El índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York sufrió una caída histórica de -4,62% en el cierre de la jornada, la mayor desde 2011, en el día en que asumió Jerome Powell en la conducción de la Reserva Federal.
   
La Casa Blanca buscó minimizar la baja bursátil de Wall Street al afirmar que "los cimientos de largo plazo de la economía permanecen extremadamente sólidos".
   
La caída brusca causó temor e hizo perder las ganancias acumuladas desde comienzos del año.
   
El Dow Jones cerró con un -4,62%, luego de que el índice llegó a perder en la jornada hasta 6,12% o casi 1.600 puntos para cerrar en caída con 1.175,21 puntos.
   
Se trata de la mayor en su historia en un solo día.
   
El S&P 500 deja en el terreno un 4,10%, la mayor declinación desde 2011.
   
En tanto el Nasdaq cedió un 3,78%, la peor jornada desde junio de 2016.
   
La jornada negra del Dow Jones estuvo motivada en los temores del fin en breve del ciclo de inflación baja y de tasas bajas.
   
En la sesión volátil las acciones acentuaron pérdidas en torno a las 20 GMT y las ventas cayeron en el mercado al punto que algunos analistas vieron "semejanzas" al flash crash de mayo de 2010. Para Powell se trata de una recepción gélida de parte de Wall Street. Preocupa a los inversores las próximas medidas de la FED dirigida por Powell, que juró como el 16to. presidente del Banco Central norteamericano.
   
El primer mensaje del neo presidente en un video es "la desocupación es baja, la economía crece y la inflación es baja.
   
Los mercados financieros son más fuertes de lo que eran antes de la crisis".
   
Un análisis compartido por la Casa Blanca que, aunque expresó estar "preocupada" cuando el mercado pierde valor, se dice confiada sobre la "solidez de los cimientos de la economía".
   
Sin embargo, el presidente Donald Trump habló hoy durante 40 minutos en un acto en Ohio de economía pero sin hacer referencia al día negro en Wall Street.
   
El magnate se dedicó a destacar los beneficios de la reforma fiscal y el buen desempeño de la economía.