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panel montañasLos paneles solares fotovoltaicos llegaron a zonas intrincadas de los diez municipios de la provincia de Guantánamo.

Imías es el municipio de Guantánamo que más hogares tiene “alumbrados” por paneles fotovoltaicos. Allí, suman 931 las familias que recibieron por primera vez servicio eléctrico, repartidas en más de treinta lugares remotos e intrincados.

Como en ese territorio, un programa de electrificación llevó “la corriente” a dos mil 596 viviendas aisladas que no la recibían por ninguna vía (sistema eléctrico nacional, minihidroeléctricas o tendederas), según estadísticas de la Empresa Eléctrica.

Las cifras, por sí solas, evidencian el logro, y reafirman la voluntad del Estado cubano de apostar por las fuentes renovables de energía como parte del camino hacia el desarrollo sostenible.

Sin embargo, solo cuando se conversa con los beneficiarios, se ven las casas iluminadas y se escuchan los radios encendidos irrumpiendo el silencio habitual del lomerío, se comprende en realidad cuánto mejora la vida de esos campesinos y el inmenso agradecimiento al Estado cubano y los trabajadores eléctricos, de Copextel y el Grupo de Montaña, que participaron en la instalación de los paneles en la provincia más oriental.

Noches con luz de sol

En plena loma de La Farola, justo en el Alto de Emilita, conversamos con Ubilse Laffita Cala, que ha vivido ahí sesenta años de los 77 que acumula, y hace apenas unos meses que puede contar con fluido eléctrico.

Al llegar lo encontramos viendo la televisión, que según dice “se ve muy bien por aquí”. Lo tiene conectado a una cajita decodificadora con la que, además de obtener señal de buena calidad, su esposa Maritza Mena puede ver las novelas que tanto disfruta.

Todo eso, gracias a la instalación en su vivienda de un panel fotovoltaico, que a menudo observa “para verificar la carga y no gastar mucho”. Muestra también las lámparas recibidas como parte del módulo, que “se utilizan durante las noches, pues ahora ya no van a dormir tan temprano”.

“Por estos días –precisa- ha llovido bastante, pero cuando levanta un poquito el sol, el panel se carga. No obstante nunca se ponen todas las luminarias al mismo tiempo”.

“Desde el patio de la vivienda, cuando oscurece, se ven las luces que sobresalen entre las lomas. Todo eso era antes oscuro, o se veía a lo lejos algún que otro candil, pero ahora todos tienen paneles”, describe la señora de la casa.

Aquí arriba las viviendas situadas monte adentro parecen minúsculas, tamaño hormiga, las más lejanas. Las montañas, de tan altas, parecen tocar las nubes, pero allá, e incluso después, también llegó “la corriente”.

paneles montaña2Ubilses Laffita y Maritza Mena se familiarizan con la televisión digital, principal entretenimiento en las tardes y noches, desde que llegó el fluido eléctrico a su casa.

Con el panel al hombro

Santo Noa Moreira, liniero eléctrico y conocedor de la zona, ubica en el paisaje comunidades como Batea, Limones, Mijial, y más arriba, donde ya no se ven, Najencial, La Cruse y otros pequeños poblados que se ven desde aquí, pero a los que no se llega desde este punto, sino desde Veguita del Sur, situado seis kilómetros más abajo, donde empieza la Farola, y límite del sistema eléctrico correspondiente al municipio Imías.

Desde esa comunidad, refiere el Noa Moreira, hay que atravesar más de veinte pasos de río hasta llegar al último caserío. Por el camino están, en una dirección u otra, Vega del Jobo, El Jobito, La Pinta, Ligornio, La Cuaba, Cuesta Grande, Lagunita, El Pomo, y tantos otros poblados casi inaccesibles, a los cuales puede costar varios días llegar.

Bien lo sabe Gonzalo Matos Blancar, director de la UEB de la Empresa Eléctrica en Imías, quien afirma que en solo cinco meses, desde el inicio del programa en diciembre del pasado año, 28 trabajadores de esa entidad, y Copextel, divididos en pequeños equipos, trabajaron intensas jornadas e incluso, fue necesario permanecer semanas enteras adentrados en el lomerío.

Por la complejidad del camino –detalla- “para llegar a los lugares más intrincados se utilizaron mulos, pero en algunos a los que no llegó la fuerza animal, hubo que llevar a cuestas los paneles, en cooperación con habitantes de la zona que cooperaron mucho en el traslado de los paneles.

“En lugares como Explanada de Duaba, El Bagá, Los Pozos y El Grillo, del consejo popular de Yacabo Arriba, o El Jubal, rumbo a los Calderos; solo el camino parecía vencer nuestras fuerzas, pero el apoyo de la población, y el agradecimiento por nuestro trabajo, nos sirvió como aliciente para continuar.

Esa tarea titánica, ahora, la tiene el cobrador, quien cada mes debe recorrer todas esas comunidades para que los beneficiarios puedan pagar por el servicio (que cuesta 10 pesos mensuales); mientras se estudian opciones como facilitar el pago a través de bodegas y tiendas del pueblo, previo consorcio con Comercio.

paneles montañas3Agradecido, Chano Samón Rodríguez muestra el panel que le fue instalado en su vivienda, ubicada la zona de Cotilla, en plena loma de la Farola.

Un poquito más

Donasiano Samón Rodríguez (Chano), vecino de Cotilla, logra optimizar la energía para que alcance, además de las lámparas, para cargar la radio, el celular, y ver la televisión. “Si se aprovecha bien –afirma- la carga del panel dura bastante, y permite tener corriente aunque llueva frecuentemente”.

Sucede lo mismo en otro lado de la geografía guantanamera, en la Escondida de Monte Ruz, municipio El Salvador, donde la llegada de los paneles ha tenido buena aceptación en la comunidad, según Yanelis Martínez González.

Quedan atrás “los frecuentes apagones producto de las deficiencias de la mini hidroeléctrica que por más de veinte años abasteció por cuatro o cinco horas de fluido eléctrico a la comunidad de medio millar de habitantes, pero que presentaba dificultades por tupiciones y sequía, con afectaciones cada vez más frecuentes”.

Ahora, 150 paneles garantizan la corriente a tiempo completo, lo cual permite sustituir los viejos candiles y linternas por modernas lámparas, según refiere Claribel Leyva Rodríguez, aun recelosa de lo que pasará si llegan días seguidos de lluvia.

Según Sael Cantillo Guzmán, director de inversiones de la Empresa Eléctrica provincial, los paneles generan una potencia de 250 Watt, con intensidad de 100 amperes, frecuencia de 60 Hertz y 24 voltios de tensión, por lo que además de los cinco puntos de luz (lámparas) que vienen incorporadas al módulo, pueden conectarse electrodomésticos como televisores, radio o ventiladores, siempre que estos sean de bajo consumo.

Además, el sistema posee batería y acumuladores, una caja distribuidora, cables conductores, reguladores e interruptores, que garantizan el funcionamiento del sistema y hace posible que, aunque llueva –como es común en las zonas montañosas - los paneles puedan captar la energía solar y generar fluido eléctrico.

Cantillo Guzmán precisó que “los módulos fueron entregados en correspondencia con un censo realizado por la empresa eléctrica de cada municipio de conjunto con los delegados de los consejos populares, que identificaron y certificaron las viviendas existentes.

“Después de Imías, fueron Manuel Tames y el Salvador los de mayor demanda, aunque en este último, así como en Niceto Pérez, algunos pobladores se negaron a recibir el servicio, pues aspiran a recibir las prestaciones del sistema electro energético, a sabiendas de que no cumplen los requisitos establecidos para ello en la norma técnica cubana.

paneles montaña4Gonzalo Matos: el proceso de montaje de los paneles en viviendas muy alejadas, intrincadas, fue difícil, casi aventurero, pero valió la pena porque garantizamos ese servicio a personas que no lo conocían, lo que demuestra la voluntad de la Revolución de mejorar la calidad de vida de la gente, incluso en las zonas de más difícil acceso.

Continuará…

No obstante a las bondades, los beneficiarios coinciden en la necesidad de usar otros equipos como refrigeradores, lo cual no es posible por la demanda que suponen para este tipo de sistema fotovoltaico.

Es natural, propio del ser humano y sus aspiraciones crecientes como parte del desarrollo.

No obstante, en lo que llega esa solución, lo importante es mantener lo logrado, incluso extenderlo, a través de la realización periódica de mantenimientos (lo que no ha sucedido en las viviendas que recibieron los panales solares en la primera etapa, hace más de un año) así como la garantía de reparaciones de averías y sustitución de piezas dañadas, proceso del que se ocupa la UEB de Fuentes Renovables de Energía de la Empresa Eléctrica de conjunto con Copextel. Para ello, se estudian aun los procedimientos y tarifas.

Mientras tanto, en uno y otro punto del lomerío, campesino como Chano Samón se aventuran a pensar que la llegada de los paneles representa un incentivo para que quienes viven en la montaña permanezcan allí, y quizás, avizore la llegada de más buenas nuevas para esos rumbos…