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Rusia colocó la solución del conflicto sirio en el plano político y diplomático, tras declarar la retirada del grueso del contingente militar de ese país, coincidieron hoy expertos y parlamentarios, en respaldo a la decisión del presidente Vladimir Putin.

Por disposición de Putin, en su condición de comandante en jefe de las fuerzas armadas, comenzó este martes el repliegue de las principales agrupaciones de la aviación militar y estratégica, emplazadas en Siria desde septiembre de 2015, aunque no en su totalidad.

La estrategia de Rusia siempre apuntó a una salida pacífica de la crisis siria, a la par de proponerse un giro en la lucha contra el terrorismo, observó el vicetitular del comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación (Senado), Frants Klintsevich.

En opinión del senador, la decisión del presidente Putin pudo estar condicionada por razones de índole militar y política. Consideró importante el giro radical de la situación en el país árabe tras la ofensiva antiterrorista con apoyo de las fuerzas aeroespaciales rusas.

Para el experto en temas militares, Igor Korotchenko, la disposición del jefe del Kremlin representa un mensaje claro "a todos de que Rusia sigue apegada a un arreglo político del conflicto sirio."

Dijo el editor jefe de la revista Defensa Nacional de que fue una decisión esperada, dictada por la nueva situación originada tras los éxitos en tierra del ejército sirio, pero imprevista para los occidentales, opinó Korotchenko.

El titular del comité de Defensa de la Duma estatal, Vladimir Komoedov, catalogó de oportuna la decisión del jefe de Estado, tras una evaluación objetiva de la situación siria, supuso el diputado por la bancada comunista.

Los militares cumplieron su parte, ahora se abre paso la política, cuando fueron creadas las condiciones para el proceso negociador, agregó el excomandante de la Flota rusa del mar Negro.

El primer vicepresidente de la Duma estatal Iván Melnikov apoyó la retirada militar de las principales agrupaciones como paso lógico -dijo- a partir de los acuerdos de alto al fuego vigente en Siria desde el 27 de febrero.

Subrayó, sin embargo, Melnikov que la derrota del terrorismo internacional sigue siendo tarea de primer orden, pero lamentó que el accionar de gobiernos occidentales limitara las operaciones de las fuerzas aeroespaciales rusas en el país árabe.

Existe coincidencia en que el destino y el futuro de Siria descansan a partir de ahora en los resultados del proceso negociador en Ginebra, potenciado en gran parte por los esfuerzos diplomáticos de Moscú, de cara a una reconciliación nacional sin injerencias externas.

Según el redactor jefe de la revista militar Arsenal de la Patria, Victor Murajovski, Rusia mantendrá por ahora los sistemas de defensa antiaérea dislocados en Siria y cerca del 50 por ciento de las agrupaciones para garantizar la seguridad del enclave naval de Tartús, en el Mediterráneo, y la base de Jmeimim, en el norte de Latakia.

Al respecto, el viceministro de Defensa Nikolai Pankov aseguró que las agrupaciones aéreas rusas continuarán la abatida contra las posiciones y objetivos de los terroristas.

Surgió una oportunidad real de poner fin a la violencia y a años de confrontación, pero hablar de una victoria sobre el terrorismo es por ahora temprano, sostuvo Pankov.