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escuela especial1Eydis Franklin Agüero, de séptimo grado, recibe de su profesor las orientaciones sobre el correcto manejo de las herramientas del taller. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Danelis Echevarria, Esteban Carbonell, Eydis Díaz e Ismaidi Gómez, se inscriben entre los más de 2 mil estudiantes con que cuenta la educación especial en unos 20 centros de la provincia, que pueden identificar a simple vista a un “evangelio vivo”, al decir de José de la Luz y Caballero, maestro de generaciones que reconoció a nuestros pedagogos como tal.

Precisamente, porque el agradecimiento no les alcanza a estos infantes, cuyos niveles fluctúan del tercer al 7mo grado en la Escuela especial Batalla del Jobito, en la Circunvalación Oeste de la cuidad cabecera, los abrazos y apretones de manos cada mañana, cubren el espacio hasta donde las palabras no llegan.

Seño, o profe, ¿cómo están sus hijos (as)?, o ¿cuándo vienen de nuevo? ¿cómo se siente hoy?, son preguntas que evidencian el mérito personal que se alcanza cuando se ha cumplido bien con la obra de la vida, y más, cuando, "ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad", en acertado pensamiento del Apóstol José Martí.

escuela especial2Además de la zapatería, en la Escuela especial Batalla del Jobito, los estudiantes desarrollan clases prácticas en nueve especialidades u oficios, en los que podrán trabajar una vez egresados de allí. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Y es, que el futuro de Danelis, Esteban, Eydis e Ismaidi, al igual que el de 183 de sus compañeros, está intrínsicamente ligado al colectivo de 103 trabajadores, de ellos 68 docentes, de este centro escolar donde se atiende a niños con dificultades en el aprendizaje.

Único, en la especialidad de retaso mental, en la capital territorial con internamiento, sus 5 dormitorios albergan un total de 49 becados de los asentamientos de Maquiesito, San Carlos, Glorieta, Maquey, Paraguay y de municipios como El Salvador (1) y Niceto Pérez (1), donde, más que cama, ropa, zapato y comida, muchos también encuentran el cariño.

Con 22 master en ciencias de la educación en su plantel, su encomiable trabajo se enfoca en mantener la condición de relevante en la preparación laboral, tarea que se orienta en ayudar a vencer allí, las barreras que la madre natura les ha impuesto a 173 infantes y adolescentes diagnosticados con retraso mental leve y 10 como moderados, que ingresan allí desde el primero hasta noveno grado de escolaridad, y que dos años después de graduados se les continúa dando seguimiento.

Desde que en 2011 ese centro ocupara el espacio de la otrora escuela de conducta de igual nombre, sus talleres y aulas se han convertido para Guantánamo, en surtidores de hombres y mujeres con conocimientos en economía doméstica, artesanos, reparadores de calzado, carpinteros, jardineros, peluqueros, constructores civiles, técnicos agropecuarios y con habilidades para el trabajo con metal.

La favorable aceptación y reconocidos resultados en las empresas y organismos que han acogido a sus egresados, según explica la directora Delfina Osoria Ramírez, solo pueden ser posibles gracias a la aplicación, por un grupo de especialistas en defectología, capacitados para tan noble empeño, de un plan de estudio que refuerza, principalmente, la formación vocacional y orientación profesional de los estudiantes.

escuela especial3Ismaidi Gómez Estévez, de 13 años, cuando sea grande quiere ser “maestra, para enseñar a leer y escribir a los niños que lo necesiten”. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Algunos de los lauros que premian la voluntad, motivación y apoyo que encuentran estos educandos en sus profesores, quines los reconocen ya como hijos propios, son primeros lugares en concurso nacionales de Meteorología, Amigos de las FAR y en las Olimpiadas especiales.  

Pero no solo esta institución académica resalta por sus méritos en la vinculación docente laboral, sino también por tener siempre las puertas abiertas a sus vecinos, en la aspiración de ser el centro cultural más importante de la comunidad.

De ahí, que actividades con los instructores de arte, celebración de matutinos y jornadas históricas e intercambios con niños de su entorno, se inscriban también como parte de su preparación, explica la guía base Marisol Ramírez Sablón.

Hasta las calles y barrios aledaños, los estudiantes de Batalla del Jobito llevan – a las personas que la sociedad “discrimina” como normales o cuerdos- la esencia de una arte que no se anda con miramientos ni recelos, y que tampoco se quiere callar, como tampoco esconde a los visitantes su poesía, el pequeño Jeason Brines, del tercer grado:

Mis dificultades no son barreras/ para estudiar y aprender/ son logros en la trinchera donde podemos crecer. / Muy útiles seremos en esta gran sociedad/ y a la patria serviremos llenos de felicidad.

La vida que alumbra en el trueno

profe escuela especialMagnolia García Berdían es una logopeda con más de 30 años de experiencia en la educación especial. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Cuando se habla de profesar amor, el río de las palabras casi siempre encauza sus aguas de gratitud hacia los brazos de la madre, los besos de la abuela o la tolerancia de la pareja; es por ello, que imaginar que una sola persona albergue dentro de sí todas ellas, resulta casi imposible.

Empero, en la premisa constante de buscar el bien ajeno por encima del personal sin esperar nada cambio, Magnolia García Berdían, logopeda de esta escuela con 35 años de experiencia en su especialidad, nos revela que el secreto del éxito se esconde en el sublime amor hacia lo que se hace, siempre y cuando, quien lo haga, sea por encima de todo, “profundamente humanista”.

Pocos no son los méritos que circundan el aura de esta pedagoga guantanamera que tiene como júbilos mayores, ser madre, revolucionaria y hacer a diario lo que le gusta.

Miembro de la Comisión provincial de la asignatura de Matemática, integra desde hace años el colectivo nacional de autores que se ocupa de diseñar las guías de orientación y estudio para maestros y estudiantes de la educación especial.

Superación constante, investigar e innovar representan, según explica, el trinomio perfecto que ha permitido que, del empeño y la seriedad con que se toma lo que hace, hoy en todas las sedes de esta educación en el país, su nombre aparezca en manuales y cuadernos de Matemática, libros para el trabajo en la comunicación oral y escrita de niños en edades tempranas, y de sordos e hipoacúsicos y sus familias.

La participación en más de 18 eventos internacionales, una misión de asesoramiento por ocho meses en México, el intercambio con colegas del Centro Latinoamericano para la Educación Especial y algunos años como profesora en la otrora Universidad de Ciencias Pedagógicas, avalan su desempeño profesional, el que, como declara, ve incompleto hasta realizar un doctorado, y ojalá lo logre.

Sobre su experiencia como formadora de maestros, cuenta orgullosa que verlos hoy en su misma escuela, y tenerlos como compañeros, que a su vez frente al aula ponen en práctica todo lo que les enseñó, representa una de las alegrías que cada día la motivan a regresar a Batalla del Jobito.

Es por eso que los sueños de Magnolia, que tienen como protagonistas principales a niños como Danelis Echevarria, Esteban Carbonell, Eydis Díaz e Ismaidi Gómez, son los de más de 10 mil maestros y profesores de todas las enseñanzas en la provincia, quienes ven en sus estudiantes, una razón para despertar cada mañana competidos con su futuro y el de la Revolución.