logos23 1En la aldea se albergó alguna esperanza de que los Indios, en su versión de menores de 23 años, lograran regresar a casa con un resultado que diera esperanza para el futuro inmediato de su grupo mayor, pero la realidad vistió esa posibilidad de utopía y los muchachos solo trajeron malos presagios y arcos y flechas polvorientos. Al final, los guerreros apenas pudieron dar trabajo al enemigo.

De 24 desafíos frente a las tribus de Holguín, Santiago de Cuba, y Granma en la Primera Serie Nacional de Béisbol Sub 23, los del Guaso ganaron seis, dos a cada oponente, y con ese resultado no solo se anclaron en el último puesto de la región oriental y el país (el resto de las novenas ocupantes del fondo en sus llaves, al menos, ganaron tres juegos más).

Al partir para la Ciudad de los Parques, sede del grupo D del naciente y necesario torneo, los guantanameros hicieron pública su intención de lograr clasificarse para la segunda fase, aunque su cacique, el expelotero Roberquis Videaux Martínez, reconoció que era una selección en desarrollo a la que, sobre todo, había que enseñarle a jugar bien para ganar en experiencia, aunque darían pelea para avanzar en la presente.

Al final, lo que lograron hacer en tierras del Mayor Calixto García, fue, sobre todo, ganar experiencia, porque para lograr jugar bien y dar pelea les faltó, en cada uno de los departamentos beisboleros, tal como lo muestran las estadísticas de la página oficial de la justa.

Imposible que la historia de este equipo de Guantánamo fuera distinta cuando a la ofensiva, tradicionalmente una de las principales armas de los del extremo Este de la Isla, fue el de peor average de bateo (235) y el segundo que más ponches recibió (161). Solo en el apartado de los jonrones pudimos destacar con 12, igualados con Pinar del Río y Camagüey, y por detrás de la Isla de la Juventud y Matanzas (13).

En el plano individual, madero en mano, vale resaltar las actuaciones de los patrulleros Julio Pablo Martínez (AVE 333) y José Antonio Daudinot Vicent (329, cinco “vuela cercas”, y 18 carreras impulsadas), únicos que sobrepasaron los 300 de average; así como la del receptor Yandri Gainza Rodríguez (286), máximo impulsador de carreras con 20, quien tuvo a su haber dos jonrones, igual cantidad de dobles y un triple.

A la defensa, los del Guaso cometieron 40 errores para promediar 958 (sexto con más pifias), siete de esas equivocaciones a la cuenta de Yoennis Vera Domínguez.

En cuanto al pitcheo, el plantel tuvo 4.41 de promedio de carreras limpias (solo mejor que el 4.92 de la Isla de la Juventud y 4.55 de Pinar del Río), y le batearon para 281. Dieron 122 ponches y concedieron 95 bases por bolas.

En esta área, preocupa que dos lanzadores que se espera aporten sonrisas a la causa de los Indios al más alto nivel, no tuvieron buen desempeño en esta Serie donde enfrentaron rivales menos exigentes: Dayron Alexis Riera Ramírez (PCL 4.13) encabezó el negativo apartado de juegos perdidos de la lid con cinco (solo uno ganado), y Ramón Rondón Córdova (4.44) cargó a su cuenta dos derrotas sin ningún triunfo y le batearon para 327.

Sobresalen, entre los serpentineros, las actuaciones de Yorlenis Noa Reyes (3.10 de PCL, 20 ponches, una victoria sin fracaso, y en 29 innings le batearon para 214), y Oscar García Romero (1.64 de PCL, el mejor del conjunto en ese renglón y uno de los tres que promediaron a menos de cuatro carreras por cada nueve capítulos junto a Noa Reyes y Orlanis Martínez Charón, 3.86).

Con esos numeritos, nada asombra lo imposible que se tornó para los guantanameros sortear con alegría los 24 juegos de la etapa clasificatoria. Algunos podría alegar, como justificación, la falta de experiencia de la mayoría de los peloteros en torneos de este tipo, pero el resto de los equipos no creo que tuvieran muchísima más ventaja en ese sentido.

Este resultado de por sí enciende las alarmas y llama a revisar lo que se viene haciendo con las más nuevas generaciones de peloteros (la actuación de los Indios Guerreros del Guaso en las últimas campañas ya preocupaba en este sentido).

En lo personal, opino que debería pensarse, para el 2015, incrementar el tiempo de entrenamiento de la preselección, para lo que la Serie Provincial de Béisbol debe terminar antes, e incluso, como han hecho en otras provincias, tener la Sub 23 como equipo en ese torneo, lo cual permitiría que el cuerpo de dirección conozca mejor a sus muchachos y pueda pulir sus deficiencias y montar un sistema de preparación más profundo.

El resto queda por la base. Antes de llegar a estas edades, por lógica, se debe pasar por el resto de las categorías, porque es en ellas donde se enseña con más fuerza las tácticas y lógicas de juego, más difícil de inculcar en los grandes. Esto también incluye perfeccionar el sistema de captación para lograr la entrada a nuestras escuelas deportivas de niños y adolescentes con condiciones naturales para el béisbol.

Por ahora, solo nos queda esperar el campeón de esta Primera Serie (discuten en la actual segunda fase Matanzas, Ciego de Ávila, Camagüey, Artemisa, Mayabeque y Santiago de Cuba) y prepararnos para el 2015, donde esperamos que lo nuestros puedan jugar sus partidos de home club en casa, en mejor horario por la furia vespertina del sol veraniego, con uniformes más llamativos, con algo de más de público interesado en el torneo, y claro, con resultados que cambien, para bien, los malos presagios que dejó el 2014.

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