vamos mi entrenador y yo. A veces mi deporte se hace pesado, primero porque se practica al aire libre sin protección del sol y segundo porque es un deporte aerodinámico, es decir, tienes que ejercitar todas las partes del cuerpo. El entrenamiento es muy fuerte, tengo que remar tres veces a diario: en la mañana, al medio día y por la tarde. Pero bueno, yo busqué mi truco para adaptarme y obtener buenos resultados.

¿En qué estado cree que se encuentra la salud del remo en Cuba, y por supuesto, en Guantánamo?

Ahora es que se está prestando más atención al remo. Desde que empecé a obtener resultados internacionales fue como si el remo naciera en este país. En Cuba se empezó a hablar de remo en serio ahora. Además, los implementos deportivos con que contamos son muy escasos porque son muy caros. En la academia de Caimanera los pocos botes y remos que se utilizan están en mal estado y no se cuenta con los recursos para repararlos, a pesar de que esta institución es la que más remeros ha llevado al equipo nacional, con resultados.

Esas carencias le da más mérito a las medallas que obtenemos internacionalmente, y además este deporte es nativo de Europa. Tampoco se puede apartar el hecho de que somos un país subdesarrollado y bloqueado económicamente, por lo que obtener resultados en el remo es más difícil en Cuba. Pero con lo que tenemos hemos logrado salir adelante, y lo seguiremos haciendo.

¿Cree que entre los que vienen surgiendo habrá una continuidad en el deporte?

El equipo nacional tiene su base, que son los atletas de desarrollo. Hasta el momento es difícil alcanzar mis marcas porque los entrenamientos son diferentes. Pero el relevo viene en ascenso.
Por eso les aconsejo que usen mucho la cabeza, la inteligencia, y empleen bien el tiempo de descanso, porque este deporte requiere mucho de eso. Que cojan lo bueno de sus predecesores, sobre todo la dedicación y disciplina, y verán que los sueños sí pueden realizarse.

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