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gilbaEl conocimiento de la población sobre los efectos del cambio climático es lo primero para evitar o reducir las consecuencias negativas en el entorno, sostiene Gilba Figueras Torres, especialista de la Unidad de Medio Ambiente.

La Tarea Vida, plan del Estado cubano para enfrentar al cambio climático sobre una base científica multidisciplinaria, cobra fuerzas este año en la provincia de Guantánamo con la ejecución de 89 acciones contempladas en la segunda versión del plan territorial.

 

Cinco acciones estratégicas y 11 tareas aprobadas por el Gobierno aconsejan no permitir nuevas edificaciones en los asentamientos costeros amenazados, y acomodar las actividades agropecuarias a los cambios en el uso de la tierra producidos por la elevación del nivel del mar o intensas sequías.

 

Sobre los resultados de su implementación en zonas priorizadas como Baracoa y la franja costera sur Maisí-Guantánamo, Venceremos dialogó con Gilba Figueras Torres, especialista de la Unidad de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente en la provincia, en el marco de la segunda Jornada Científica Ambiental para el Desarrollo Sostenible, celebrada del 30 de mayo al primero de junio de 2018 en la urbe del Guaso.

 

Sin duda la Tarea Vida es la más completa e integral valoración de las acciones cubanas frente a las irregularidades con el clima ¿Cuáles son las prioridades de ella en el territorio?

 

“Son primordiales las inversiones en la bahía de Baracoa y el resto del litoral, además de la reducción de vulnerabilidades en la Ciudad Primada. Se actualizaron las tablas del diagnóstico y el ordenamiento de los asentamientos que se afectarán por la elevación del nivel del mar entre los años 2050 y 2100.

 

“Se acomete el dragado en la bahía, labor que se extenderá al río Macaguaní, y se planea reubicar el asentamiento Boca de Yumurí, que dispone de microlocalización para 60 viviendas, en áreas más seguras”.

 

La playa es un elemento fundamental en la actividad recreativa de verano, por eso el plan enfatiza en la necesidad de conservar, recuperar y mantener esos espacios naturales ¿Cuál es el tratamiento que reciben los tibaracones afectados en Baracoa?

 

“En Baracoa existen 31 playas, de las cuales Miel, Saratoga y Mapurisí presentan estado regular. Las principales afectaciones son por afloramiento rocoso y contaminación.

“Planificación Física trabaja para delimitar y monumentar en el 2018 cinco playas: Yumurí, Jagüey, Los alemanes, Larga y Manglito.

 

“Son seis los tibaracones (barreras de arena que acumulan las olas marinas en la desembocadura de los ríos que llegan a la costa con escasa presión) permanentes, de los cuales tres se encuentran en mal estado: Miel, Macaguaní y Toa y, por dicha razón a mediano y largo plazo, en el Plan de reordenamiento urbano se prevé acciones de recuperación y el traslado de 25 viviendas ubicadas en el tibaracón del Macaguaní”.

 

¿Impactos del programa en la agricultura baracoense?

 

“Hasta el cierre de marzo de 2018, se recuperaron 118.7 hectáreas con problemas de drenaje para el cultivo del cacao en La Fidelina y Las Marías. Otras 325 se beneficiaron con medidas de conservación y mejoramiento de suelos.

 

“Se establecieron seis viveros donde se produjeron 420 mil posturas de coco, y de ellos tres también aportaron 205 mil plantas de cacao, a partir de la concesión de créditos bancarios”.

 

La semidesértica franja costera sur está afectada por extremas y prolongadas sequías ¿Cuáles con las principales acciones en esa zona?

 

“En el 2017 se reforestaron 312.8 hectáreas, incluidas 40 de manglares en Glorieta y Caimanera. Este año se beneficiaron 180 hectáreas, con la siembra de 476 mil 200 plantas.

 

“Se trabaja en la implementación del proyecto Fortalecimiento de las capacidades nacionales y locales para el manejo integral de la sequía en las provincias orientales (Pon tu ficha), del Programa Mundial de Alimentos (PMA), con beneficios para cinco municipios: Niceto Pérez, Maisí, Guantánamo, Imías y Manuel Tames.

 

“Esos territorios fueron dotados de nuevas herramientas para la toma de decisiones, en aras de disminuir las afectaciones económicas y garantizar producciones agrícolas y pecuarias desde la adaptación al cambio climático”, recalcó la especialista.