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cementerio nuevoEl nuevo cementerio se emplazará en cuatro terrazas que acogerán 132 panteones estatales.

El cementerio San Rafael, de la ciudad de Guantánamo, abrió sus rejas por primera vez en septiembre de 1885, tras un arduo proceso constructivo que exigió el movimiento de más de trescientos cuarenta metros cúbicos de tierra y similar cifra de mampostería ordinaria para edificar cimientos y sócalos.

Para ese entonces, la Villa solo llegaba hasta las cercanías de la calle Carlos Manuel, y la necrópolis, situada a más de un kilómetro de distancia, estaba rodeada por una extensa área de abundante vegetación entre la cual se abrió camino una franja de 40 metros de ancho que tomó por nombre Carretera, hoy Bartolomé Masó.

Pero el acelerado proceso de crecimiento de la urbe, trajo consigo que el entramado socioeconómico y residencial rodeara, e incluso absorbiera, los cuatrocientos metros cuadrados de extensión del camposanto, cuyas 6 mil 512 bóvedas no son suficientes para cubrir las demandas actuales de enterramiento.

Para aliviar tal situación, se erige un nuevo cementerio en el kilómetro 1½ de la vía que conecta a la urbe del Guaso con el municipio de Niceto Pérez, un terreno de 10 hectáreas en el que ya se construyen nuevas sepulturas.

 

cementerio nuevo2Para la construcción de los panteones fue retroexcavada la tierra a 2.61 metros de profundidad con relación al nivel del terreno, y en la zona central, tres metros.

El proyecto

Encargado de todos los servicios necrológicos, el inversionista principal es la Dirección de Servicios Comunales que destinó a la obra, ejecutada por la Empresa Constructora Integral, un presupuesto inicial de 330 mil pesos.

Ihosvany Fernández Fernández, director de Comunales en la provincia, precisó que la nueva instalación estará dividida por terrazas escalonadas de 15 metros, con una diferencia de 40 centímetros entre sí, las cuales agruparán cuatro patios contentivos de ciento treinta y dos panteones estatales, los que a su vez contendrán en su interior bóvedas con capacidad para 64 cadáveres.

Para acelerar la ejecución se emplean losas, soportes y viguetas prefabricadas en la planta perteneciente a la constructora guantanamera.

Según Ariel Planche Heredia, inversionista principal de Comunales, este año deben fabricarse los primeros tres panteones, monumentos funerarios para el enterramiento de personas. Hasta la fecha, informó el funcionario “concluyó la construcción del primero, se trabaja en la terminación del segundo y la cimentación del tercero”.

 

cementerio nuevo3 El incremento de operarios y control sobre su jornada laboral, podrían agilizar la terminación de esta gigantesca obra.

Manos a las bóvedas

Ocho trabajadores de la unidad de Vivienda de la empresa constructora asumen la fabricación de las bóvedas, sitio donde se entierran o depositan a las personas fallecidas.

Lázaro Chibás Blastero, jefe de colectivo, precisó que los panteones miden 8 metros cuadrados y las bóvedas, 3.10 metros de largo por 80 centímetros de ancho y 50 de alto.

Vilmán Pupo Cisneros, director municipal de Servicios Comunales en Guantánamo, detalló que para levantar un panteón, se colocan las planchas prefabricadas, luego son fijadas entre sí por medio de la soldadura del acero que posee cada pieza; seguido son encofrados y fundidos.

Para lograr el acabado –agregó- se les da un tratamiento con resane y fino; por último pintura impermeable por la parte de afuera, de modo que no se inunden de agua como sucede en el San Rafael; y en caso de ocurrir, drenen a través de un sistema de escurrimiento diseñado en las bóvedas.

Chibás Blastero significó que al medio de cada panteón, un árbol de framboyán rojo ofrecerá sombra.

Los nichos –concavidades hechas en muros para colocar restos óseos e incinerados- medirán poco más de 30 centímetros cuadrados, detalló Marianni Pileta Ramos, técnica de obra.

Según el subdirector provincial de Comunales Oscar Jones Carbonell, estos se ubicarán en la tapia del cementerio, que cumple la doble función de muro perimetral y sitio para colocar los osarios.

No obstante, el diseño de la nueva necrópolis contempla un área para la sepultura en tierra de aquellas personas que así lo dispongan.

 

cementerio nuevo4Ya concluyó la construcción del primer panteón, se trabaja en la terminación del segundo y crean las condiciones para el tercero.

Asuntos pendientes

Aunque el cementerio en ejecución aliviará la difícil carga que hoy asume solo el San Rafael, no será por ahora que se culmine totalmente: “Es una construcción inmensa, que se irá trabajando por etapa, según el financiamiento disponible, pero no quedará terminada en los próximos años”, subrayó Planche Heredia.

Aun así las autoridades comunales apuestan por ponerlo en funcionamiento a corto plazo, en la medida en que se erijan los panteones y se coloque la cerca, condición indispensable para su utilización.

Por su parte, las labores constructivas requieren de agilidad, sobre todo porque el cementerio San Rafael no da abasto para más. Mayor número de operarios y control sobre su jornada laboral, pueden minimizar el tiempo de ejecución, pues la fuerza de trabajo actual no es suficiente.

El inminente inicio de los enterramientos impone la fabricación de viales que permitan el acceso de vehículos y peatones.

Los inversores apuestan, de asignarse el presupuesto solicitado para el próximo año de un millón 300 mil pesos, hacer el vial y construir nuevas bóvedas.

Para velar por la calidad de las ejecuciones, los inversionistas de Comunales deben permanecer a pie de obra. Solo el chequeo constante y la fiscalización, evitarán las imperfecciones en el terminado.

De igual modo, de conjunto con autoridades del Transporte, debe destinarse una ruta de ómnibus que permita llegar hasta esa zona, donde se ubica hoy, además del cementerio, el incinerador, dos servicios necrológicos fundamentales.

En una provincia donde el promedio de fallecido es de ocho personas cada día, no debe perderse ni un instante, en el empeño por darle a los difuntos, un sitio digno para el descanso eterno, una suerte de ciudad donde reposen los cuerpos.

*En alusión a La ciudad del reposo. Cementerio San Rafael, libro del narrador y crítico guantanamero Rissell Parra Fontanilles, publicado en 2004 por la editorial El Mar y la Montaña.