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Desesperación, eso fue lo que marcó a los vecinos del poblado guantanamero de Manuel Tames, que en la noche del viernes 8 de septiembre vieron como el río Seco bajaba con una furia desconocida hasta para los lugareños más avanzados en años, y arrasaba con casas y todo lo que se le pusiera delante.

Allí se habían preparado para recibir posibles afectaciones: subieron los equipos y muebles para lugares altos de sus hogares, y prepararon condiciones para salir de ser necesario, pero siempre pensando que como ocasiones anteriores conocidas solo llegara la furia del agua hasta sus patios, pero al final el río bajó por el frente y el fondo de las viviendas, sorprendiendo a todos y haciéndolos reaccionar de inmediato para poder salvar la vida.

Ahora que lo peor ya pasó, las pequeñas historias de los habitantes de este poblado perteneciente al municipio de Manuel Tames, salen a flote marcados por el dolor y la esperanza. Venceremos recogió algunas de ellas.

Un sonido de peligro

greyci aliaga

Acontecimiento sin precedentes, así lo califica Greyci Aliaga Martínez, residente del municipio de Manuel Tames, que como a muchos vecinos, el río Seco tomó por sorpresa en la noche del viernes ocho de septiembre mientras el huracán Irma azotaba la costa norte del oriente cubano.

“Ya habíamos recogido las cosas de la casa porque sabíamos que podían haber daños pero no de esta magnitud. Eran las seis o siete de la noche cuando sentimos un estruendo que cada vez se hacía más fuerte, como si fueran truenos, solo segundos después el agua se colaba por donde quiera.

“Es inusual que el río penetre aquí en las casas, y lo hizo tanto por detrás de nuestros hogares, que es por donde imaginábamos que lo haría, como por el frente. Toda la basura que venía arrastrando hizo que se represara y cambiara su cauce y las aguas se aliviaron por otro lado.

“Las casas al fondo solo las dividía el río y dos o tres metros de terreno firme en cada orilla, pero ahora es solo río”, resalta Aliaga Martínez quien señala que los deslizamientos terminaron donde comienzan las viviendas, y por ello están en peligro de caerse en cualquier momento.

El susto de mi vida

madelaine labañino

Madelaine Labañino Cervantes comentó a Venceremos que al ver que el río entraba y cada vez se hacía mayor la fuerza del mismo, solo pensaba en su niña de dos años que en ese momento la tenía el abuelo cargada.

“Llegó un momento que el agua me daba por el pecho. No veía a mi Samantha y me desesperé aunque luego me percaté que ya la habían sacado de la casa. En ese momento me había quedado atrás, solo veía como el río se llevaba el frío, el televisor, los muebles, la ropa.

“Solo quedaron dos colchones y un armario, agarrarse en ese instante a lo que se llevaba el río para aguantarse significaría irse con todo aquello. Eso sí lo mejor es que nadie desapareció, porque como estaba esto es para que la cosa hubiera sido peor”.

Lo perdí todo, pero mi familia está bien

yoel rivera

Eran las seis de la tarde cuando el agua ya nos comenzaba a dar por los tobillos, testimonió Yoel Ribera Lacotí, propietario de una de las viviendas derrumbadas totalmente en el poblado de Manuel Tames.

“Cuando nos vimos encerrados por el río empezamos a salir, los últimos fuimos mi hermano y yo. En ese momento ya el agua nos daba por el pecho y tuvimos que dejar todo dentro de la casa. Un poste cayó cercano a nuestro hogar pero lo que destruyó todo fue el río y la presión que traía, más los árboles caídos que venían con él.

“De mi casa, de mis pertenencias, no quedó nada, ni siquiera el piso. Es terrible ver lo que con tanto sacrificio adquieres devastado de este modo. Mi familia solo se quedó con la ropa que traía puesta, y yo con este short y pullover porque mis zapatos también se los llevó el río.

“Al lado de mi casa había una muchacha recién parida y su niña con solo 15 días de nacida. A ella y su familia lo encontramos encima de un armario, esperamos que se calmara un poco la cosa y tuvimos que enlazar una soga de un lado a otro de la calle y con cuidado trasladar primero a la bebé con su madre y luego a los otros.

“Ya miembros del Consejo de Defensa han llegado para constatar lo ocurrido y eso te da ánimo porque sabes que no estás desamparado. Fueron momentos muy difíciles.”

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Tres horas duró la inundación en las casas cercanas a río Seco en Manuel Tames. Más de 400 mm de lluvia en las montañas de Yateras, en donde nace este afluente fueron la principal causa del destroce, pero nadie desapareció, y sobre todo en tiempos en que la naturaleza trae fenómenos naturales cada vez más potentes la solidaridad volvió a convertirse en el mayor valor de los cubanos en instantes de desesperación.