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guanyanameros en accidente de aviónLos maisienses Elva María Mosqueda y Eloy Ortiz, matrimonio de pastores la Iglesia del Nazareno, perdieron la vida en el accidente aéreo ocurrido el pasado viernes en La Habana.

A la muerte uno nunca se acostumbra; sobre todo si llega de sorpresa, si viene vestida de infierno caído del cielo, de llamas, de humo, de cuerpos carbonizados tras un estruendo, de un avión hecho pedazos a pocos minutos de despegar.

Cuba toda está triste y su duelo, más que oficial, es popular, social, generalizado.

Hasta Maisí, municipio extremo oriental, volverán en cenizas dos de sus hijos: Elva María Mosqueda Legrá, de 53 años, de La Patana, y Eloy Ortiz Abad, de 51.

Tristes imágenes de duelo llegan también desde ese territorio. En la tierra que los vio nacer, encontrará descanso eterno el matrimonio de pastores de la Iglesia del Nazareno, que cumplían misión evangélica en Holguín.

 

Con ellos está el pensamiento, el sentimiento, la oración de los guantanameros.

 

Ya no verán nunca más a los suyos, ya no sentirán el calor de su tierra, el sol, la lluvia, el viento; y el recuerdo de lo que pudo ser un día normal (despegar, pasar entre las nubes, aterrizar, aplaudir) y terminó siendo el último.

 

Pero queda el recuerdo, las experiencias vividas, y aunque duele todavía –y dolerá por mucho tiempo- el amor que predicaron no se va, y amar es una de esas pocas cosas que podemos hacer desde el recuerdo.

 

Mientras, especialistas de la aviación, asesorados por expertos internacionales, realizan el proceso de investigación para determinar las causas de la caída del Boeing 737-200, que estalló con 113 personas a bordo, 102 cubanas y 11 extranjeras –solo dos sobrevivientes aún con vida al cierre de esta edición-, en las proximidades del Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, a las 12:08 pasado meridiano del viernes 18 de mayo, cuando cubría el vuelo desde la capital cubana hasta Holguín, un destino al que nunca llegó.