ismael francisco grau“Lo fácil no tiene mérito, nada es imposible por muy difícil que parezca, simplemente hay que ser valientes para atreverse a soñar en grande”, afirma Jorge Grau Potrillé. Foto: Ismael Francisco

Muchas veces he escuchado la frase que el deporte es como un exquisito guiso, necesita buenos ingredientes, sabiduría, ganas, y cariño para cocer a fuego lento y completar con éxito la receta. Bajo esta máxima Jorge Grau Potrille desde pequeño viene preparando ese riquísimo plato con paciencia y sin quitarlo ni un segundo de la mira.

 En estos momentos el joven de 27 años, es el máximo exponente del tiro deportivo en Guantánamo, y ostenta entre sus resultados más loables el cuarto lugar en los Juegos Panamericanos del 2011 y la cuatro coronas en los recientes XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, de Veracruz 2014, México.

 Desde niño sintió motivación hacia los deportes pero en ninguno se daba bueno. Practicó boxeo, atletismo y béisbol, pero tuvo que abandonarlos porque no le veían futuro como deportista.

 ‘’Recuerdo un día en que mi papá muy optimista, me llevó al campo de tiro de la Ciudad Deportiva, tiré algo pero no mostré mucho interés por esa disciplina. Al poco tiempo en la escuela donde estudiaba, la secundaria Tamara Bunke, pasaron unos profesores de tiro haciendo captaciones. Me presenté por embullo de mis compañeros y fui uno de los últimos en ser seleccionados’’, confiesa.

¿Y cómo fueron los inicios?

“A los catorce años entro a la hoy Escuela de Integración Deportiva Rafael Freyre. De hecho ya era un poco tarde para comenzar a practicar deporte y por ello tuve que poner mucho empeño para salir adelante, pues mi complexión física estaba deprimente, era bajito y delgado, y casi no podía sostener un arma.

 “Hubo un momento en el que me interesó más el estudio que el deporte, y al no practicar sistemáticamente, provocó dudas de si podía o no formar parte del equipo para los juegos nacionales escolares. Finalmente lo hice y contra todos los pronósticos obtuve excelentes resultados.

 “De ahí vino la integración al equipo juvenil provincial, siendo aún de la categoría escolar, la llegada a la preselección nacional y a los veinte años llego al equipo principal”.

¿El tiro requiere de mucha preparación física, cuál es tu rutina diaria?

“Para algunas personas este deporte parece fácil, piensan que los atletas no necesitan ninguna preparación física, que solo se trata de pararse, levantar la mano y disparar. Pero para hacer estas operaciones hay que tener las técnicas adecuadas sino nunca le das al blanco. De todas formas hay deportistas que no necesitan hacer ejercicios diariamente, todo va estar de acuerdo al somatotipo de cada cual.

 “En mi caso me esfuerzo y entreno más de lo normal. Comienzo mis rutinas a las 8: 30 am hasta las 1:30 pm. Realizo disparos en secos, (disparos sin balas), levantamiento y estática (ejercicios especiales de sostener el arma por 45 segundos), además de lo que llamamos disparos de competencia, donde proponemos puntajes altos y tratamos de superarlos.

 “Luego de este entrenamiento tomamos un tiempo de descanso y por la tarde repaso nuevamente las rutinas y le agrego otros ejercicios, corro una hora, y hago planchas y abdominales en busca de resistencia a la fuerza de los disparos”.

Imagino que has hecho muchos sacrificios.

“Al principio era casi una tortura estar lejos de la familia, eso era lo peor. Pero nada, es cuestión de costumbre, ahora lo veo normal, en ocasiones alcanzo hasta dos años sin venir a Guantánamo, y cuando lo hago es por 10 días nada más. Contrarresté la nostalgia con las llamadas telefónicas y los nuevos amigos. Ya no me desconcentro, solamente pienso en mantener mis resultados, obtener títulos y no defraudar a mi país en ningún evento.

 “Practico de lunes a sábado, y he sacrificado hasta los pases cuando se acercan las competencias. Diría que mi tiempo libre es escaso, en cuanto tengo una oportunidad lo primero que hago es escuchar música, leer un buen libro, salir con los amigos y dormir. Cuando estoy en Guantánamo, el tiempo no me alcanza para visitar a los vecinos y profesores”.

¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan en los entrenamientos?

 “En ocasiones no tenemos el material necesario para entrenar porque faltan las municiones y lo que hacen es priorizar a los deportistas con más potencialidades y posibilidades de obtener medallas en los campeonatos internacionales.

 “Se nos da con frecuencia el caso de que los entrenamientos se han interrumpido por la ausencia de balas y ante esta situación practicamos el disparo en seco y las preservamos para ejercitar en los días próximos a la competencia. Todas esas adversidades nos obligan a estar actos psicológicamente para superarlas.

 “Por otro lado, a muchas competencias llegamos en desventaja porque tenemos poco roce internacional, única forma de elevar el nivel”.

¿Qué cualidades no deben de faltar en un tirador?

“Antes de todo tener voluntad, este es un deporte monótono que al principio de su práctica da ganas de abandonarlo. Hay que ser igualmente sacrificado, disciplinado y consciente para autoprepararse.

 “Siempre contamos con el apoyo de los técnicos, pero uno debe ser el más interesado en avanzar y autoexigirse para superar cualquier marca y crecer en resultados. No debe faltar la responsabilidad, entrenamos con armas de fuego y hay que velar por la integridad de los deportistas, entrenadores y público en general”.

¿Cómo te sientes para los compromisos venideros?

“Hasta hace poco estuve de vacaciones, por lo que estoy calentando otra vez los motores. Tengo confianza, me siento capaz de cumplir y dar lo mejor de mí en los próximos eventos tanto nacionales como internacionales, estoy bien psicológica y físicamente. Veremos qué pasa en los Juegos Panamericanos de Toronto.

 “Mi anhelo más grande es participar en una Olimpiada y me motiva el haber obtenido un cupo para los juegos de Brasil, aunque no significa que sea el que vaya, pues hay que disputar el puesto”.

¿Algún mensaje a la nueva generación de tiradores?

“Lo fácil no tiene mérito, nada es imposible por muy difícil que parezca, simplemente hay que ser valientes para atreverse a soñar en grande. Consagrarse al deporte es lo más importante para poder explotar los límites, y algo que debe caracterizarnos es ser humilde ante la victoria”.

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