La noche del pasado día 4 de octubre fue fatídica para todos los guantanameros, pero mucho más para el maisiense Erasmo Uranga Leiva, uno de los tres torreros del Faro Concha de punta de Maisí, comunidad devastada por el huracán Matthew.

 

Ese día Erasmo desempeñaba sus funciones en la importante instalación que guía la navegación marítima y aérea al alcance de su luz. Consciente de la responsabilidad que entrañaría su trabajo durante la que se esperaba sería una inolvidable noche, desde temprano adoptó las medidas para que nada fallara durante el inminente impacto del fenómeno meteorológico.

 

Asegurada su vivienda, protegida la familia y pertenencias se dispuso a jugárselo todo en el enfrentamiento que tendría con el poderoso huracán.

 

Desde horas tempranas del día las ráfagas de vientos en punta de Maisí avizoraban lo que sucedería durante la noche, pero Erasmo, como buen cubano, se mantuvo firme en el cumplimiento de su deber como torrero de guardia.

 

Pasó Matthew y dejó destrozo por doquier, pero el Faro Concha y Erasmo quedaron en pie y él está dispuesto a ayudar en la recuperación.

faro maisi en pieEn la punta de La Hembra, en Maisí, el faro Concha con sus 37 metros de altura sobre el nivel del mar permaneció imbatible ante las enfurecidas ráfagas de Matthew.

faro maisi en pie2Cuenta Erasmo que Matthew dañó el techo de las instalaciones aledañas pero no pudo con el vigilante del paso de los vientos.

faro maisi en pie3La exclusiva vegetación de la zona donde está enclavado el faro fue prácticamente desaparecida, ésta también cuenta en la recuperación.

faro maisi en pie4En la cúspide del faro está ubicado su reflector cuya luz alcanza unas 27 millas náuticas.

faro maisi en pie5La noche del ciclón este mar rugía como una fiera endemoniada, relata Uranga Leiva.

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