Imprimir

1467884200 909831 1467884228 sumario normalRecordemos que cuando Estados Unidos –siempre y no por casualidad Estados Unidos– lanzó sus ataques aéreos contra la ex Yugoslavia en 1999, la ONU y su Consejo de Seguridad fueron ignorados. Resultado: el país destruido, miles de muertos, otros miles de heridos, bombas con uranio empobrecido que aún hoy provocan daños irreversibles a la vida y… desintegrada la nación balcánica.

En el 2003, cuando se hizo necesario inventar una guerra, otra vez Estados Unidos no titubeó, fabricó la gran mentira de una supuesta existencia de armas de exterminio masivo en Irak, lanzó junto a la OTAN la más bestial de todas las campañas bélicas, mató o hirió a no menos de un millón de personas, destruyó la rica nación árabe e incentivó el caos que aún hoy persiste. Tampoco la ONU y su Consejo de Seguridad sirvieron para evitar aquel genocidio que un mes después el entonces presidente George W. Bush reconociera como un error, ya que nunca hubo tales armas en Irak. Pero el daño ya estaba hecho.

Ahora en el escenario sirio, Washington, sabiéndose derrotado en su plan de apoyo a grupos terroristas pagados para derrotar al presidente Bashar al Assad, ha fabricado el nada nuevo show mediático del supuesto uso de armas químicas por parte del ejército nacional.

La mentira no puede ser más burda, pero le viene muy bien al magnate Donald Trump, enredado en una política exterior fallida y más complicado aún en la política interna, donde cada día se produce una nueva ruptura de quienes renuncian o son sacados del equipo presidencial.

Necesita Trump una guerra para desviar la atención de su controvertido paso por la Casa Blanca que, por demás, lo ha llevado a los índices de aprobación más bajos entre todos los presidentes estadounidenses.

En ese escenario, el magnate lanzó uno de sus acostumbrados tuits
amenazando no solo a Siria, sino muy especialmente a Rusia y a Irán. «Rusia debe prepararse para los misiles inteligentes y bonitos que serán lanzados en Siria», escribió.

Al respecto, el comentarista del Washington Post, Ishaan Tharoor, ha advertido que una acción militar de Donald Trump contra Siria no le aportará ninguna victoria y podría dar lugar a un desastre.

«Para Trump, que ama ganar, no hay ninguna ganancia en Siria, pero él tiene todavía la capacidad de empeorar las cosas», aseguró.

El Post advierte que cualquier ataque estadounidense contra Siria abre la posibilidad de un conflicto con Rusia.

La publicación árabe Al Manar se refirió recientemente a que vehículos militares, tropas y misiles rusos Iskander, capaces de portar armas nucleares, se desplazan a lo largo de ese país.

Según los expertos, estas acciones se explican por la posibilidad de un choque entre EE. UU. y Rusia en caso de un ataque militar estadounidense y de otros países de la OTAN contra Siria, bajo el pretexto de un supuesto –y, según todos los indicios, falso– ataque químico en Duma.

Por otro lado, el sitio Al Masdar News ha informado que, según el Ministerio de Defensa ruso, su Flota del Mar Negro está en la actualidad en alto estado de alerta de combate para la eventualidad de un potencial ataque por parte de EE. UU. contra Siria.

En tanto, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, advirtió el miércoles sobre las peligrosas consecuencias de un ataque a Siria por Estados Unidos.

Berri aseguró que otra fase de la guerra en la vecina nación la sustentarán los bolsillos de los árabes.

Israel, por su parte, bate palmas a favor de que la guerra en Siria tome el camino que pretende Donald Trump, y prepara sus medios militares no solo para atentar –como lo hace– contra la nación siria, sino para la posibilidad de involucrarse aún más contra la República Islámica de Irán.

Siria, país que ha perdido a más de 400 000 de sus hijos en la guerra y de donde se han desplazado hacia el exterior más de 3 millones 500 000 personas, ahora ha encendido las alarmas ante la demencial amenaza de la gran potencia estadounidense, la madre de todas las guerras y la culpable de que vivamos en este mundo de horror e incertidumbre.

Mientras, en la zona de la Guta Oriental, donde Washington y sus aliados montaron el show de los supuestos ataques con armas químicas, muchos pueblos ya liberados de terroristas, ven regresar a las escuelas a más de 5 000 niños afectados por las acciones terroristas que no le permitían estudiar.

¿Es que Trump, a semejanza de Bush y otros inquilinos de la Casa Blanca, planea otra Yugoslavia o Irak en tierra siria?

Washington y la comunidad internacional deben saber que hoy el mundo es otro y las circunstancias también. Si todavía queda algo de raciocinio en el presidente Trump, está a tiempo de evitar una guerra de mayores y peores consecuencias.

Ojalá y así sea.

Tomado de Granma