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aguas contaminadas rioEn el río Guaso desembocan las aguas y desechos sólidos de las industrias y residencias guantanameras, cuyo sistema de alcantarillados encuentran ahí su destino final. 

 "El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política”.

Constitución de la República de Cuba, artículo 27.

La ciudad de Guantánamo contamina el río Guaso los 365 días del año.

Al afluente, en cuyas márgenes nació la Villa hace más de un siglo, van a parar las aguas y desechos sólidos excedentes de todo el entramado socioeconómico y residencial de la urbe, cuyo sistema de alcantarillados encuentran ahí destino final, ante la carencia de un mecanismo efectivo para el tratamiento de los residuales.

La población es, por el volumen y carga de los desperdicios, la primera fuente de infestación del caudal, seguido por el central Argeo Martínez y la destilería homónima, en el municipio de

Manuel Tames, que liberan líquidos perjudiciales, a pesar de la existencia de tres lagunas de oxidación para el tratamiento de los fluidos resultantes del proceso productivo.

En este punto comienza a ennegrecerse el Guaso, solo antecedido por la minindustria conservera de La Tagua, cuyas aguas de desecho se diluyen en la corriente, so pretexto de la capacidad de depuración del río.

Hacia el sur de la cabecera provincial, las fábricas de Bebidas y Refrescos, la de Galletas, la Unidad Empresarial de Cervezas y el combinado Lácteo, canalizan diariamente sustancias químicas, sales inorgánicas y sólidos sedimentables al cuerpo receptor.

aguas contiminadas rio2Microvertederos en las márgenes del río Guaso perjudican el ornato y proliferan insectos, roedores y todo tipo de vectores que ponen en peligro la salud de los convivientes y causan daño ambiental.  Desechos citadinos

En el Saltadero del río Guaso vio la luz Guantánamo.

Para el siglo XIX, llegaban hasta ese sitio pequeñas embarcaciones comerciales, y en sus alrededores se fue tejiendo la Villa.

Hoy, la urbe parece traicionar su propia génesis en nombre del crecimiento poblacional y urbano, convirtiéndolo en depósito de los desechos de sus más de doscientos mil habitantes.

Según el diagnóstico contenido en el Plan General de Ordenamiento Urbano apenas el 38,43 por ciento de la población está servido por alcantarillas, que drenan los desechos directamente al río a través de colectores en distintos puntos de la ciudad.

El resto, lo hace a través de conexiones clandestinas, zanjas a cielo abierto y material recopilado por carros limpiadores de fosas de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Acueductos y Alcantarillados, que también encuentran ahí destino final. Por ello la escena recurrente en la intersección de las calles Pintó y Moncada, donde los operarios destapan el registro y vierten los desechos.

A eso se suman –según la subdelegada de Inspección Estatal de Recursos Hidráulicos en la provincia, Marvelis Lescaille Morell- los restos de centros altamente contaminantes como el hospital general Agostinho Neto y el pediátrico Pedro Agustín Pérez; los talleres de Transporte y Ferrocarriles, y los de fábricas como Valbo y la industria conservera Guaso, que envían a la red desechos filtrados apenas por trampas de grasa, las cuales son infuncionales para otras sustancias.

Sucede así, también, con el combinado alimentario situado al sur de la ciudad, que incluye las fábricas de Galletas, Bebidas y Refrescos y la UEB de Cervezas, conectados a un sistema que debería canalizar hacia una laguna de oxidación diseñada para las tres entidades, pero que no funciona hace varios años, lo que ocasiona la muerte de la flora y la fauna, pérdida de valores estéticos y daños significativos al medio ambiente, según un estudio amparado por la facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Oriente.

En esas entidades, reconoce la investigación, se realizan procedimientos para “la separación de la grasa y los sólidos más groseros”, sin embargo no se han materializado los proyectos de tratamiento de residuales ni a través de lagunas de oxidación ni por sistema de humedales, encargo estatal de la cervecera.

En similar estado, cerca de allí, la Empresa de Productos Lácteos tampoco materializa un sistema efectivo de tratamiento de residuales, a pesar de tener proyectos y presupuesto aprobado para ello, mientras afecta con residuos el medio ambiente.

“Las aguas residuales de la actividad económica y social, antes de ser vertidas al medio ambiente, tienen que recibir el tratamiento correspondiente para que no contaminen los embalses y cuerpos de aguas terrestres y marítimas”, dice el artículo 95 de la Ley 81 de Medio Ambiente. Todos parecen desconocerlo.

aguas contaminadas rio3Las lagunas de oxidación del central Argeo Martínez reciben las aguas residuales de la industria para su procesamiento, sin embargo, no pocas veces, el mosto y las vinazas han ido a parar al río Guaso.

Basurero

Como si no bastara con verter suficientes aguas residuales, una veintena de microvertederos creados por la población a fuerza de tirar y tirar basura, afectan la faja hidrorreguladora del Guaso.

Los más evidentes, en las márgenes colindantes con la calle Oriente y puntos próximos a la ciudad deportiva, donde la suciedad se adueña de los espacios intermedios entre el afluente y la vía, convirtiéndose en abrigo para insectos, roedores y todo tipo de vectores que ponen en peligro la salud de los convivientes y causan daño ambiental.

Una limpieza –saca cuentas el subdelegado adjunto de Recursos Hidráulicos, Esvillel Ferrer Pozo- equivale al presupuesto utilizado para tapar al menos 15 salideros o efectuar mantenimiento a siete kilómetros de conductoras, lo que significaría diluir el presupuesto corrigiendo lo que es resultado de la indisciplina social de la población.

Recursos Hidráulicos, explica el subdelegado, es responsable de la protección de 20 metros medidos en proyección horizontal a partir del borde del cauce natural. Así lo establece la norma cubana sobre las zonas de protección a embalses y cauces fluviales NC 23:1999.

A partir de esa distancia, compete al Consejo de la Administración Municipal (CAM), dirigir, coordinar y controlar las acciones en materia de “protección del medio ambiente en los asentamientos humanos, en relación con los efectos derivados de los servicios comunales…”, según legisla el artículo 15, inciso D, de la Ley de Medio Ambiente.

De manera que el Poder Popular, de conjunto con Comunales, son los responsables de las labores de higienización y mantenimiento; acción realizada esporádicamente en los microvertederos aledaños al Guaso, por lo menos de manera perceptible.

No obstante, algunos ciudadanos no contribuyen a mantener la higiene, lo evidencian los escombros al final de la calle Crombet, donde se sembraron plantas que a los pocos días fueron ahogadas por el sempiterno basurero.

Los vecinos lo justifican con la ausencia de camas ampirol o contenedores de basura, que deben ser situados por Comunales, empresa que, sin embargo, no se responsabiliza por la recogida de los escombros.

Para detener la indisciplina social, generalizada por estos lares, ha faltado rigor por parte del cuerpo de inspectores de todas las entidades estatales participantes en el saneamiento de la cuenca hidrográfica, del CAM y de la Policía, facultados para la intervención coercitiva, de manera conjunta, en este tipo de situaciones.

Por otra parte –explica la subdelegada de Inspección estatal de Recursos Hidráulicos- la aparición de servicios de lavado y talleres de reparación de automóviles en la ciudad, sumados a los existentes por gestión estatal, ha traído como consecuencia el vertimiento a la red de alcantarillas de sustancias como gasolina, petróleo y aceites, todas prohibidas por la norma cubana NC 27:2012 sobre el vertimiento de aguas residuales a las aguas terrestres y al alcantarillado.

Téngase en cuenta que solo un litro de aceite automotriz puede contaminar un millón de litros de agua, y esos lubricantes contienen concentraciones de metales pesados como el zinc, el plomo y el cadmio, que superan la capacidad de auto depuración del afluente.

aguas contaminadas rio4La inexistencia de un sistema de humedales en la Embotelladoras de cervezas de Guantánamo, obliga a verter directamente al río una parte de las aguas residuales, mientras la otra se recicla para otros procesos industriales.

El mosto

El central Argeo Martínez se encuentra en plena molienda, días propicios para ver –y oler- el derramamiento de líquidos residuales hacia las lagunas de oxidación, situadas a poco más de un kilómetro del ingenio, y a escasos metros del barrio que ha crecido cada vez más cerca de lo que llaman “la mostera”, ante los ojos ciegos de la dirección de Planificación Física del territorio.

Violeta Mesa Castillo, directora de la Empresa Azucarera Guantánamo, describe los esfuerzos para mantener en óptimas condiciones ese sistema de tratamiento, aun cuando las constantes lluvias del pasado año pusieron en riesgo el estado del mismo, rehabilitado tras un proceso inversionista en 2014.

El agua residual –explica la funcionaria- se emplea para los campos de caña a través de un sistema de regadío (fertirriego), pero este es de poco alcance.

De manera que la acumulación genera, no pocas veces, la disyuntiva de volver a regar los sembrados a riesgo de contaminarlos o “liberar” el mosto del central”, que no es otra cosa que los líquidos procedentes de las lagunas de oxidación.

De las cinco existentes solo tres pertenecen al central, y las dos restantes se dejaron para la población; sin embargo, hay quienes han conectado sus drenajes al primero de los vasos, que es el de ácido, lo cual no solo implica una violación, sino el peligro de que se llene un depósito que debe permanecer a bajos niveles, detalló.

Más agresivos que los residuos del ingenio son los de la industria de derivados (destilería), razón por la que se estudia la construcción de otra laguna de oxidación, de acuerdo con las demandas de procesamiento de estos desechos.

A juzgar por su clasificación como clase C –la de menor valor en la escala cubana- el vertimiento de aguas residuales domésticas e industriales está “permitido” en un río como el Guaso, ante la falta además de una planta u otro procedimiento para el tratamiento de residuales.

Pero eso debe hacerse en coordinación con Recursos Hidráulicos, entidad protectora de las aguas terrestres, y aprovechando momentos de lluvia o crecidas del nivel del río.

Según la directora de la azucarera, hace cuatro años el central “no contamina”, lo cual entiende como “el vertimiento sin que exista corriente de agua suficiente para disolver en ella el mosto”.

Sin embargo, el concepto de contaminación establecido en la ley cubana de Medio Ambiente y el decreto ley 138 de las Aguas Terrestres, reconocen como tal “la acción y el efecto de añadir al agua materias o formas de energía, o inducirle condiciones que de modo directo o indirecto, impliquen una alteración perjudicial de su calidad en su relación con los usos posteriores o su función ecológica”.

Las pruebas que así lo testifican, recogidas por el laboratorio de Recursos Hidráulicos, su cuerpo de inspección y de manera particular por cada una de las entidades que tributan al Guaso, se consideran “información clasificada”, razón por la que no puede ser ofrecida al conocimiento de la población.

aguas contaminadas rio5Colector de aguas albañales de la zona del Reparto Obrero, Santa María y el Reparto Mártires de Granada “descarga” en el Guaso. Urgencias

A la larga, la institución asesora del Gobierno para la protección del medio ambiente, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma), no ha sido enérgico en las advertencias y acciones para el saneamiento del río Guaso, más allá de notificaciones a las entidades cuando sus cuerpos de inspección detectan violaciones.

Ese organismo, garante de la Ley de Medio Ambiente y la implementación de la Estrategia Ambiental, no tiene fuerza vinculante para tomar acciones concretas de prevención o paliativo, y a decir de Juan Centeno Durruthy, especialista integral del municipio Guantánamo en la Unidad de Medio Ambiente, tampoco controla o evalúa al cuerpo de inspectores estatales encargados de esa actividad.

De cualquier modo, mientras la culpa es repartida entre todos los que vierten desechos al Guaso, se eleva el costo ambiental, perjudicando un recurso natural que se deteriora poco a poco, disminuyendo las posibilidades de recuperación y generando daño ambiental.

Urge, aunque costoso, un sistema efectivo para el destino final y tratamiento de los residuales generados por la ciudad de Guantánamo y sus industrias, incluida una inversión capital en el sistema de alcantarillados, en consonancia con el lineamiento 242 de la política económica y social del Partido y la Revolución, dirigido a implementar un programa multisectorial para la erradicación paulatina de las fuentes contaminantes que afectan las aguas terrestres y los servicios asociados a los sistemas de aprovechamiento, acueducto y alcantarillado.

aguas contaminadas rio6Los tres vasos de la laguna de tratamiento de residuales de la Empresa Lácteos, ahora perpetrada de matorrales en los que pastan animales, se someterá este año a una rehabilitación integral para la cual se aprobaron 1 millón 229 mil pesos.

aguas copntaminadas rio7Los círculos señalan sacos de basuras tirados al medio del río Guaso.