DriulisSin lugar a duda, la guantanamera Driulis González Morales es una de las grandes luminarias de la historia del judo a nivel mundial, tal como lo avalan sus cuatro medallas olímpicas, las siete mundiales, las 11 entre Juegos y Campeonatos Panamericanos, las cuatro centroamericanas y el hecho de ser considerada la mejor judoca del siglo XX en América.

Nacida el 21 de septiembre de 1973 en la ciudad de Guantánamo, en 1983 se inició como judoca y ganó su primera medalla dorada en los Juegos Escolares Nacionales de 1987. Con tan solo 15 años se proclamó campeona nacional –y considerada la monarca más joven de la historia del judo en el país- e ingresó al equipo nacional que dirigía el multipremiado técnico Ronaldo Veitía.

Tenía 18 años cuando ganó su primera presea bajo los "cinco aros", al obtener bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona, España 1992 (en los 56 kilogramos). A esta le seguiría a ese nivel, la de oro en Atlanta, Estados Unidos 1996 (56) donde triunfó pese a estar lesionada; la de plata de Sydney, Australia 2000 (57), y su segunda bronceada en Atenas, Grecia 2004 (63). También participó en la cita de Beijing, China 2008, donde terminó quinta (63).

Fue titular de los campeonatos mundiales de Shiva, Japón 1995; Minsk, Bielorrusia 1998; y Birmingham, Inglaterra 1999, y de los Juegos Panamericanos de Mar de Plata, Argentina 1995; Winnipeg, Canadá 1999, Santo Domingo, República Dominicana 2003, y Río de Janeiro, Brasil 2007. En total, en sus 26 años de carrera activa acumuló más de 200 medallas.

Se considera que Driulis, en cuanto a resultados internacionales, solo es superada por la japonesa Ryoko Tani Tamura, quien acumuló siete coronas mundiales y cinco metales olímpicos.

Seleccionada cinco veces la mejor deportista femenina de Cuba, esta guantanamera fue escogida, además, entre las 10 mejores atletas de Latinoamérica en 1995, 1996 y 1998, y la mejor del mundo -compartido con su compatriota Ana Fidelia Quirot- en 1995, año en que ganó todas sus peleas por Ippón.

Driulis González Morales se retiró de forma oficial el 21 de marzo de 2010, en ceremonia efectuada en la sala polivalente Rafael Castiello, de la Ciudad Deportiva de su natal Guantánamo. Desde entonces ha seguido contribuyendo a la escuela cubana de judo como entrenadora -actualmente se desempeña como una de las guías de la preselección nacional.

"Me quedaría con todas las medallas, las de oro, plata y bronce que gané, con todas sin distinción, pero también con la medalla de la disciplina de la entrega, la de los entrenamientos diarios; para mí todas son de oro. Más que famosa, estoy orgullosa de ser cubana", dijo Driulis, tras la ceremonia en la que el 22 de agosto de 2015, en el Palacio de Hielo Alau, en Astaná, Kazajstán, la exaltaron al Salón de la Fama del Judo, otro premio a su fructífero historial.

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