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paz colombiaEl comandante Pablo Beltrán afirmó hoy que el ELN persistirá en las conversaciones con el Gobierno colombiano pese a que mira con preocupación los incumplimientos en la implementación del pacto con las otrora FARC-EP.

El jefe de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los diálogos con el Ejecutivo insistió en que descartan una ruptura de dicho mecanismo y que no obstante cualquier tropiezo los representantes de esa guerrilla seguirán en la mesa de negociaciones con sede en esta capital desde mayo último.


En entrevista concedida a Prensa Latina Beltrán evaluó lo logrado tras el comienzo de las citas oficiales en Quito, Ecuador, sus riesgos y desafíos en una etapa compleja cuando termina el mandato de Juan Manuel Santos y está a punto de posesionarse Iván Duque, del partido Centro Democrático, detractor de dichas pláticas.


Prensa Latina: ¿Cómo valora lo conseguido desde el inicio de las reuniones en la capital ecuatoriana?


Pablo Beltrán: Para firmar la agenda que desarrollamos se requirieron cerca de tres años, una vez que se rubricó empezó la fase pública de encuentros en Quito, ahora estamos trabajando para que haya un diálogo nacional con la finalidad de que la sociedad colombiana participe en el proceso de paz de manera decisiva.


También hemos logrado un ambiente favorable dirigido a pactar un cese el fuego bilateral y que sea el paraguas bajo el cual transcurran las conversaciones, eso ha sido importante; en este momento en La Habana estamos haciendo ambas cosas (perfilando el diálogo nacional e intentando pactar una nueva pausa).


Aspiramos a que antes de que termine este Gobierno podamos dejar unos pasos bastante avanzados, dijo.


PL: ¿En qué fase está ahora la mesa de diálogos entre el ELN y el Gobierno colombiano y cuáles son las perspectivas? Algunos hablan de impasse, de estancamiento.


PB: La administración de Juan Manuel Santos, impulsor de este proceso, va de salida y viene otra que no es tan afecta a estos procesos de paz, entonces se produce un choque y la mesa queda en el medio.


Estamos tratando de que haya un puente que saque las pláticas adelante y que le permita al venidero ocupante de la Casa de Nariño nombrar una nueva delegación y proseguir con la agenda sin grandes traumatismos, agregó.


PL: ¿Ante una eventual ruptura de los diálogos qué reacciones u opciones contemplan?


PB: Descartamos de plano eso, y la instrucción que tenemos como delegación de voceros es no pararnos de la mesa; así los planteamientos de la contraparte sean muy adversos y grandes las diferencias, nosotros vamos a insistir en que puedan desarrollarse los diálogos.


PL: El presidente electo Iván Duque ha hablado de condiciones como la concentración de los integrantes del ELN y un cese el fuego unilateral de ese grupo insurgente por tiempo indefinido. ¿Qué opinión le merece?


PB: Esta mesa ya ganó una dinámica de cese el fuego bilateral, tuvimos una primera experiencia de 101 días a finales del año anterior, fue más o menos exitosa, llevó bastante alivio a muchas regiones, ahora trabajamos con la idea de construir sobre lo construido, o sea, retomar dicha iniciativa.


Significa que las fuerzas de la guerrilla y del Gobierno no tienen ubicación y que para que haya ambiente de distensión son ambas partes las que entran en pausa combativa, no una sola.


PL: Se habló inicialmente de adoptar acuerdos parciales y ponerlos en práctica. ¿Esa ha sido la estrategia o al igual que con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) nada está acordado hasta que todo quede pactado?


PB: En eso estamos, que la mesa no espere al final para que lleve a un clima de paz sino que los mismos acuerdos vayan propiciándolo, por eso se habla de desarrollar estas charlas bajo una suspensión de las acciones militares, pero de ambas partes.


PL: ¿Cómo evalúa la implementación de los pactos con las FARC-EP, antiguamente mayor formación guerrillera del país, a casi dos años de la firma del histórico tratado?


PB: La implementación ha sido pésima, en días previos hubo una declaración de Iván Márquez en la cual decía que todo ha sido una gran traición, nosotros miramos con muchísima preocupación esto porque concluimos que si algo así ocurre con ellos también puede suceder con nosotros.


Estamos bastante preocupados -reiteró- pues una solución negociada al conflicto es para que la guerrilla deje de serlo y se convierta en movimiento político, pero si las FARC-EP abandonan las armas y su suerte posterior está en riesgo quiere decir que queda en entredicho el proceso de paz.


PL: ¿A qué obedecen los atrasos en la implementación del llamado Acuerdo Final?


PB: Algunos dicen que el Estado es paquidérmico, incumplidor, que las élites no le cumplen a nadie, eso es cierto, pero nos parece que también hay una intención de fallar para desanimar a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (partido surgido tras la desmovilización de la agrupación rebelde).

El propósito es que cada excombatiente se vaya para su casa, que esos 13 mil que están inscritos en el programa de reinserción en vez de permanecer como colectivo hagan su vida por separado, eso lo están logrando.


El incumplimiento nos parece que es programado, no accidental, sino programado para no dejar que las FARC se conforme como movimiento político.


PL: Algunos analistas plantean que Colombia podría regresar a la guerra. ¿Cuál es su criterio al respecto?


PB: En Colombia hay dos fenómenos bélicos: el enfrentamiento Estado-guerrilla que es el que se trata de resolver con estos diálogos, pero hay otro el cual resulta muy grave y es que actores estatales y paraestatales atacan a quienes se les oponen -líderes sociales, ambientalistas, defensores de derechos humanos, exguerrilleros-, todo el que le lleve la contraria es amenazado y eliminado.


Cada semana matan más líderes sociales que cuando ocurrió el exterminio de la Unión Patriótica hace 30 años, estamos ante otro genocidio, fuerzas nuevas podrían consolidarse y retar a las élites que tradicionalmente han detentado el poder, añadió.


PL: ¿Que concertación o articulación existe entre la FARC y el ELN para sortear los obstáculos actuales?


PB: Hablamos periódicamente con la dirección política de la FARC, estamos mirando enseñanzas, lecciones aprendidas y decimos que pese a todas las adversidades no hay que dejar cerrar el proceso de paz, tenemos que seguir exigiendo el cumplimiento de los consensos y mantener el desarrollo de la agenda con el ELN.


En noviembre de 2016 las FARC-EP y el Gobierno colombiano suscribieron el acuerdo definitivo para poner fin a una confrontación de más de medio siglo.


La guerra interna ha dejado alrededor de ocho millones de víctimas, entre ellas casi 300 mil muertos.