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Tegucigalpa, 4 abr (PL) Un grupo de mujeres de la etnia lenca se encadenaron hoy frente al Ministerio Público para demandar justicia por el asesinato de la líder indígena y ecologista Berta Cáceres en Honduras.

"Queremos respuestas, la muerte de mi madre no puede quedar en la impunidad", reclamó durante la manifestación una de las hijas de Cáceres, cuando ya transcurrió un mes del crimen sin que las autoridades arresten todavía a los culpables.

La madrugada del 3 de marzo, dos hombres armados asaltaron la vivienda de la coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) para matarla a tiros, cuando sostenía la lucha en defensa de la comunidad lenca contra el proyecto hidroeléctrico de una compañía apoyada por el gobierno.

Equipadas con pancartas que evocan a Cáceres, las mujeres del Copinh indicaron que extenderán su protesta hasta obtener una explicación de las autoridades.

De lo contrario, advirtieron, vendrán a la capital más autobuses cargados de miembros de la organización para intensificar su reclamo.

Tanto el Copinh como la familia de Cáceres aseguran que "la institucionalidad hondureña que ahora pretende realizar la investigación es la misma que la persiguió", por lo que solicitaron al Gobierno aceptar que una comisión independiente acompañe las pesquisas.

Para Berta Zúñiga, el asesinato de su madre constituye un "mensaje de intimidación", un intento de desarticular el Copinh y frenar la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Entretanto, el ambientalista mexicano Gustavo Castro, único testigo del crimen, afirmó temer que este homicidio no sea el único, porque hay "muchos intereses y mucha resistencia" en los conflictos de la tierra en Honduras.

Por tal motivo, al regresar a su país el 1 de abril tras permanecer retenido varias semanas en Tegucigalpa, pidió a la comunidad internacional que permanezca atenta al caso y demuestre que el pueblo lenca que Cáceres tanto defendió "no está solo".