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Un Tribunal británico condenó hoy a cadena perpetua a Thomas Mair por el asesinato premeditado de la diputada laborista Jo Cox, días antes del referendo sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE).

 

Mair, un fanático ultranacionalista de 53 años y vinculado a la extrema derecha, disparó y apuñaló fatalmente a la parlamentaria proeuropea el pasado 16 de junio, por motivos políticos o ideológicos, según la Fiscalía.

 

El tribunal penal de Old Bailey, en la capital británica, donde se celebró la vista judicial, calificó el hecho de brutal y despiadado y condenó al acusado a cumplir cadena perpetua, una pena que se justificó debido a la “gravedad excepcional” del delito cometido.

 

Mair, que negó los cargos imputados contra él -entre ellos el de asesinato, posesión de armas de fuego y daños físicos a un hombre de 78 años que trató de ayudar a la política-, no presentó ningún alegato en su defensa.

 

De acuerdo con la prensa local, varios familiares de la diputada fallecida, de 41 años y madre de dos hijos, estaban presentes en la audiencia. Su viudo, Brendan Cox, expresó que la muerte de la parlamentaria fue “un acto político y de terrorismo, motivado por el odio”, que derivó en un “derroche de amor”.

 

La muerte de Cox conmocionó al país. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, destacó la integridad y el talento de la joven congresista, defensora de los refugiados, de la causa del pueblo palestino y luchadora contra la islamofobia.

 

El suceso se produjo en la localidad de Birstall, en el norte del país, en un momento en que Cox ejercía su trabajo como diputada. Según los investigadores, el asesino gritó “Reino Unido primero” al perpetrar el ataque.

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