A punto de cumplir su plan de más de dos millones y medio de libros y folletos impresos se encuentra la Gráfica Juan Marinello, garante de buena parte del material escolar del país, que ultima sus compromisos, cuando solo le falta menos del 10 por ciento de lo pactado.

El empeño de los trabajadores de esta factoría guantanamera, inaugurada por Fidel en 1977, permitirá completar también al cierre de diciembre cuatro millones 128 mil libretas, ratificando así, como cada año, lo prometido al líder cubano, quien al dejar abierto el poligráfico hace 40 años rubricó: “Con el fruto del esfuerzo de ustedes se educarán nuestras nuevas generaciones”.

Yoerlandis Góngora, especialista de producción de este coloso de la poligrafía cubana, subrayó que en estos momentos concluyen cinco títulos para la Universidades de Ciencias Médicas de todo el país, y adelantan varios volúmenes destinados a la Feria Internacional del Libro Cuba 2018, encargo que culminaran en el primer bimestre de ese año.

Durante los últimos 11 meses la Juan Marinello asumió y cumplió compromisos con el Ministerio de Salud Pública, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, el Instituto Cubano del Libro y el sector educacional, al cual está dedicado el 70 por ciento de las fabricaciones de esta industria, adjunta a la Empresa Ediciones Caribe.

En agosto, con 80 títulos impresos para las enseñanzas primaria, secundaria básica y media superior, consumó su cometido con la apertura del curso escolar, y previamente, de sus prensas fue también significativo el tributo a la Feria literaria en La Habana, con más de 90 mil ejemplares, la mayor tirada que desde Guantánamo se destinó a ese evento.

Debido a las trabas económicas impuestas hace más de medio siglo por el bloqueo estadounidense a Cuba, en tecnología no mucho se ha renovado en la Juan Marinello desde su creación, pero sus vetustas maquinas rinden aún y son primordiales en la producción, gracias al quehacer científico-técnico de los innovadores del centro.

Algunos de sus obreros, Francisco, Miguel, Mariano, Gregorio, Xiomara..., experimentados entre los más de 200 que agrupa la Empresa gráfica, son fundadores de ésta y testigos agradecidos de aquel inolvidable encuentro con Fidel, cuando apenas eran jovenzuelos, “casi niños” recién graduados de una escuela de poligrafía en La Habana.

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