Rebotan pelotas, vuelan papalotes, saltan suizas y giran trompos por las calles de Guantánamo. Las risas de los niños contagian a todo transeúnte, a quienes también tratan de hacerlos parte del juego.
La algarabía se adueña de las comunidades, que sirven de escenario para los más pequeños artistas aficionados, o de pasarela a las niñas que presumen combinar las prendas de vestir.
También el barrio, para esos que prefieren derrochar energía y medir fuerzas, se transforma en pista de atletismo, cuadrilátero de boxeo, velódromo, gimnasio y hasta en peña deportiva, donde los muchachos disertan jugadas y se convierten en los mejores directores de equipos.
Este es el ambiente que se disfruta desde julio en las calles del Guaso, donde mil 697 trabajadores del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Índer), conjuntamente con la Dirección provincial de Cultura, se esmeran en convertir 49 áreas recreativas del territorio en oasis de entretenimiento, donde confluyan la actividad física y artística.
Chicos y adultos queman calorías en juegos tradicionales y de mesa, así como en galas culturales, desarrollando las variadas manifestaciones artísticas.
Tras un mes de vacaciones, la mayoría de las áreas mantienen un sostenido trabajo con los diferentes grupos etarios. Mientras otras zonas, por ejemplo la de 1 Norte entre 2 y 3 Oeste, se mantiene en silencio y desolada sin conmociones -quizás-, debido a la falta de iniciativas y ofertas atractivas, capaces de sacar a la familia de casa.
Detalles a ponderar o criticar, aparte, lo cierto es la pertinencia de incrementar implementos deportivos como pelotas de fútbol y voleibol en algunas áreas, como también diversificar y hacer presentes las ofertas gastronómicas.