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Aunque parezca sencillo, aserrar madera pesada desde lo más bajo de la montaña y ponerla en un punto seguro y fácil para la transportación por camiones hasta su próximo destino, incluso sin contar apenas con los equipos indispensables, requiere de un esfuerzo extraordinario.

Sin embargo, la proeza es lograda día a día gracias a una pequeña brigada de trabajadores de la Empresa Agroforestal de Imías, municipio costero ubicado al sureste de la provincia Guantánamo.

Desde el interior de las zonas más boscosas y de difícil acceso, en un lugar reconocido como Los Pozos, en el municipio de San Antonio del Sur, a más de 50 kilómetros del territorio de origen, apenas se escuchan las motosierras profundizando sus cortes y acto seguido los gigantescos pinos caer estremeciendo todo el lugar.

El aire puro que allí se respira y el espléndido paisaje natural que nos rodea, además de las constantes lloviznas alternadas con momentos de sol, imprimen al entorno un paraje perfectamente conservado desde donde salen los árboles idóneos para la fabricación de puertas y ventanas, además de otros útiles para el hogar.

Valientes e impetuosos hombres, entre ellos jóvenes, se enfrentan duro a esta compleja tarea de aserrar madera. No importa la carencia de equipos óptimos ni los cambios repentinos del clima, ni la complejidad de los caminos improvisados para la extracción de los pesados robles, importa, para ellos, la voluntad de hacer y de hacerlo bien; yo los llamo “hombres de madera”…

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